6 diciembre, 2024

La decadencia de las buenas costumbres

Es muy usual entrar a un ascensor saludar a las personas y que nadie te conteste. Saludar ya no está de moda ni se obtiene nada saludando. La creencia es que siendo cortes no se gana plata. En una ocasión caminaba por el centro de Guayaquil y un joven empleado de un almacén limpiaba el portal e indebidamente había cerrado el paso a los peatones. Una persona mayor decidió cruzar por el sitio cerrado lo que origino el reclamo del joven quien con un palo de escoba agredió al ciudadano, lo tumbo al suelo, lo vejo y cuando intervenimos las personas para defender al hombre maltratado, nos insulto e intento violentarse contra nosotros también. ¿Y no es qué los jóvenes deben respetar a los mayores? Así era antes, evidentemente ya no es así. Vivimos la decadencia de la urbanidad, de respetar al otro por el respeto mismo, respetar porque yo también quiero ser respetado. La falta del buen trato entre nosotros crea ira y ansiedad como forma de relación social. Digo: la ira, el insulto, la procacidad es lo normal para vivir. Estos son tiempos de grosería.

Cuando la jueza del programa de Ecuavisa, “Ecuador tiene talento” se burlo de un joven que participaba con un pavo diciéndole: “el pavo es autista”, me quedé atónito, fue desconcertante. La humillación tiene talento y viene en el mejor horario familiar de la televisión. ¿No podía simplemente decir no y nada más? Luego vino el reclamo y las disculpas también. En el siguiente programa volvió a escucharse el mismo tono a un participante lo que origino hasta el reclamo mesurado de otra jueza. La grosería es el éxito. Pero yo tengo todo mi derecho ciudadano de reclamar a esta empresa por la generalización del mal trato que se les da a los participantes por parte de esta dama. Y les hago notar que si exigimos respeto tengo que aprender a dar respeto. Me refiero a que Ecuavisa decidió suspender una cadena en la que se ofendía a un venerable ciudadano como es Don Alfonso Espinoza de los Monteros, ahora record mundial pero no es capaz de exigir que sus presentadores demuestren en los hechos que son capaces de no caer en los mismos excesos ofensivos que están criticando. Ojala no ignoren mi petición.

Uno va caminando por la calle y va viendo. El uno va escupiendo donde quiera y lo que quiera. El otro arroja la basura al piso, el de allá pita desaforadamente llamando al que ocupa el último piso o está del otro lado de la cuadra. Aparece otro vendiendo fritada, encebollado hasta cangrejos para satisfacer nuestra informalidad infinita. En la actualidad creemos que no existen las reglas, que las reglas las hago yo y las impongo con mi individualidad, egoísmo, pero pasa que sí existen reglas, que hay nuevas reglas quizás, y que para vivir en una buena comunidad tenemos que respetar las reglas que surgen de la misma necesidad de convivir mejor.

En la existencia no solo se trata de ganar dinero, tener influencias sino saber vivir para vivir todos en comunidad. No se trata de una mojigatería mía o algo pasado de moda, no, es recuperar el rico sabor de ser cortés, gentil: dar el asiento a la dama, ayudar a los ancianos, no ultrajar a las mujeres, mirar al otro con tolerancia, respetando su opinión, criterio. No crearles problemas a los demás, vivir bien, comportarnos mejor. “Las costumbres antiguas se aplican a las buenas costumbres”.Evidentemente la sociedad ha cambiado y este cambio ha arrollado con valores, tradiciones, lo que antes existía ahora ha desaparecido. Eso es bueno en muchas cosas: hay mayor respeto a las colectividades, las minorías, la civilización se abre paso entre nosotros y nos ha traído enormes adelantos tecnológicos, todo eso esta bien, pero también hay mayor soledad, desamparo, violencia social, terrorismo. En fin tratar con un malcriado o malcriada no es nada agradable. Cultivar la formalidad es un buen hábito, demos ejemplo de aquello.

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En el Enlace 193 el presidente indicó que no hay nada que criticarle, que va a demostrar con encuestas dónde están los culpables, acusó al Director del Hospital de la Policía de ser parte de la conspiración, que es su subalterno, que no puede tratar de hacer quedar como mentiroso a quien es su jefe, por haber expresado a CNN que el presidente no estuvo secuestrado. Ordenó su baja, que sea despedido del Hospital, que se inicie una investigación en su contra.

¿No hay nada que criticar? En lugar de pedir disculpas y renunciar por haber instigado a delinquir y su consecuente responsabilidad por los trágicos sucesos del 30 de Septiembre, continúa su discurso agresivo, violento, descalificador, insultador. Sus palabras señalan que para que el Director mantenga su puesto debe decir lo que el presidente ordena y no lo que considera verdad de acuerdo a su conciencia. No le corresponde al presidente indicar quién es conspirador. Hacerlo es una acusación grave y potencialmente difamatoria. La demostración de culpabilidad debe darse con pruebas, no con suposiciones y encuestas.

4 comentarios

  1. Tiene razón el autor, ya no hay respeto, ahora se insulta, calumnia, ofende y falta al respeto como si fuera un deporte nacional. Cuando un ciudadano va por la calle corre el riesgo de ser insultado por cualquier cosa, por ejemplo si se quiere subir a un bus y el busero tiene tanta prisa que quiere arrancar sin que uno alcance a subir. Realmente estamos mal. No hay respeto a las buenas costumbres ni a la urbanidad.

  2. Muy de acuerdo en todo lo expuesto en este artículo, pero no estoy de acuerdo en que se omitan las tildes en ciertos verbos en pasado, como por ejemplo: «lo tumbó al suelo, lo vejó…», y más adelante hay más. Hago esta corrección como un simple lector empecinado en la ortografía.

  3. Es terrible el pensar que en la actualidad los valores, las buenas costumbres y el honor han quedado de lado, pero lamentablemente es una realidad, la que no solo contamina sociamente a todos, sino que, ademas, da pié para que aumente el indice criminal, no es que, por que una persona sea mal educada o porque otra persona tenga malas costumbres y algun individuo no sepa valorar su honor es un delincuente, no, pero si nos ponemos a pensar un poco, en que si a niveles culturales medios, los valores están tan venidos a menos, uno de puede imaginar que a menor cultura, menores valores…..tampoco, se han realizado estudios a nivel de gobierno en el cual se demuestra que la falta de cultura, la pobreza, la falta de empleo, entre otros, no son sinonimos de delincuencia, pero si lo es la falta de valores,que se da en todos los estratos, quisiera mediante este medio poder crear una discusión al respecto y así analizar una problematica que nos afecta a todos. Saludos

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