6 mayo, 2024

Remembranzas navideñas

Sin duda, los últimos acontecimientos en Ecuador han sido intensos, y como dicen que para no perder amigos es mejor no hablar de política, religión y fútbol, debido a las discrepancias que puedan surgir durante una conversación, no emitiré mi criterio en este artículo, aunque mantengo mi postura y libertad de pensamiento casa adentro.

Me referiré a un tema menos controversial: la Navidad, una época esperada porque se supone que saca lo mejor que cada uno guarda en su corazón, pero ¿realmente es así? El mundo ha pasado por algunas pruebas, precisamente, para medir ese grado de bondad que debe ser característico en los seres humanos, casi siempre con resultado negativo. A veces, no puedo evitar que el pesimismo invada mis pensamientos, sobre todo, al ver cómo la avaricia se descontrola, provocando que esa maldad para lograr mezquinos objetivos, nos reduzca a ser personas indiferentes e insensibles.

Por otro lado, me alegra que ya sea diciembre, tacharé de mi lista las metas cumplidas, siendo prioritario encontrar una nueva ruta para alcanzar las que quedaron pendientes, eso mantiene mi esperanza en que puedo ser parte de esa mayoría que busca el bienestar, no solo en lo personal, sino también dentro de la sociedad, así sea aportando con un granito de arena. Procuro hacerlo desde mi arte, con mis escritos y fotografías, que van madurando bajo una nueva perspectiva, tomando como ejemplo a otros locos y crédulos en la posibilidad de que exista el bien común, construido con base en buenos hábitos y virtudes.

Diciembre es el mes que, en lo personal, revive bonitos recuerdos, entre ellos, cuando nos reuníamos en torno a la mesa que mi abuela materna se esmeraba en servir, y donde el abuelo repartía los regalos a sus nietos. Mis padres, por su lado, compraban la ropa acorde a los colores pintorescos de la fiesta: rojo y verde eran sus preferidos, dejando el amarillo y blanco para Año Nuevo. 

Además del color, puedo asegurar que la Navidad tiene su aroma particular, una mezcla de césped mojado, musgo y viruta que se acentúa con la ligera llovizna que cae, de forma inesperada e intermitente, sobre la ciudad en este tiempo. A pesar de que surgen inéditas interpretaciones musicales, mi canción preferida es El burrito sabanero, ya que me transporta hacia ese período de la niñez, en el que las monjas del colegio hicieron lo posible por dejar, en la memoria de sus alumnas, inolvidables momentos de vida, al menos, así lo fue para mí. 

Ellas impulsaban ese espíritu de cooperación y generosidad, mediante la venta de rifas, pesebres vivientes, de los cuales formé parte en quinto y sexto grado de primaria, representando a José y María, respectivamente. También organizaban visitas a centros educativos, donde repartíamos juguetes a niños de escasos recursos, asimismo, frecuentábamos asilos para contrastar otras realidades. 

Culminaban los festejos en el salón de clases, entre villancicos, caramelos, pasteles, colas y galletas, donados por nuestras familias. Cómo no extrañar aquellos gestos que buscaban aplacar vicisitudes ajenas, aunque sea solo en Navidad, son esos actos nobles, cultivados desde la escuela, los que recuerdo con gratitud.

Por ello, espero que mis estimados lectores puedan revivir sus remembranzas, en especial las navideñas, considero que es donde germina el verdadero sentido que debe guiar nuestras acciones, y así mantener la fe en la humanidad.

¡Feliz Navidad!



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1 comentario

  1. La navidad es una época de alegría, nostalgia, de familia, de caridad y buenos deseos. Sin duda me ha ayudado a recordar todos los buenos momentos vividos en esta festividad, junto a mis seres queridos.

    Feliz navidad para usted y gracias por su artículo!

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