25 abril, 2024

La tan ansiada paz

Siempre pensé que las personas queríamos ser felices, inmensamente felices. A veces pensé que queríamos gozar, o disfrutar, o comer delicioso, viajar y cumplir sueños, o bailar y reír. Mmmm sí, queremos eso, pero antes que todo […]

A propósito de Navidad

Soy católica, lo fui siempre, igual que mis papis, mis abuelos, los papás de mis abuelos. Igual que casi todos mis compañeros de colegio, universidad y trabajo. Estudié en colegio laico primaria […]

Gratitud

Recién en mi vida adulta he aprendido a agradecer. Crecí usando la palabra gracias de una manera vacía. Si alguien te pasa algo que pides, si te dicen un piropo que te […]

Mujeres esto recién comienza

Nuevamente se acerca el día de la mujer. Hace un año escribí en esta columna sobre lo que el feminismo significaba para mí. Sobre lo que ser mujer implica hoy en mi país.

Durante este año han ocurrido algunas manifestaciones que hablan del feminismo en el siglo XXI. Malala, una luchadora por el derecho de las mujeres a recibir educación, con tan solo 16 años ganó el premio Nobel de la Paz. La actriz Lupita Nyongo, ganadora del Oscar a mejor actriz de reparto por su rol en una película en la que la mujer es esclava y utilizada, dio un discurso sobre la belleza de la mujer negra que nos conmovió a todas las mujeres del mundo. La actriz Emma Watson, embajadora de buena voluntad de la ONU, dio un discurso sobre la campaña heforshe (el por ella) en el que invitó a hombres y mujeres a ser feministas. Esta última despertó una campaña en contra defendiendo los valores “religiosos”. Algunos todavía piensan que la mejor opción es atrincherarse, concentrarse en lo que nos diferencia, más que en lo que nos une.

Como cierran el año los que no tienen luz

Los que tienen problemas graves de salud, emocionales, psicológicos, económicos. Los que no encuentran una salida a sus problemas.

Me he sentado a pensar en la manera de regalar luz a todos aquellos que sufren. Lo primero que viene a mi mente son las oraciones de los fieles, en las misas de Juan Ignacio Varas en el AEI (Asilo de enfermos incurables) de Guayaquil, a la que asistimos como familia durante muchos años. Él siempre pedía por los que no encuentran un sentido a la vida. Y ese es el mayor sufrimiento que puede enfrentar un ser humano, no tener un por qué, ni un para qué. No amar a nada, ni a nadie, especialmente a sí mismo.

Una mona en Quito

Desde hace dos años y medio vivo en Quito. Quisiera quedarme aquí para siempre. Me gusta el clima, me encantan las montañas, el color del cielo, el nivel de conversación, la diversidad de sus habitantes. Me fascina mi barrio, porque puedo caminar al parque y a la panadería, porque frente a mi casa queda una cooperativa de taxis y, a una cuadra, una escuela pública y una galería de arte.

Por ahora tengo la oportunidad de hacer un trabajo que aporta mucho al desarrollo y a la educación de mi país. La televisión es un instrumento muy potente para incidir en el nivel cultural de las personas. Me han dado la confianza para tomar decisiones importantes y me he esforzado por hacerlo bien y a conciencia. Me he encontrado con profesionales de extraordinaria calidad, tanto en mi equipo de trabajo como en las productoras independientes. Definitivamente el nivel de producción audiovisual es mejor y, en general, lo es el nivel profesional de las personas. Han tenido más oportunidades para salir del país y para recibir a extranjeros y capacitarse. La capital del país tiene muchos privilegios.

Juventud divino tesoro

Cuando eres joven crees que todo lo puedes, crees que siempre tienes la razón, piensas que los adultos no entienden nada, que ellos vivieron un mundo limitado y no saben todo lo que tú sabes.

Cuando yo era joven también tenía planes, proyectos, sueños (alcanzables e inalcanzables), creía que siempre tenía la razón, me gustaba tenerla y me gustaba dejar a la gente callada. Me sabía inteligente y “pilas”.

Y el Señor me miró con amor y paciencia… y se quedó cerca para que el golpe no resultara demasiado fuerte. Mi prepotencia se estrelló con varios escollos que me permitieron conseguir distintos aprendizajes:

Burócrata

Desde joven aprendí que el término burócrata era una mala palabra; que ser burócrata significaba enriquecerse a costa del recurso público, o al menos recibir un sueldo sin el debido esfuerzo, trabajando menos horas que los empleados del sector privado. Decían que los que trabajaban para el Estado imponían trámites innecesarios para justificar su puesto de trabajo, que no les importaba complicar al usuario para atender a menos personas, que se movilizaban dentro y fuera del país injustificadamente y mantenían prebendas, expresadas en viajes con viáticos, recortes de trabajo, utilización de vehículos con el presupuesto público, y más; todas estas imágenes construidas a lo largo de mi vida, a partir de comentarios escuchados en mi entorno, o divulgados en los medios de comunicación.

Tenía claro que yo nunca sería nada parecido a una burócrata o funcionaria pública, porque yo me estaba formando para ser una librepensadora, ejecutiva eficiente, creativa y ágil. Me gustaba la reflexión y la solución de problemas, el servicio a los demás, la creatividad permanente aplicada en cada situación; todas actitudes y modalidades de trabajo no congruentes con los rígidos y mediocres procesos del sector público.

Día de la Mujer

Se acerca el día de la mujer y me he puesto a pensar en mis antepasadas “mujeres”, en sus limitadas condiciones de vida, en el irrespeto que sufrían, y en todo lo que “algunas mujeres” debieron luchar para conseguir cambios que hicieran justicia a su categoría de “iguales” en dignidad y valor humano.

Las mujeres del mundo occidental no podían estudiar, sufragar, trabajar, escribir sobre determinados temas, ni ir a determinados lugares “exclusivos para varones”. Yo me siento agradecida y satisfecha con el mundo que he recibido, un mundo de posibilidades, en el que no tengo más que revisar mis talentos y elegir. Pero será posible que yo sea tan miope, que no me dé cuenta de que sin necesidad de irme al África o a ciertos países de Oriente, donde todavía les cortan el clítoris a las niñas, interrumpen los embarazos de niñas, prohíben a las mujeres caminar por la calle sin compañía de varón, ir a la escuela, o trabajar para sustentar la alimentación de su familia, puedo encontrar situaciones injustas para las mujeres.

Responsabilidad social de la TV

La televisión en Ecuador y en casi todo el mundo es muy criticada por educadores y formadores, porque se la considera perjudicial para las audiencias, especialmente para niños y jóvenes. Se la acusa de difundir antivalores y modelos de conducta violentos, discriminatorios y sexistas.

Los que conocen medianamente el funcionamiento de los medios saben que su financiamiento proviene principalmente de la venta de publicidad, y que, aparentemente, esto obliga a los comunicadores a producir programas de bajo presupuesto y poco contenido. He dicho aparentemente porque esta “realidad” es tal, siempre que nos conformemos con una forma de ver y hacer el negocio de la tv, sin cuestionar nada. Esos índices de sintonía provienen del monopolio de elaboración de ratings en Ecuador de la empresa Ibope, que coloca doscientos cincuenta people meters en Quito, y misma cantidad en Guayaquil (solamente en las dos ciudades principales con una muestra que se acepta como representativa). Y con los datos de esos quinientos hogares se determina la inversión publicitaria del país. Estos people meters son dispositivos que se han colocado en hogares, seleccionados de acuerdo a una proporción de los niveles socioeconómicos de la población, que registran la edad de la/las persona/s que enciende el televisor y los canales que selecciona, minuto a minuto. Según indican los involucrados en este negocio, la población ecuatoriana, irremediablemente, elige programas de concurso o de variedades, superficiales, con chicas de poca ropa y poca reflexión, contenidos sensuales, periodismo sensacionalista, amarillista y comedias chabacanas (más menos). Explican estos expertos que no es su culpa, que ellos hacen lo que la población quiere. Y efectivamente los reportes de audiencias reflejan una preferencia mayoritaria por las telenovelas, especialmente las narconovelas, comedias de producción local de bajo costo, y concursos reality que incluyan chisme y rivalidad.

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