26 abril, 2024

La Oportunidad

Deben ser de las preguntas más comunes hechas por los seres humanos, ¿para qué estoy aquí?, ¿qué sentido tiene la vida?

Muchas veces me pregunto lo mismo, y antes de dormir dejo la pregunta realizada en mi mente y en mí corazón confiando en que desde la profundidad de mí ser emergerá la respuesta, dada por Dios en su misericordia.

Lo cierto es que cuando me levanto, al siguiente día, no recuerdo si apareció la respuesta. Pero en mi, hay una actitud diferente y esto desde hace algún tiempo.

Me he dado cuenta que la vida es una constante oportunidad. Una renovación diaria, una evolución a pulso. Una evolución que nos compete a todos, por eso no es conveniente odiar ni desear el mal a nadie, aunque las circunstancias nos inviten a hacerlo y en más de una, con toda razón y derecho.

Al ver a los demás no los vemos en su totalidad, es como enamorarse, en el otro vemos un reflejo, los demás proyectan lo que sale de nosotros y mientras más nos encolerizamos es peor, nada nos saciará, porque la causa de nuestro descontrol está dentro.

Pongo un ejemplo práctico, me pasa con una de mis hijas, a mí me parece que es muy rebelde inclusive insolente, eso se lo comenté a mi papi, su respuesta a mí comentario me dejó pensando: ella es igual a ti me dijo, tú eras así a su edad.

La tolerancia entonces no es para hacerle bien a otros, nos hace bien a nosotros mismos, nos toleramos, nos aceptamos para así poder aceptar a los demás.

Ésta práctica no es nada fácil, requiere una disciplina mental y emocional diaria. Se requiere humildad, algo que la mayoría de la gente ha olvidado ya que estamos en el tiempo de la arrogancia, ¡y qué lástima! porque la soberbia es una especie de vicio maligno que solo causa devastación y desgaste. Vuelve al ser humano presa de la desolación.

Es primario pensar que los acontecimientos de la vida constituyen hechos separados, que una cosa es la vida pública, la vida del país, la política, la religión, la guerra, entre otras cosas, y otra nuestra vida particular. Eso es una mentira, un sin sentido. Todo es uno, todo está relacionado y debemos ser conscientes de ello.

Lo que somos en nuestro interior somos también en nuestro ámbito familiar y eso seremos en la sociedad, lo que somos proyectamos. Fingir es una estrategia absurda, la verdad del ser siempre surge, es mejor ser auténticos para parecer auténticos. La falsedad, valga la redundancia, es una mentira.

¿Y la oportunidad, cuál es esa?

La de la renovación. Todos hablamos del amor, el verdadero poder del amor es su poder transformador. Lo admitamos o no, somos un producto del amor así que nuestra meta es la transformación. Hay que vencer a los escrúpulos pero también a la anarquía emocional. Lo exagerado por exceso o por defecto no es de beneficio, hay que ir paso a paso.

Yo comento lo que admiro en los demás, en los que están tan cerca de mí, la bondad, la capacidad de perdonar, el sacrificio, la responsabilidad, la incondicionalidad. Admiro aquello de lo que carezco. Así comienza la transformación, viendo en los demás lo bueno y positivo que hay en ellos, así logramos valorar la presencia de los demás en nuestra vida. Aquí y ahora, porque mañana no sabemos.

A la cima de la vida se llega paso a paso, poniendo un pie detrás del otro. No hay que apresurar al tiempo, el tiempo es el obstáculo para alcanzar la felicidad, porque la felicidad no se alcanzará nunca, la felicidad ya está en ti, eres tú y no otra cosa, la felicidad se vive en cada respiración, es cuestión de que desees reincorporarla a tu vida.

Hay que ser observadores y permanecer conscientes, que no es lo mismo que permanecer callados, el ser humano se comunica de muchas formas. El noble silencio es el fiel amigo de la prudencia. Los prudentes llegan lejos.

Hay que vivir la vida y superar las diferencias, en eso se basa una relación sana y consciente, con tu pareja, con tu familia, con el mundo entero.

Amar es enamorarse de las diferencias, y eso nos permite vivir sana y sabiamente.

Hay que hacer con la vida lo mejor posible y la medida que usemos para los demás es la misma medida que utilicen con nosotros, en todos los aspectos.

No esperaré una vida en dónde no haya conflictos, llegaré a la cima poniendo un pie detrás de otro, aquí y ahora, aceptando los obstáculos como una oportunidad para aprender, para crecer, para ser mejor.

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