18 mayo, 2024

Historia

El Teatro de Bayreuth y su Festival Wagneriano

Wagner se encontraba a sí mismo tan completo como artista, que se vio capaz de diseñar incluso su propio teatro. Ya no sólo piensa en todos y cada uno de los aspectos de sus óperas, sino que, además, crea el teatro donde estas óperas tienen que representarse. Porque resulta que, como Luis II de Baviera aceptaba prácticamente todo lo que él quería, Wagner se atrevió a hacer construir un teatro donde, con aquella “modestia” que le caracterizaba, solamente pudieran representarse obras suyas.

Pero hay que matizar algunas cosas: Wagner estaba convencido de que lo que él estaba haciendo tenía una importancia trascendental, porque representaba poner los cimientos, crear las bases y las estructuras de lo que, en el futuro, sería la nueva música popular alemana. Él creía firmemente que estaba dando a Alemania lo que Alemania nunca había tenido. Por eso concibió la idea de que el pueblo alemán dispusiera de un teatro donde se programaran solamente este tipo de obras. Un teatro popular alemán que, respondiendo a esta idea de servicio al pueblo, tendría que ser gratuito para que pudieran acceder a él ricos y pobres. Un teatro al servicio de todo el mundo, que no hiciera distinciones de ningún tipo. Un teatro que fuera igualitario y democrático.

¿Salieri asesinó a Mozart?

Creo que conviene hablar un poco sobre este aspecto tan polémico que se ha agudizado con el musical (Peter Shafer) y la película (Milos Forman) “Amadeus” de 1979 y 1984 respectivamente. Según estas versiones Salieri, un músico poco dotado, simboliza al malvado, que hábilmente entreteje una serie de situaciones con las que mata sin veneno y sin puñal al 6 años más joven genial colega.

En primer lugar Salieri fue en vida de Mozart un músico mucho más reconocido que Wolfgang.

Antonio Salieri nació en 1750 y murió en 1825; era seis años mayor que Mozart y vivió 34 años más que él. Salieri sirvió a la corte vienesa por 50 años, 36 de ellos, desde el 1 de marzo de 1788, hasta el 1 de marzo de 1824, como Kapellmeister, jefe de música de la corte Imperial. Cuando él conoció a Mozart, probablemente en 1781, era el compositor de la corte y también director del Teatro Imperial Italiano de la Opera, una posición que había mantenido desde 1774, a la edad de 24 años. Resaltemos lo obvio, nadie logra este tipo de posiciones a los 20 años siendo una mediocridad. Se puede hablar de una rivalidad profesional entre los dos músicos solo por un período corto entre 1785 y 1790 cuando ambos pugnan por el favoritismo de los vieneses con los mismos cantantes.

El estreno de Otelo, un acontecimiento singular

Buscamos eventos en el mundo actual que sean paralelos a lo que ocurrió en Italia y Milán el 5 de octubre de 1887 y no lo encontramos. La noche plagada de estrellas de la entrega del Oscar puede ser un gran suceso, la recepción al equipo de fútbol que regresa con la copa de Campeón del Mundo puede ser, en términos de la cantidad de gente y la alegría cívica, un evento aún mayor. En ambos ejemplos, el hecho que se está celebrando es el logro de un equipo de gente, no de un individuo, como fue con Verdi. Además, ninguno de los dos representa el arte en una de sus máximas expresiones.

Así que describamos lo que ocurrió ese 5 de febrero de 1887

Un gran evento artístico como la premier de Otelo fue vista en Italia como una ocasión para una celebración nacional y patriótica, con Verdi tratado como un héroe nacional retornando al suelo patrio luego de una gran victoria. El Alcalde de Milán ordenó que las calles y plazas alrededor de La Scala se cierren al tráfico todo el día 5. La muchedumbre que inundó el área hizo que la Via Manzini sea intransitable desde que los primeros rayos del sol hicieron su aparición. Al mediodía corrió el rumor que Francesco Tagmano (Otelo), estaba enfermo; un doctor fue enviado a su hotel. A las cuatro se supo que su peluca no le quedaba bien y que se había enviado urgentemente por otra. Todas las ventanas y balcones alrededor de La Scala estaban llenos de gente; tapetes brillantes y damascos dorados y escarlatas colgaban de las ventanas. A pesar del frío las ventanas estaban abiertas y la multitud gritaba incansablemente ¡Viva Verdi! A todo lo largo de la Vía Manzini desde el Gran Hotel de Milán hasta el teatro.

Aida

El Canal de Suez, que une el Mediterráneo con el Mar Rojo y por lo tanto con el Océano Índico, se terminó de construir en 1869 luego de 10 años de obras. Diseñado por el ingeniero Francés Ferdinand de Lesseps, quien también supervisó la construcción, el canal fue una maravilla de la ingeniería y la construcción contemporánea; con más de 150 km. de longitud y sin esclusas podía acomodar a todos los barcos de la época y en la actualidad está limitado solo a los más grandes buques.

Pero el Canal de Suez no fue la única gran obra que se terminó en Egipto en 1869. La nueva Casa de la Opera del Cairo también se inauguró ese año; la opera que se tocó en la gala inaugural fue Rigoletto de Giuseppe Verdi, y el director fue el amigo, estudiante y protegido de Verdi, Emanuele Muzio.

Nabuconodosor, la ópera que consagró a Verdi

En el tiempo en que Giuseppe Verdi desesperadamente buscaba a cualquiera que produzca Uberto, su primera ópera, él y Margherita Barezzi, hija de su protector y mecenas, iniciaron una familia. El 26 de marzo de 1837 tuvieron su primer hijo: una niña llamada Virginia. El 11 de julio de 1838, casi seis meses después de terminar Sei Romanze tuvieron un niño: Icilio Romano. Pero casi de inmediato la tragedia se cernió sobre la familia. Un mes más tarde del nacimiento de Icilio, en agosto de 1838 una rara enfermedad atacó a Virginia de 16 meses y la llevó a la muerte. Verdi y Margherita estaban destrozados.

Endeudado hasta el cuello con su suegro, incapaz de poder cabildear la presentación de su opera desde la provincia y negado de interpretar en las iglesias locales, Verdi llegó a convencerse que Buseto era el nido de todas su mala suerte y que su vida, sus finanzas, su carrera y las oportunidades no mejorarían hasta que salga de ese pueblo. Aparentemente Margherita pensaba igual, ya que días después de la muerte de Virginia encontramos a los Verdi en Milán planificando la muda definitiva. Pero antes de moverse a Milán había el asunto del dinero necesario. Verdi se lo solicitó a su generoso suegro Antonio Barezzi y como siempre lo hizo con Verdi, Barezzi inmediatamente le suministró el dinero. Verdi y Margherita fueron a Milán, y, desde el punto de vista profesional, las cosas comenzaron a cambiar para el compositor casi de inmediato.

Óperas que fracasaron en su debut – V: Madama Butterfly

Giacomo Antonio Domenico Michel Secondo Maria Puccini – Pintor de la insatisfacción, de los deseos imposibles.- Puccini,”, fue básicamente un hombre de teatro “Dios Todopoderoso me toco con su pequeño dedo y me ordenó ‘¡Escribe para el teatro, sólo para el teatro!’ Y yo he obedecido ese supremo mandato divino” dijo Puccini poco antes de morir. Nace en Lucca, Toscana, literalmente bajo la sombra de Verdi el 22 de diciembre de 1.858. Exactamente 50 años después de la memorable noche en Viena en que Bethoveen estrenaba la Quinta y Sexta Sinfonía, el Concierto de Piano No. 4 y otras importantes obras en un concierto de cuatro horas.

Puccini fue el último de una línea de cinco generaciones de músicos respetados. Desde 1.712 existían músicos Puccini en Lucca. Cuando tenía 5 años muere su padre. No fue un buen estudiante, uno de sus profesores escribió a la familia indicando que “solo asistía a las clases para calentar el asiento de sus pantalones” A los 17 años va a una representación de Aída y decide su destino. “Cuando descubrí Aída en Pisa sentí que una ventana musical acababa de abrirse para mi” Ingresó en el Conservatorio de Milán (el mismo que rechazó a Verdi) gracias a una beca concedida por la reina Margarita de Saboya donde estudió con Amilcare Ponchielli autor de La Gioconda.

Contestación a “historiadores”- respuestas de autor a comentarios recibidos

La historia de Guayaquil no puede ser igual a la de Quito, considerando que le tomó a Guayaquil más de 250 años tener apenas 12000 habitantes, cuando Quito y otras ciudades serranas tenían cinco y más veces de población. Son las personas las que hacen la historia y cuando son pocas, no hay mayormente historia. En la colonia, los hechos más destacados a narrarse para crear la historia de Guayaquil si limitaban a: incendios, ataques y amenazas piratas, epidemias y la terrible adversidad que sus ciudadanos enfrentaban; sobrevivir no era tarea fácil ni cómoda, en un clima terriblemente hostil. Era en Quito donde se encontraba la riqueza indígena, y los enormes beneficios de las minas y telares, usurpadas por los conquistadores a los indígenas para los españoles tener comodidad en su estilo de vida. Recomiendo leer Las venas abiertas de América Latina de Galeano (Tengo el libro en archivo electrónico. A quién le interese, gustoso se lo envío por e-mail). Los conquistadores y sus familias no se concentraron en Guayaquil porque no les ofrecía bienes materiales; para obtenerlos se requería trabajar arduamente y todos conocemos como era la mayoría de los españoles del siglo XVI. La situación en Guayaquil y pueblos de la Costa era muy diferente, sus pobladores tuvieron que comenzar de la nada, no había gente, mal podía existir explotación. Todos tenían limitados recursos. Poco a poco comenzaron a sobresalir los primeros empresarios, como los miembros de la familia Castro. Guayaquil no tenía recursos para tener infraestructura ni servicios públicos. El poder central, metía la mano a lo poco que producían los ciudadanos. Con los impuestos pagados por los guayaquileños y costeños se hicieron obras en ciudades de la sierra, Buenaventura y Cartagena. Desde siempre la ciudad ha sido víctima del centralismo.

Óperas que fracasaron en su debut – IV: Mefistófeles

Arrigo (Enrico) Boito (1842-1918).- Nació en Padua el 24 de febrero de 1842. Su madre, Josefina Radolinska era una condesa polaca. Su padre, un italiano pintor de miniaturas, dilapidó el dinero de su mujer y la abandonó, dejándole la responsabilidad de educar a sus dos hijos. Arrigo creció en Venecia, donde demostró extraordinario talento musical y literario desde temprana edad. Nos cuentan que creció como “un agradable joven de clase alta, ingenioso y talentoso, arrogante y precoz”.

Se enroló en el Conservatorio de Milán en 1853 y allí conoció a Franco Faccio, quien se tornó en su mejor amigo y, con el tiempo, sería uno de los directores de orquesta más famosos de Italia. Boito y Faccio se graduaron en 1861 y se convirtieron en líderes y los voceros no oficiales de un grupo de jóvenes escritores, compositores y poetas milaneses que se llamaban a si mismos la “Scapigliatura”, “Los Artistas Desgreñados (o Desaliñados)”. Como todo joven artista que recién pasa la adolescencia y poseedor de una sobrestimada convicción de sus conocimientos e importancia, los Scapigliati eran realmente insoportables. El “Credo” del grupo fue escrito por un miembro llamado Carlo Righetti y comenzaba de la siguiente manera:

Óperas que fracasaron en su debut – III: Carmen

Cuando Célestine Galli-Marie pisó un escenario por primera vez como Carmen, el público de la Opera Cómica de París no vio nada aparecido a la joven “casta e inocente” que los libretistas Henri Meilhac Ludovic y Halévy había prometido a los Directores de la Opera Cómica, Camille du Locle y Adolph De Leuven. Cuando éste aceptó el proyecto había suplicado: “¡Por favor trate de que ella no muera! ¡Muerte en la Opera Cómica…..nunca se ha visto tal cosa!”.

Basados en la novela de Prosper Merimée, que no es sino la narración que hace Don José de sus amores con Carmen y de cómo cae en una irreversible perdición que lo convierte en su asesino, con muchas libertades, Meilhac y Halévy idearon un libreto que prácticamente toma un camino argumental propio. Entre los principales cambios introducidos por ese libreto está el tratamiento de la gitana Carmen con un barniz de refinamiento que la novela no posee. Además, suprime al marido de ésta, llamado “El tuerto García”, y deja a Lucas (Escamillo en la ópera) como único rival del soldado José. Por último, este libreto opta por la creación de la delicada figura femenina de Micaela, en directa oposición a la rudeza de Carmen.

Óperas que fracasaron en su debut – II: La Traviatta

En 1848 Alexandre Dumas, hijo del autor de Los Tres Mosqueteros, El Conde de Montecristo y otras novelas de perenne popularidad, cuando no había cumplido aún los 25 años, publicó una novela, La Dama de las Camelias, que le hizo famoso de la noche a la mañana. Si como novela alcanzó un éxito enorme, cuando el propio Dumas la adaptó al escenario teatral, cuatro años después, la repercusión fue todavía mayor.

En ella se cuenta la historia de amor del joven Armand Duval por la cortesana Marguerite Gautier, quien a través de esa sana pasión quiere redimirse de su pasado. Pero el padre de Armand convence a Marguerite de que la rela¬ción compromete el futuro de su amado y ella, generosamente, se sacrifica, convencida de que la sociedad le ha pasado cuenta por su anterior con¬ducta sentimental. Muere en brazos de Armand, quien finalmente conoce la magnitud de su renun¬cia

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