6 diciembre, 2024

Los nuevos 15

Dice un mito urbano que la mejor edad de la mujer empieza a los 40; y otro, que la mejor edad del hombre es a partir de los 50. Según los expertos, algo cambia en un hombre cuando llega a esta edad, y que estas variaciones no solo se reflejan en lo interior, sino también en lo exterior. Ahora, si partimos del paradigma fenomenológico, de la observación objetiva, estudiando a ciertos grupos sociales, fácilmente podremos detectar a un grupo interesante con características peculiares, que puede ser digno de análisis, pues la llamada edad media de la vida masculina llega plagada de cambios, que muchas veces se incentivan debido al fantasma de la rutina. Llega entonces la época de cumplir los sueños y conquistar el mundo que siempre deseó.

Sin pretender abordar esta realidad objetiva desde los cuadros psicopatológicos, sino como repito, únicamente desde la observación empírica del comportamiento humano, un gran número de caballeros, sin buscar generalizar, presentan sorpresivamente comportamientos de adolescentes. Por ejemplo: cambian su carro familiar por un convertible o deportivo, a su mujer contemporánea, por una más joven, acuden con más frecuencia que antes a los spa, se meten en las cámaras de bronceado, cambian su ajuar, la ropa de marca se vuelve tentación y su look propio por uno más juvenil. Los famosos ‘gym’ se repletan de cincuentones y algunos hasta compran celular moderno con cámara en reversa y se toman ‘selfies’ para subirlas a una que otra red social. Comentan algunas que hasta la destreza con los dedos les cambia, pues escriben mensajitos de texto a la velocidad de la luz para con un “enviar” pasar al espacio sideral, destrezas propias de los quinceañeros.

Algunas mujeres se preguntan, con razón, qué provoca estos cambios en sus maridos y la respuesta puede aclararse desde algunas afirmaciones de W. Masters y V. Johnson, padres de la sexología contemporánea, quienes dicen que: “La susceptibilidad del macho humano al poder de la sugestión con respecto a su capacidad sexual, es casi increíble”, y es que debe ser arrebatador pasar de los cincuenta a los quince.

Para muchas, la observación de este tipo de patrones repetitivos y sugestivos queda sin respuesta. Nos surge entonces la pregunta: ¿Serán los “cincuentas” los nuevos “quinces”? Parece que sí.

Artículos relacionados

Complicidad y amistad

La amistad, como muy bien lo describe Cicerón, “no puede existir más que entre personas de bien… los que se comportan y viven de tal manera que se aprueba su fidelidad, su integridad, su ecuanimidad, su liberalidad; que no se ve en ellos ninguna ambición, ni capricho, ni audacia…”. La amistad verdadera está descrita adecuadamente en el diccionario de la Real Academia Española: “el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”, pero hay algo más, que tiene que tender al bien, a la honestidad. La amistad que tiende al mal, la asociación para delinquir, la unión para realizar actos reñidos con la ley, tiene otro nombre: Complicidad.

El Diccionario de la RAE describe la Complicidad como cualidad de cómplice, y cómplice en su primera acepción, como participante o asociado en crimen o culpa imputable a dos o más personas.

¡Paren el mundo, que me bajo!

3979. Stop the world

El cuento de los lemmings esos pequeños roedores que en una película de Walt Disney, allá por 1958, se suicidaban arrojándose al mar desde un acantilado, es basada en un libro infantil inglés, la “Children´s Encyclopaedia”, de Arthur Mee (1908) que relata que “avanzan en línea recta, por montañas y valles, a través de jardines, granjas, pueblos, manantiales y estanques; envenenan el agua y provocan fiebre tifoidea (…) continúan hasta el mar y provocan su destrucción metiéndose en el agua (…) Es triste y terrible, pero si ese éxodo funesto no tuviese lugar, los lemmings habrían dejado Europa pelada hace mucho tiempo”.

Mitos como éste o el del “flautista de Hamelín”, de los Hermanos Grimm, grafican bastante bien lo que está ocurriendo con la humanidad, gracias a la globalización mal entendida que vivimos.

El mundo corre frenético a su propia destrucción, dejándose llevar por la irreflexión. El dejarse llevar por las costumbres raras que se ven como curiosidades de otras partes del mundo, y que se comienzan a adquirir y a incorporarlas a la vida de nuestras sociedades, es el inicio de nuestra propia destrucción.

2 comentarios

    1. Lo mas lindo es saber que las pobres segundas son puro interes economico en los hombres mayores
      La mente d ela mujer es mucho mas perversa que el hombre que es mas emotivo y creen que una mujer ¨joven¨(esto es relaitivo) esta por amor, cuando en realidad esta por puro interes
      Las mujeres mayores no buscan en los jovenes la billetera, buscan lo que el MAYOR ya no tiene…..juventud!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×