26 abril, 2024

Creer o no creer

Todos somos creyentes y nuestras personalidades y vidas se amoldan a nuestras creencias. Vivir sin creer en nada es vivir desorientado y angustiado.

Se dice que una persona es creyente cuando dice creer en Dios y no creyente cuando dice no creer. Pero no es exactamente correcto, todos creemos. Hay quienes creen en un Dios y en una vida eterna después de la muerte. Hay los que creen que a su muerte la armonía que es el cuerpo se deshilacha y pasa a ser comida de gusanos. Lo que creemos tendría que dar forma a nuestro pensamiento y a nuestro accionar.

¿En qué creo yo?  Es fácil contestar que creo en esto o aquello, pero no es suficiente decir en que creo. Tenemos que preguntarnos cómo afecta esa creencia a mi pensamiento y mi accionar. Si no lo hacemos nuestras creencias serán solamente la envoltura que ven otros, no nuestro interior que vemos nosotros.

Puedo decir que creo en la justicia, en el patriotismo, en la fidelidad conyugal solamente porque es apropiado o conveniente decirlo en mi grupo social pero sin que esa creencia afecte mi pensamiento y mis acciones. Entonces, en la práctica, es como no creer en nada. Es vivir desorientado y angustiado.

Así, nuestras personalidades y vidas pueden o no amoldarse a nuestras creencias. Hay muchos que, aunque dicen creer, dejan ese creer como una flor en el ojal, que sólo sirve para que la vea el resto, no tiene otra función. Sus vidas no tienen el sustento de creencias, son vidas que arrastra la marea de las circunstancias, a la que tratan de ajustarse con conveniencias temporales. Cuando la marea es pausada son vidas amorfas y desdibujadas, con una sonrisa vacía y llenas de palabras acomodaticias que no significan nada. Cuando la marea se torna turbulenta se encuentran perdidos y se agarran a lo que puedan para sobrevivir. Siempre agitando los brazos, dando la apariencia de que es para defender lo que creen pero es para no ahogarse.

Hay aquellos que hacen suyas sus creencias. Si creen en Dios y en una vida después de la muerte, viven de acuerdo a esa creencia. Si tienen una religión, cumplen sus preceptos no sólo  externamente para que lo vea el resto., sino haciéndolos suyos. Viven la vida de su fe. Tengo que preguntarme, yo, ¿qué hago?, ¿me golpeo el pecho en público y estafo en privado?

Ser patriota no es decir serlo, cantando el himno a voz en cuello, es defender a su país cuando se lo ataca y hacer lo que pueda para fortalecer a sus autoridades y sus instituciones. Tengo que preguntarme, yo, ¿qué hago?, ¿grito el himno en público y soborno en privado, estoy lleno de vivezas criollas?

Todos alaban la institución de matrimonio. Algunos regalan a sus esposas collares de perlas y tienen tantos compromisos como perlas en los collares. ¿En qué creen?

¿Qué nos da el tener creencias y el vivir de acuerdo a ellas? El tenerlas nos define como personas, nos hace ser; el vivirlas nos da fortaleza en los embates de la vida. Enfrentaremos mares en calma y borrascas. El tener creencias y vivirlas nos ayuda a gozar los mares en calma y a sobrevivir las borrascas.

Este Año Nuevo seguramente tendremos múltiples propósitos que olvidaremos poco después. Por qué no preguntarnos más bien: ¿en qué creo? Y luego, ¿vivo de acuerdo a mis creencias? Tendremos algunas sorpresas, de las que nacerán propósitos de vida.

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Nada más interesante para un día domingo que leer cosas fatuas y banales. Ahora me puse a leer sobre la infidelidad, la cual ha evolucionado en los últimos años a la par de la globalización y bajo los parámetros de la posmodernidad, sobre todo en cuanto al debilitamiento de la ley, la falta de ideología y compromiso. Antes era potestativa solo de ellos, hoy ellas lideran también.

Desde el punto de vista evolutivo, históricamente se decía que los hombres eran los más predispuestos a la infidelidad, por esa necesidad inexplicable de querer dejar “su semilla en la mayor cantidad de hembras posibles”, para así aumentar su “virilidad”, a diferencia de la mujer, que lo que buscaba siempre era estabilidad y seguridad.

1 comentario

  1. Los seres humanos estamos compuestos o formados por toda una serie de recortes que vamos acumulando como un rompecabezas y que nos conforman como individuos. Imaginemos una botella de boca ancha, la cual podemos llenar con piedras de distintos tamanos y hasta arena. Pero las piedras se les otorga distinta importancia dependiendo del tamano que estas tengan. Asi las grandes pueden representar la familia, la etica y la moral con que se vive,los amigos mas cercanos Etc.son pocas y grandes y por eso van primero.Las intermedias,la nacion,los negocios ,las propiedades,la educacion Etc. Luego las cosas que nos gustan o preferimos,una Buena copa de vino,comida bestimenta Etc. La arena es la representante de todo lo demas,cosas importantes pero de las cuales ,si estamos obligados ,podemos renunciar. Traten de llenar la botella con la arena primero y cambien el orden de importancia y se encontraran que todo lo que se pudo poner en el orden correcto,sera imposible hacerlo se este orden se cambia o altera. Si se quiere que el pais funcione como un grupo social armonico el orden de sus factores no puede ser alterado. La dictadura los cambio y la terrible crisis que ya se vive, aunque no con toda su fuerza, sera una realidad en poco tiempo.Un saludo navideno.

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