28 abril, 2024

Un despertar verde

Ella venía de muy lejos,
arrastrando su soledad
Se refugió en un parque solitario
en busca de la serenidad

Dejando caer áridos recuerdos
se acostó sobre la fresca hierba
y se entregó a la experiencia

El sol la consoló y la acarició
de tal manera
que casi juró que era él
Ella se vistió de sol
y en el sol estaba él

Unos morenos cachorros
olieron su necesidad
Y corrieron, conmovidos,
a ofrecerle su amistad

En el centro había un árbol
tremendo tronco espiritual
Su sabiduría, manos verdes
y su sombra, abrazo maternal

El perro corría tras el pájaro
y el pájaro era Dios
Las aves cantaban para nadie
y nadie era yo

Fue en aquel parque forastero
donde encontró ella su hogar
El silencio era Dios
y la naturaleza su altar

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