1 mayo, 2024

Rey del Universo

Al concluir el año santo de 1925, específicamente el 11 de diciembre, el Sumo Pontífice Pío XI, promulgó mediante una carta encíclica llamada Quas Primas la Solemnidad de Cristo Rey, como respuesta al creciente ateísmo y secularismo del momento. Los documentos históricos demuestran que ciertas fechas importantes, como esta, fueron instituidas conforme lo pedía la necesidad del pueblo cristiano, cuando hacía falta robustecerlo contra un peligro o defenderlo contra los errores del paganismo.

El documento fue publicado en el año del aniversario XVI del centenario del concilio de Nicea donde se definió y proclamó como dogma de fe católica la consustancialidad del Hijo Unigénito con el Padre. Además, recordemos que en el credo de Nicea que recitamos los domingo decimos públicamente “y su reino no tendrá fin”, proclamando la real dignidad de Jesucristo. En ese decreto también se ordenó renovar la consagración “de todo el género humano al Sacratísimo Corazón de Jesús, con la misma fórmula que nuestro predecesor, de santa memoria, Pío X”.

Aunque el Vicario de Cristo basa su decisión en algunas citas bíblicas como cuando Jesús le responde a Pilato que su reino no es de este mundo, también podemos citar a san Cirilo de Alejandría, para demostrar que se debe adorar a Jesús ya que en él se dan las naturalezas humana y divina (unión hipostática): “posee Cristo soberanía sobre todas las criaturas, no arrancada por fuerza ni quitada a nadie, sino en virtud de su misma esencia y naturaleza”; y a san Ambrosio: «Justamente la inscripción está sobre la cruz, porque el Señor Jesús, aunque estuviera en la cruz, resplandecía desde lo alto de la cruz con una majestad real».

En Quas Prima se establece la solemnidad para el último domingo de octubre, esto es, el domingo que inmediatamente antecede a la festividad de Todos los Santos, pero debido a los cambios que se establecieron luego del Concilio Vaticano II, el papa san Pablo VI decretó el motu proprio de nombre Mysterii Paschalis el 14 de febrero de 1969 donde, entre otras cosas, indica que la solemnidad se celebraría el último domingo ordinario, esto es, antes de comenzar adviento.

En los días de fiesta de esas solemnidades, el papa Benedicto XVI en el 2009 comentó: “Es el poder del Amor, que sabe sacar el bien del mal, ablandar un corazón endurecido, llevar la paz al conflicto más violento, encender la esperanza en la oscuridad más densa”, y el papa Francisco en el 2016 dijo lo siguiente: “Compartimos con alegría la belleza de tener a Jesús como nuestro rey; su señorío de amor transforma el pecado en gracia, la muerte en resurrección, el miedo en confianza”.

La solemnidad de Cristo Rey es una celebración litúrgica que destaca la realeza de Jesús y su dominio sobre todo el universo. Celebremos esta fecha con mucha alegría, predisponiendo nuestros corazones al adviento que está a solo una semana. Que Cristo no solo sea rey del cosmos sino rey de nuestra propia historia.



Artículos relacionados

Los terraplanistas

Los terraplanistas existen y son cada vez más. Hace décadas fundaron la International Flat Earth Society, y en julio del 2019 presentaron en España su primer equipo de fútbol profesional, llamado Flat […]

Si tan solo volviera quince minutos…

Desde que era chico mi papá me decía que estas fiestas no le gustaban porque lo ponían melancólico. Yo no lo entendía porque siendo niño, era beneficiario de los regalos que le pedía. Sin embargo y desde hace muchos años le doy la razón, ya que con el tiempo he llegado a ser como él.

Muchos dirán que estas fiestas son bonitas porque son familiares o porque se recuerda el nacimiento del niño Jesús. Yo creo que las misma son buenas para los que tienen dinero y malas para los que carecen de él. Para los pudientes, estas navidades son sinónimo de juguetes caros, regalos costosos, celebraciones con comidas exóticas y licores finos. Sin embargo, en los barrios marginales se la vive con agua caliente endulzada por azúcar o canela y un pan.

Estos contrastes marcan la injusticia social de una sociedad que nos divide, a fuerza de obligarnos a festejar un acontecimiento cuyo mayor beneficiario es el comercio. Todos los almacenes venden más y el aparato productivo hace que la economía se reactive. La gente saca dinero de donde sea y las tarjetas de crédito son infladas a más no poder. Es imposible decirle a un niño de clase media para arriba, que esta navidad se la va a celebrar solo acudiendo a misa para recordar el nacimiento del niño Jesús. No existe forma de explicarle a un menor de edad que no hay dinero para los regalos, ya que la propaganda y la publicidad es tan fuerte, que su mensaje real y subliminal es claro y contundente: si te quieren, te darán regalos y mientras más te quieran, deberán ser más caros.

1 comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×