La Guerra y la Paz son dos acciones diametralmente opuestas que el hombre escoge para destruirse o simplemente para vivir mejor.
La guerra jamás ha dejado resultados positivos que beneficien a alguno de sus protagonistas, no existiendo ganadores pues en el resultado final, solo quedan vencedores o vencidos. Es esa la experiencia que históricamente podemos relatar como resultado final de las guerras, las que solo han generado caos y miseria en el mundo.
En la campaña política que lo condujo al poder al Ec. Rafael Correa, ya se vislumbraban enfrentamientos ideológicos que proponían un cambio en las infraestructuras administrativas del país, pero siempre pensamos que los cambios, imprescindibles y necesarios, estarían dirigidos a combatir la corrupción que había minado todos los poderes del Estado y no ha declarar la guerra entre ecuatorianos. Cambios imprescindibles y necesarios para mejorar la educación que se encuentra manoseada por un partido político, que lejos de mejorarla, solo piensan en mejorar sus ingresos como respuesta a un trabajo que no realizan con eficiencia, perjudicando a la niñez, la que con una buena educación serian el futuro de la patria y no los promotores de guerras fraticidas.
Pensamos que es necesario el cambio, pero no de sistemas o de doctrinas ideológicas simplemente, sino de una regeneración estructural que permita lograr eliminar la corrupción en todas sus formas, mejorar la educación en todos sus niveles, desde el inicio hasta su graduación, para superar el desabastecimiento y la mala atención en los Hospitales en beneficio de la salud de los mas necesitados.
Para conseguir los cambios que el país necesita, no es necesario ofender a nadie declarando la guerra de unos contra otros, sino la aplicación estricta de la ley con el ejemplo en la conducción de todas las instituciones publicas y privadas.
El respeto y el reconocimiento de que el derecho de los unos termina exactamente en donde comienza el derecho de los demás, es lo que genera la paz necesaria e imprescindible para lograr el equilibrio y la prosperidad de todos, como único camino para generar trabajo dentro de una remuneración equilibrada y justa, a fin de alcanzar un razonable estándar de vida para todos, en función de su voluntad, decisión, deseo y capacidad para lograrlo, por eso es necesario generalizar la preparación y el desarrollo tecnológico a fin de lograr un panorama mas amplio de oportunidades, al que todos deben poder alcanzar.
La política y la acción desplegada por el Gobierno parecería mas bien que esta dirigida a declarar la guerra a todos aquellos, que aunque estuvieran equivocados, no piensen como ellos, bajo el desafío permanente del Sr. Presidente, que inicio su campaña pro Constituyente desconociendo la capacidad de quienes ya habían cumplido los 45 años,
entregando esta inmensa responsabilidad solo a la juventud, sin considerar que es en la juventud en donde se cometen la mayoría de los errores, por falta de la experiencia que solo se adquiere con el tiempo.
El mejor triunfo es aquel que se logra con la aplicación de la ley en absoluta democracia, con la participación de todos los que deseen expresar su opinión y no coartando su libertad de expresión, al expresar que no se puede discrepar, contradecir, ni mucho menos opinar en contra de lo que resuelva la mayoría de la Asamblea Constituyente, cuyos integrantes fueron elegidos para cumplir y respetar un estatuto, el que desde el inicio de su gestión se han dedicado a violarlo, aplicando la misma ley de las pasadas aplanadoras del Congreso Nacional.
Hemos tenido que pasar duras lecciones, con la pena de no haber asimilado el ejemplo de sus resultados. Recordemos que el motor para el desarrollo de los países que han mejorado la calidad de vida de sus habitantes disminuyendo la pobreza, justamente no ha sido con un Estado totalitario sino con la iniciativa y la inversión privada, bien entendida, como los constructores de los caminos que han generado empleo, logrando mejorar la calidad de vida de los más pobres de todos los países que buscan un desarrollo armónico para su pueblo.
Si quieren guerra tendrá que haber guerra porque el derecho a expresarnos libremente luego de pensar y analizar la forma de proceder en este caso de la Asamblea Constituyente y de sus líderes el ciudadano presidente y el ciudadano presidente de la Dictadura Corporativa, no nos lo van a quitar. Sobretodo aquí en Guayaquil cuna de las libertades.Una cosa es que el soberano mayoritariamente votó por un cambio que debía realizar la Asamblea y otra es que esta Dictadura Corporativa decida y ponga en práctica sus decisiones que van desde renunciar a quienes se les antoja de los poderes del estado necesarios e independientes para poder vivir en DEMOCRACIA que es el sistema de gobierno que todos queremos. Viva Guayaquil. y Viva la Juventud Guayasense que ya está saliendo y convocando a concentraciones como la que se va a dar en 9 de Octubre y Malecón a las 14h00 ete sabado y a la que apoyará decididamente la movilización ciudadana Guayaquil de Pie.