24 abril, 2024

Burócrata

Desde joven aprendí que el término burócrata era una mala palabra; que ser burócrata significaba enriquecerse a costa del recurso público, o al menos recibir un sueldo sin el debido esfuerzo, trabajando menos horas que los empleados del sector privado. Decían que los que trabajaban para el Estado imponían trámites innecesarios para justificar su puesto de trabajo, que no les importaba complicar al usuario para atender a menos personas, que se movilizaban dentro y fuera del país injustificadamente y mantenían prebendas, expresadas en viajes con viáticos, recortes de trabajo, utilización de vehículos con el presupuesto público, y más; todas estas imágenes construidas a lo largo de mi vida, a partir de comentarios escuchados en mi entorno, o divulgados en los medios de comunicación.

Tenía claro que yo nunca sería nada parecido a una burócrata o funcionaria pública, porque yo me estaba formando para ser una librepensadora, ejecutiva eficiente, creativa y ágil. Me gustaba la reflexión y la solución de problemas, el servicio a los demás, la creatividad permanente aplicada en cada situación; todas actitudes y modalidades de trabajo no congruentes con los rígidos y mediocres procesos del sector público.

Además me dedicaba a la comunicación, cuando los gobiernos que yo había visto a duras penas se interesaban por tener relacionista pública en las instituciones del estado.

Entonces se presentó el gobierno de la Revolución Ciudadana, para el que la comunicación es primordial, maneja una comunicación pensada de manera integral, utiliza herramientas de marketing y publicidad, se interesa por lo que piensan las audiencias y utiliza las mismas estrategias y técnicas que las grandes empresas líderes. Por primera vez se habló de la televisión y los medios en general puestos al servicio de la población.

Y después de tantos años de quejarnos de muchos productos de la TV comercial, carente de contenidos edificantes, sin espacio para los que queríamos producir programas educativos o formativos, al fin apareció la posibilidad de hacer TV educativa.

Ahora soy funcionaria pública. Muchos de mis amigos se apenan mucho de que haya vendido mi alma al “comunismo”. No sé cuántos se apenan de que me haya convertido en burócrata. Ahora sí conozco al mundo público por dentro. Todo lo que imaginé es verdad y mentira a la vez. Aquí adentro hay una lucha entre los que quieren mantener el sistema tal como se manejó siempre, y los nuevos funcionarios técnicos, que con la consigna de la autoridad buscan incorporar procesos más rápidos y eficientes. Tratan de introducir nuevos conceptos: “servicio al cliente”, “los usuarios/estudiantes/padres de familia son la razón de nuestro trabajo”. No podemos cerrarle la puerta en la cara a un usuario que viene desde otra ciudad, no podemos mandarlo de dependencia en dependencia, añadiendo trámites a su peregrinación. Debemos entregar un buen producto, refiriéndose a la calidad de los contenidos, calidad de los docentes, calidad de los procesos, automatización, desconcentración territorial (descentralización) y seriedad en los procedimientos.

Entre los viejos he encontrado gente muy preparada, trabajadora y honesta, y entre los nuevos a algunos “mal preparados”, prepotentes y atropelladores, pero también muchos espectaculares profesionales y seres humanos. No me he topado con los corruptos, a lo mejor uno que otro inescrupuloso, que no ve mal su proceder porque “siempre se ha hecho así” (también los hay en la empresa privada).

Trabajar en el sector público es una lucha permanente por avanzar, a pesar del sistema que te detiene, porque le molesta el trabajo ágil y eficiente que lo viene a incomodar; que le molesta el pensamiento práctico y razonado que lo viene a cuestionar; sin embargo, siento que el mismo sistema se complace cuando ve los buenos resultados.

Un solo consejo para los que se aventuren a trabajar en el gobierno: búsquense un abogado. Ellos son indispensables, aunque tengan tantas interpretaciones de la misma ley, y nunca quede nada claro. Ellos son los dueños de la cancha, la pelota y las reglas. La creencia más importante de este sistema es: “a más trámites más seguro el proceso” y “el proceso lo determino yo, pues forma parte de mi metro cuadrado de poder”. Amén.

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Hubimos más de 500.000 personas que nos inscribimos en esta página, es decir, habíamos 4350 personas rezando por cada Cardenal, para que elija acertadamente a nuestro Papa. Esta sugerencia de Benedicto XVI ha dado sus frutos, ya que la elección fue rápida y acertadísima, como hemos podido notarlo desde las primeras actuaciones del Papa Francisco.

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6 comentarios

  1. «Entre los viejos he encontrado gente muy preparada, trabajadora y honesta, y entre los nuevos a algunos ?mal preparados?, prepotentes y atropelladores, pero también muchos espectaculares profesionales y seres humanos. No me he topado con los corruptos, a lo mejor uno que otro inescrupuloso, que no ve mal su proceder porque ?siempre se ha hecho así? (también los hay en la empresa privada)’ Sabias palabras, pero más vale enfrentarse a esos prepotentes y atropelladores diciendole las verdades, que ser sumisos, callarse ante ineptitudes, ante corrupciones que vemos cada día, como dice mi hijo «HA SIDO DURO LEVANTARSE DE UN TRATO TAN DURO E INHUMANO, PERO CREEMOS FIRMEMENTE QUE CALLAR ANTE LO INJUSTO ES UN PESO AÚN», felizmente le enseñé a ser fuerte, para que proteste ante los atropellos, pero también para que voltee la página, continúe su camino, luche para alcanzar sus sueños, pero que al mismo tiempo esté listo para enfrentarse a su próxima batalla.

  2. «Entre los viejos he encontrado gente muy preparada, trabajadora y honesta, y entre los nuevos a algunos ?mal preparados?, prepotentes y atropelladores, pero también muchos espectaculares profesionales y seres humanos. No me he topado con los corruptos, a lo mejor uno que otro inescrupuloso, que no ve mal su proceder porque ?siempre se ha hecho así? (también los hay en la empresa privada)’ Sabias palabras, pero más vale enfrentarse a esos prepotentes y atropelladores diciendole las verdades, que ser sumisos, callarse ante ineptitudes, ante corrupciones que vemos cada día, como dice mi hijo «HA SIDO DURO LEVANTARSE DE UN TRATO TAN DURO E INHUMANO, PERO CREEMOS FIRMEMENTE QUE CALLAR ANTE LO INJUSTO ES UN PESO AÚN», felizmente le enseñé a ser fuerte, para que proteste ante los atropellos, pero también para que voltee la página, continúe su camino, luche para alcanzar sus sueños, pero que al mismo tiempo esté listo para enfrentarse a su próxima batalla.

  3. Su artículo es la respuesta a tanto manipulador de la verdad,sobretodo hoy que la REVOLUCIÓN CIUDADANA les está dando un «mentís» a los que sin respeto a la inteligencia ha intentado desconocer la magnitud de la obra que está ubicando al Ecuador a la cabeza de LATINOAMERICA,y en algunos casos del mundo,por la obra concienzuda,honesta y eficaz de la REVOLUCION CIUDADANA.
    Felicitaciones Doña Cecilia Bossano,por este revelador artículo.

    Carlos H.Morales Z.

  4. Entiendo que trabaja en Educación, en alguna zonal o distrito,déjeme decirle que en el sector donde yo me desempeño solo veo inoperancia, medidas absurdas, trato inhumano, y con mi experiencia de buena docente, honesta y responsable me permito asegurar que los burócratas no van para ningún lado, por lo menos lo que me topo diariamente desde que este gobierno decidió inventar la educación. Da risa tanto papeleo, tanto rueda de cambio, evaluaciones, condición de elegibles y terminan ingresando al magisterio, personas que dan una clase demostrativa con la hubiera dado un maestro al principio del siglo XX, pero lo burócratas que los califican llenan una ficha mecánicamente que no les permite hacer juicios correctos con respecto a la educación que dicen querer construir.

  5. Pues sí. Yo mas que usted Mónica viví con ese criterio y bajo esa concepsión, pues soy mucho mayor que usted,69 años.
    Pero esa situación es la que hace dificil introducir los nuevos y verdaderos conceptos de servicio público.
    Ya por que la partidocracia aliada con la burocracia descrita- su relación es muy cercana-se niegan aperder su «teta».-
    Le cuento que he tenido oportunidad de servir como funcionario público en ambas eras, la vieja y desacreditada y la ctual, nueva, digna, de corazones jóvenes (digo corazones) que alimentan el buen concepto de servir a su patria con dignidad, altivez y honrades.
    Pero hay otro mal en la burocracia que es el que genera más problema y consiste en la ausencia total de la aplicación del criterio personal.
    «Asi lo dice la norma», «ese es el procedimiento», «siempre se hizo así». etc. Nadie es capaz de aplicar su criperio para, en función a la normativa encontrar la solución que satisfaga al ciudadano que acude en su ayuda.
    Mis felicitaciones a us.

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