28 abril, 2024

Matrimonio: sólo hay uno.

Para hablar del matrimonio, como sacramento espiritual que fue santificado y bendecido con la presencia física del Señor Jesucristo y su Santa Madre María en las Bodas de Cana, necesariamente tenemos que referirnos a la importancia y la centralidad de la familia, en el orden de la persona y a la sociedad, que está dependiente y subrayada en la Sagrada Escritura:

“No está bien que el hombre esté solo”(Gn.2,18). A partir de los textos que narran la creación del hombre (cf. Gn.1, 26-28; 2,7-24) se nota cómo-según el designio de Dios-la pareja constituye “la expresión primera de la comunión de personas humanas” (Concilio Vaticano II, Const. Gaudium et spes, 12:AAS58 (1966) 1034).

Eva es creada semejante a Adán, como aquella que, en su alteridad, lo completa (cf. Gn. 2,18) para formar con él “una sola carne” (Gn.2, 24;cf. Mt. 19,5-6) (Catecismo de la Iglesia Católica, 1605). Al mismo tiempo, ambos tienen una misión procreadora que los hace colaboradores con el Creador: “Sed fecundos y multiplicaos, henchid la tierra” (Gn.1, 28). La familia es considerada, en el designio del Creador, como “lugar primario de la humanización” de la persona y de la sociedad” y “cuna de la vida y del amor”.

Dentro del Derecho Canónico o Derecho de la Iglesia, se entiende como matrimonio la unión de un varón con una mujer, en virtud del vínculo con el que quedan ligados a causa del consentimiento matrimonial, que se hacen perpetuamente y en exclusiva, una unidad en la naturaleza ( una sola carne), Esa íntima unidad de los dos los convierte en copartícipes (consortes) de un destino común ( consorcio de toda la vida) que, por la propia naturaleza de su unión, tiende a constituirlos en comunidad de vida de amor y coprincipio de la transmisión de la vida en familia(Vide infra: 1,b.c.d)

Así mismo, comprender el matrimonio en cuanto institución natural, es presupuesto necesario para estudiar el matrimonio canónico, que “no es otra realidad, sino el mismo matrimonio elevado por Jesucristo a sacramento” (cf.c.1055).

Que el matrimonio es institución natural, quiere decir que forma parte de lo que el hombre tiene recibido por su propio modo de ser, lo cual implica: a) que, en sus rasgos esenciales, no tiene su origen en la inventiva humana, sino en la naturaleza del hombre (Dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza “. “A imagen de Dios los creó. “Varón y mujer los creó”. “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla” (Génesis: 1,26-27-28); b) que no es una entre las posibles formas de unión sexual entre personas , sino la forma específicamente humana del desarrollo completo de la sexualidad; c) que es el Derecho natural y, por eso, la recta razón puede descubrir su lógica intrínseca, sus exigencias jurídicas y morales en cuanto realización específicamente humana; d) que, en consecuencia, no es una estructura impuesta por las leyes para organizar según determinados criterios las uniones entre personas : es una realidad , con su propia estructura jurídica y moral natural, previa a la intervención (legítima o ilegítima) de cualquier legislador que regule el matrimonio en atención a su dimensión social y a su incidencia en el bien público (Hervada, Viladrich).

En otras palabras, – el matrimonio es el designio de Dios en el principio al crear a la persona humana sexualmente como varón y mujer “el mismo Dios es autor del matrimonio” (GS, 48). La vocación del matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano amorosa del Creador. El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanentes> (CCE, 1603)

Por otra parte, << El consentimiento matrimonial es el acto de la voluntad, por el cual el varón y la mujer se entregan y aceptan mutuamente en alianza irrevocable para constituir el matrimonio>> (c.1057, 2). Ese peculiar acto de voluntad de los contrayentes posee una eficacia absolutamente insustituible, porque la mutua entrega y aceptación que realiza es personalísima (constituye, como se ha dicho, una unión en la naturaleza) que construye una familia, “un hogar para Cristo”, que no está a disposición de voluntades ajenas.

“El vínculo que se crea entre el hombre y la mujer en la relación matrimonial es superior a cualquier otro tipo de vínculo interhumano, incluso al vínculo con los padres: “Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne” (Gn.2, 24) <

¡QUE DIOS BENDIGA Y SALVE AL ECUADOR!

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No hay comentarios

  1. Excelente,Sr. Lima,

    Creo que esa es la manera de combatir a esta ola que es mundial y desde un buen tiempo atras, y a la que El Sr. Presidente se quiere adherir, al igual que sus cohidearios en Paraguay, Brazil y otros paices, …

    No nos debe extrañar, es su hora, pero precisamente estamos para eso nosotros, para alertar y combatir esta tendencia, y sobre todo con documentos y razones como lo ha expuesto Ud. pues aunque una ley diga que las cosas tienen que caer hacia arriba, .. como lo quiere implantantar este Gobierno; .. eso no esta dentro de la razon y no es correcto, por tanto va a caer por su propio peso, y por nuestra accion, que con razon, y de manera respetuosa y educada, expondremos las cosas como son y no segun antojadizas ideas que van en contra de todo lo natural.

    Respetamos a estas personas (homosexuales, gays, y demás), pero si ellos decidieron ir por otro camino y aun Dios respeta esa decision, sin compartirla, entonces, esos mismos seres, mantenganse al margen ya fueron ellos quienes se apartaron no nosotros quienes los dejamos de lado,…

    … Que sepamos entonces aprovechar nuestros principios y estos medios, para difundirlos, pues hoy mas que nunca el mundo entero necesita de personas centradas y bajo normas morales firmes, para gobernar correctamente, sea cual fuere su orientacion religiosa (aunque claro la nuestra sera siempre la Católica).

    Saludos
    Alberto R.

  2. Le pregunto ¿Las uniones entre personas del mismo sexo merman su libertad de alguna manera? ¿Ellos le juzgan a usted por lo que haga o deje de hacer en su casa con su VIDA PRIVADA?
    Ya veo que le gustan mucho las citas bíblicas…a mi me gustan especialmente dos «No juzgues y no serás juzgado» «Mira la viga en tu ojo antes que la paja en el ajeno»

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