29 abril, 2024

El hábito

Solemos decir o al menos hemos escuchado decir: “el hábito no hace al monje”; tal afirmación se deriva del tipo específico de traje que usan algunas comunidades religiosas. Tal traje es una demostración externa, dice que esa persona pertenece a alguna comunidad, pero, poco puede decir que como es esa persona en realidad, respecto a sus obras, pensamientos, palabras y omisiones.

Al decir “el hábito no hace al monje”, también podemos entender de que por mucho que se realice una práctica determinada eso no es garantía de que lo que se está haciendo sea lo correcto. Simplemente es un hábito, que puede incluso ser completamente errado o perjudicial.

Traigo a consideración el tema, más que para profundizar en el comportamiento moral de las personas, para reflexionar acerca de la acertada acción profesional en diferentes campos. Sobre todo porque parece querer entrar en boga la corriente de que no es necesario ser profesional en algo para saber realizar bien dicha actividad.

Cierto es que mucha gente dentro de la historia de la humanidad, fue, es y será autodidacta, y eso es positivo y adecuado. Pero no es menos cierto o es más cierto aún que el aprendizaje dentro del marco del profesionalismo es más positivo y adecuado aún. Lo anterior no resta ni creatividad, ni audacia, ni intrepidez. Las tres tan necesarias en la mayoría de las actividades de la vida.

Al momento de capacitarse en determinada profesión, la persona que puede hacer estado ejerciendo su actividad sin conocimientos académicos, se da cuenta de que ha cometido errores o al menos imprudencias por falta de conocimiento.

La capacitación universitaria, es decir la educación superior y la educación técnica, en fin , las distintas ramas del saber y las especializaciones, abren un abanico de posibilidades para ser mejores y más aptos, inclusive para incentivar a la creatividad, ya que se llegan a comprender proyectar situaciones que antes, por la falta de conocimiento (teórico) no se conocían.

Como el mundo del “éxito” nos presenta personajes que llegaron a la “cima” sin haber tenido mayor preparación académica, o luego de haber comprendido que estudiar no les “servía para nada”, entonces podemos llegar a la conclusión, para mi concepto errada, que la preparación universitaria no es necesaria para quien sabe desenvolverse en su “negocio”.

No se puede negar que hay mentes brillantes y talentos superiores, (aparentemente) o gente con “visión” que sabe aprovechar las oportunidades, pero es una falacia invalidar la necesidad de la preparación profesional.

Justamente el pensum de estudio de cualquier materia se basa, no solo en teorías científicas ya que estas no surgieron de la nada. Se debieron plantear hipótesis que a su vez surgieron de experiencias que necesitaron de una comprobación. Es decir el sistema educacional no surgió de la nada, tiene por tanto un peso experimental (basado en la experiencia) y un peso teórico (teorías que comprueban o descartan los posibles resultados de las experiencias).

Prepararse bien y cada día un poco más es un mérito, que aunque parezca mentira pocos valoran, porque la mayoría de la gente cree en el facilismo, practica la improvisación y se mueve al ritmo del menor esfuerzo. La mente humana se acostumbra al reposo y de ahí que luego le echamos la culpa a la naturaleza y decimos que si ella no da, Salamanca no presta. Y no es que seamos brutos, es que no queremos ser inteligentes.

Cada persona es responsable de su destino, labrando un presente visionario cada día, eso se logra a través de la preparación. Obviamente no todos nacimos para médicos, ni para ingenieros, ni para abogados; ni todos tuvimos la posibilidad de estudiar lo que queríamos, aunque ahora existen muchas alternativas de preparación, on line, semi-presencial, presencial, a distancia, etc. Vale la pena reflexionar en esto porque al conocer lo que otros ya experimentaron lograremos avanzar más rápido y cometer menos errores. A veces un mínimo error, una pequeña imprudencia puede derrumbar proyectos ambiciosos, meritorios y gran alcance.

Hábito es cualquier comportamiento repetido con regularidad, que requiere o no de un mínimo raciocinio. El hábito predispone a un sujeto para realizar perfectamente una tarea o actividad, pero si existe un desconocimiento se cae en el error de practicar algo, tener un hábito equivocado, entonces la tarea o actividad estará perfectamente, mal hecha.

Concluyo diciendo que al habituarse a realizar las tareas de manera equivocada el individuo adquiere una identidad errónea, por muy exitoso que parezca o que crea ser.

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1 comentario

  1. hace Tiempo que conozco la obra de Yogananda, Y sinceramne creo que es una forma de T gnosTicismo, con mezcla de hinduismo, Yoga, Y reencarnacion, ec,T T disTinTo al evangelio crisTiano.
    en fin, es una forma araciva de herejia en formToa moderno.
    jesus no es un avaTar ni maesro ascendido o descendido, por fsvor8….

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