26 abril, 2024

Ecuador en Resiliencia.

El gobierno y la ciudadanía , cada uno en su ámbito, deben admitir que aplicar la resiliencia es lo que toca.

Deben ambos demostrar su capacidad de sobreponerse a momentos críticos a los que un virus mortal de macabra actividad los ha enfrentado y, aceptando la realidad presente, concentrarse en cómo dar solución al flagelo que pretende diezmarnos. Deben convertir sus problemas en oportunidades para superarlos.

Para ello ,que el gobierno acepte su ineptitud para gobernar así como lo delincuencial de su gestión, y entender que para derrotar la pandemia se requiere mantener en total confinamiento a la política , sus negociados, su demagogia y a sus protagonismos personalizados y miserables .

Son los técnicos , los más entendidos, los que a pesar de que nada en concreto se sabe sobre su cura ,en algo nos pueden orientar con sus análisis y experiencias propias y prestadas. Estaríamos en mejores manos si el gobierno les permite su guía.

La ciudadanía tiene que inferir que es su obligación empoderarse y hacerle sentir al gobierno que está para servirla ,no para someterla ,ni para convertirla en un frío y mentiroso número estadístico cuando una crisis azota.

La ciudadanía no puede seguir siendo dependiente permanente de sus familias, amigos, gobiernos o instituciones de cualquier índole, debe ser digna,adueñarse de su propia vida sin permitir que ella dependa de terceros. Debe exigir oportunidades ,no que la mantengan.

Al hablar de dependencia no solo hablo del apoyo económico ,también lo hago en el campo de las libertades, pues no es sensato depender de los poderes del estado cuando estos ,sin resquicio de duda alguna, comienzan a dar palos de ciego al atender los negocios del Estado, atentando contra nuestra vida y bienes.

Nacimos y somos libres , recuperar nuestros derechos arrebatados por quienes fueron elegidos para defenderlos , jamás podría ser considerado como una acto de ilícita naturaleza. Peor aún si su elección fue a todas luces fraudulenta.

No podemos permitir que los que deben de servirnos nos destruyan , mientras ellos, en su ignorancia, prepotencia o mala fe ,usando sortilegios de variada especie , busquen soluciones inconsultas.

Ni el gobierno ni la ciudadanía , que deberían estar unidos y no están, pueden prescindir del optimismo, ni dejar de buscar y aceptar el cambio que debe ser para mejor en una sociedad más compasiva ,más fraternal, más humana. Tal ha de ser su compromiso.

Si habiendo un plan A este fracasa , habrá un plan B que lo reemplace. Solo la muerte dicen que es segura ,aunque recordarlo no me place.

Y es que al buscar lo mejor como salida, de asegurarnos debemos, que no sea a retornar al punto de partida que nos trajo a tan brutal acometida, cuya historia sabemos, sino al umbral de una apacible vida.

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