28 abril, 2024

Oración al Cristo del Calvario

Gertrudis Gómez de Avellaneda, Tula, fue una extraorinaria poetisa, nacida el 23 de marzo de 1814 en la antigua Ciudad de Santa María de Puerto Príncipe, hoy Camaguey (Cuba). Mujer de grandes pasiones, su vida estuvo marcada por las desgracias. Perdió a su padre y el casamiento apresurado de su madre la hizo viajar a Europa, primero al sur de Francia,y luego a España, donde se establecieron primero en La Coruña, luego en Sevilla, donde se enamoró de Ignacio de Cepeda y Alcalde y escribe poesías con el seudónimo de “La Peregrina” y por último, en Madrid, donde se enamora del poeta Gabriel García Tassara, con quien vive un romance basado en amor, celos, orgullo y temor. Embarazada soltera, en abril de 1845 nace su hija María o Brenhilde como la llamaba ella, que muere a los 7 meses de edad, sin que su padre la conozca. En ese año obtuvo los dos primeros premios de la Competencia poética de Madrid.

Casó en 1846 con Don Pedro Sabater, quien al poco tiempo enfermó. Viajó a París buscando alivio a la dolencia de su esposo, pero este fallece en Burdeos antes del año. Se recluyó en el Convento de Nuestra Señora de Loreto, donde escribió el Manual del Cristiano. En 1854 fue propuesta a la Real Academia de la Lengua, pero perdió.

En 1856 se casó con un político de gran influencia, Don Domingo Verdugo y publica su comedia “los tres amores”. Además de la poesía, Cultivó los géneros narrativo, dramático y tuvo mucha acogida en el teatro. Regresa a Cuba, buscando la recuperación de su esposo, que había sido herido de gravedad. En 1863 regresa a Madrid donde muere su esposo y ella se entrega, mística a una espartana devoción religiosa. Muriendo en Sevilla el 1 de febrero de 1873 a los 58 años de edad.

Quiero presentar de ella, una poesía muy especial. Su “Oración al Cristo del Calvario”, que en realidad me impactó cuando la conocí.

Oración al Cristo del Calvario
Gertrudis Gómez de Avellaneda

En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a tí mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mí todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu Santa Puerta.
Amén.

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2 comentarios

  1. MAESTRO

    (Al Dr. Jorge Enrique Zavala Baquerizo en su óbito Guayaquil, 9 de Mayo del 2014)

    Maestro es la palabra primigenia

    Que englobó casi toda su valía,

    No creo que sea ésto una falsía

    Si es aquella su obra la que ingenia.

    Fue su misión entera de nobleza

    La de brindar a todos la enseñanza,

    Por ello se refleja en lontananza

    Lo egregio que vislumbra su grandeza.

    Sapiencia proverbial, corazón noble,

    Templanza de carácter, rebeldía,

    La fuerza de su ejemplo es como un roble

    Que abraza con sus ramas todavía.

    Como Cristo Jesús en Galilea

    Brindó su magistral sabiduría,

    Por ello en la memoria centellea

    Lo excelso de su nombre e hidalguía.

    Ahora su recuerdo es una flama

    Que arde con el brillo de una tea,

    Porque lleva la fuerza de su idea

    Que en muchos corazones aún se inflama.

    AB JORGE LUIS MURILLO ESTRADA

    12-05-2014

    Lee todo en: Poema MAESTRO, de Jorge Luis Murillo Estrada, en Poemas del Alma http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-299877#ixzz31hrUtbHv

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