29 marzo, 2024

Una mona en Quito

Desde hace dos años y medio vivo en Quito. Quisiera quedarme aquí para siempre. Me gusta el clima, me encantan las montañas, el color del cielo, el nivel de conversación, la diversidad de sus habitantes. Me fascina mi barrio, porque puedo caminar al parque y a la panadería, porque frente a mi casa queda una cooperativa de taxis y, a una cuadra, una escuela pública y una galería de arte.

Por ahora tengo la oportunidad de hacer un trabajo que aporta mucho al desarrollo y a la educación de mi país. La televisión es un instrumento muy potente para incidir en el nivel cultural de las personas. Me han dado la confianza para tomar decisiones importantes y me he esforzado por hacerlo bien y a conciencia. Me he encontrado con profesionales de extraordinaria calidad, tanto en mi equipo de trabajo como en las productoras independientes. Definitivamente el nivel de producción audiovisual es mejor y, en general, lo es el nivel profesional de las personas. Han tenido más oportunidades para salir del país y para recibir a extranjeros y capacitarse. La capital del país tiene muchos privilegios.

Sin embargo, extraño mucho mi tierra. No extraño el chisme, el provincianismo, la discriminación, el reino de la moda, la imitación y la superficialidad, ni el aire acondicionado. No extraño a Guayami, ni sus palmeras artificiales, extraño el estilo de relacionarse directo, al grano, sin rodeos. Extraño la urgencia para obtener logros. La inmediatez de las cosas.

Me cuesta mucho dar tantas vueltas para decir algo, tener que ser tan cortés, saludar tanto, pedir permiso para decir las cosas, tener que quedar bien. Consultar todo, aquí le dicen socializar. Les gustan (o están acostumbrados) los pasos, los trámites, los requisitos, la cortesía, los preámbulos. ¿Por qué hacerlo fácil si se puede difícil?

En la costa hay muchos conceptos equivocados sobre los habitantes de la sierra. No son hipócritas, simplemente no quieren ofender. Y en la sierra también hay enormes prejuicios. De verdad creen que los costeños somos ignorantes, no lo somos, solo que no le damos tanta importancia a las formas. Hay que resolverlo rápido.

Tengo ejemplos que lo demuestran muy bien. Cuando llegué, la regulación de bares de colegios la había hecho una persona de la sierra; de manera que estaba permitido el tostado, pero no los chifles, porque eran dañinos para la salud. Luego, leí una regulación realizada por una nutricionista de la costa, en la que se prohibía el tostado y se permitían los chifles. Por supuesto que a mí me gustan más los chifles.

Las visiones regionales son realmente limitadas. Me han tratado de convencer de que todos en el Ecuador usamos palabras kichwas, que todos decimos achachay y arrarray. Me explican que como hay indígenas viviendo en Guayaquil, es así. Que la alcancía se llama cepo y las mujeres machonas son carishinas. Por otro lado, las comedias de tv guayacas son muy poco inclusivas para personas de otras regiones, y caricaturizan al habitante de la sierra.

Está claro que somos demasiado diferentes para habitar un país tan pequeño; que mantenemos una rivalidad que ayuda poco, pero que ahora más que nunca hay mayor espacio para la diversidad y para la inclusión. Siento que mi ímpetu encuentra en Quito el complemento perfecto. Seguiré extrañando mi tierra, mi comida y el estilo guayaco informal y directo. No cambio por nada mi balcón, dormir con la ventana abierta todo el año, mi almohadita de semillas calentada en microoondas, los asados en familia sin sudor de por medio, las bufandas, los suéteres que tanto me gustan, la familiaridad con la que se tratan las personas de diferentes niveles socioeconómicos, la vida en familia sin empleadas de por medio.

Por algo mi papi me decía “Mona” de pequeña, seguramente era mi destino.

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5 comentarios

  1. Buen comentario. Los recuerdos del un regionalismo positivo, donde pone de manifiesto la cultura y las costumbres del Guayas y de Guayaquil, así como el carácter de sus habitantes; pero ahora se identifica y comparte la vivencia serrana, particularmente de Quito, bien por esta adaptación sana y sin regionalismo, que la capital de los ecuatorianos le de oportinidad de cambiar de vida sin sectarismo enfermiso y degradante para los ecuatorianos.

  2. Me ha gustado tanto tu articulo , pues y soy una chulla mona , que vivo en Quito ,ahora, pero me crié en Guayaquil , así que comparto mucho tus experiencias, y claro con la comida, siempre fue mas la d e la costa y mas aun la comida italiana la que yo siempre comí , pues mi madre y nonos todos italianos, sabes la terra nostra …y mi padre cuancanito rogaba por un locrito de vez en cuando ¡¡ jaja, ,f) Bea Toral

  3. Que agradable descripción de las diferencias. Creo que podría decirse que existe algún factor genético en los habitantes de cada región y que aquello marca una diferencia hasta hereditaria. Sin embargo, en el respeto a la diversidad y en el aprovechamiento de los diferentes puntos de vista, está el progreso de la humanidad. Me gusta mi País.

  4. Estimada Mónica
    La capital es la ciudad cosmopolita de nuestro país. Los provincialismos se deben a las diferencias culturales del siglo pasado, cuando Guayaquil por ser puerto, y Quito por depender del ferrocarril y de Guayaquil para conectarse con el mundo tenían visiones diferentes del mundo.
    Desde que se hizo el aeropuerto internacional de Quito, los ciudadanos de la capital en geeneral( antes sólo eran los de clase alta) han tenido un mayor contacto con el resto del mundo que los guayaquileños, y su nivel cultural es superior (hablo en general).
    Nuestra capital es linda y es de todos los ecuatorianos, disfrútela

    Juan Varas
    Guayaquil

  5. Muy cierto lo que detalla Mónica Maruri, pero hay también otras situaciones que se están dando por el aumento de los servidores públicos en el País, LA CULTURA DEL SELLO, que lamentablemente afecta a la empresa privada también, es más importante el empleado que debe colocar su firma o Visto Bueno, para que continúe un trámite.
    En la costa, SI ES TU AMIGO AUNQUE VIVA DEBAJO DE UNA ESCALERA Y QUE SU CASA ESTE EN UN MANGLAR, el ser amigo es un PARENTEZCO DE AMISTAD INSOLUBLE. En otras latitudes, primero se analiza DONDE VIVES? DE DONDE VIENEN SUS APELLIDOS? DONDE TRABAJAS? A QUE CLUB SOCIAL PERTENECES? etc.
    Saludos Mónica y que las añoranzas de la ciudad del Río y El Estero permanezcan en tí siempre.

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