3 mayo, 2024

El efecto de leer a Paulo Coelho

«Siempre, antes de realizar un sueño, el Alma del Mundo decide comprobar todo aquello que se aprendió durante el camino. Hace esto no porque sea mala, sino para que podamos, junto con nuestro sueño, conquistar también las lecciones que aprendimos mientras íbamos hacia él. Es el momento en el que la mayor parte de las personas desiste. Es lo que llamamos, en el lenguaje del desierto, morir de sed cuando las palmeras ya aparecieron en el horizonte».

Este es uno de los párrafos que subrayé, hace varios años, en el libro El Alquimista del novelista, dramaturgo y letrista brasileño Paulo Coelho, y desde ahí me sumergí en cada una de sus historias, el lenguaje sencillo y las frases de vida que utiliza el autor en sus narraciones, hace que sea rápido y comprensible su mensaje. Por ello, resulta fácil leer también: El demonio y la señorita Prym, El peregrino de Compostela (diario de un mago), Veronika decide morir, A orillas del río Piedra me senté y lloré, El zahir, Aleph, La bruja de Portobello, El vencedor está solo, Once minutos, Las Valkirias, El Don Supremo, Manual del Guerrero de la Luz, y por último, Adulterio.

Como mi inquietud literaria estaba despertando y sentía que solo me concentraba en un estilo narrativo, detuve la lectura de Coelho para descubrir a otros autores. Desempolvé algunos libros clásicos de mi pequeña biblioteca como Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, Marianela de Benito Pérez Galdós, Cuentos de Navidad de Charles Dickens, Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, El nombre de la rosa de Umberto Eco, La casa de los espíritus de Isabel Allende; me convertí en fiel admiradora de Edgar Allan Poe, Lovecraft, Stephen King, Agatha Christie, entre otros, pero no es mi intención crear la imagen de una lectora presuntuosa, ya que me falta bastante por aprender, y no quiero apartarme del tema central de este artículo que es una anécdota que viví, precisamente, por leer al señor Coelho.

Para explicar hacia donde quiero llegar, es preciso retroceder al 2015, cuando escribí mi primer cuento infantil Paula, hija de la luna, con la intención de presentarlo en un concurso de relatos cortos, pero el tiempo jugó en contra y no pude enviar el texto. Mi familia fue un apoyo incondicional y me animó a terminar la historia, para finalmente publicarla. En el 2018, autopubliqué una novela contemporánea y varios relatos cortos.

Hasta ese entonces, concebía la escritura como mi catarsis emocional, liberé y sané viejas heridas familiares y amorosas que fueron plasmadas en esas historias. Con el pasar de los meses, prepararme para continuar el camino literario que había escogido, era indispensable, me inscribí en varios talleres de escritura en los cuales conocí a autoras ecuatorianas de gran trayectoria, quienes impartieron lecciones valiosas. 

En uno de ellos, mientras analizábamos el trabajo relevante de algunos autores, no sé por qué mencioné primero a Paulo Coelho, habiendo leído a otros tantos. De inmediato, la escritora-profesora, con una irónica sonrisa, refutó mi opinión y aseveró que la imagen del autor era producto de un marketing bien elaborado y que el contenido de sus obras no era referente para un estudio formal. Silencio total en la sala, tragué saliva y no volví a participar de ningún comentario que me hiciese quedar como una analfabeta literaria. 

«Al fin y al cabo, era ella la escritora reconocida, y yo una alumna que había omitido el nombre de autores importantes» pensé. Regresé a casa, con varias inquietudes que, como consecuencia de aquel gesto burlón, se habían fijado en mi mente. Investigué en Wikipedia todo lo referente a Paulo Coelho que pudiese ayudar al yo herido a entender lo sucedido. 

«Paulo Coelho, es uno de los escritores y novelistas más leídos del mundo. Alcanzó el éxito con su mayor obra, El Alquimista. Tiene más de 320 millones de libros vendidos en más de 170 países (224 territorios), traducidos a 88 lenguas.

Es el escritor con mayor número de seguidores en las redes sociales, alcanzando cifras de 29,5 y 15,5 millones solo en Facebook y Twitter. Desde octubre de 2002 es miembro de la Academia Brasileña de las Letras. Ha recibido destacados premios y reconocimientos internacionales, como la prestigiosa distinción Chevalier de L’Ordre National de La Legion d’Honneur del Gobierno francés, la Medalla de Oro de Galicia y el premio Crystal Award que concede el Foro Económico Mundial, entre muchos otros premios que ha obtenido gracias a su gran éxito.

Además de recibir destacados premios y menciones internacionales, en la actualidad es consejero especial de la Unesco para el programa de convergencia espiritual y diálogos interculturales, así como Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas. Escribe columnas periodísticas semanales que se publican en medios de todo el mundo».

Entonces, si este autor tiene un impresionante curriculum literario ¿cómo pueden ciertas personas minimizar estos logros? —pregunto, con todo el respeto que merecen los críticos de su obra.

No he olvidado lo sucedido con aquella escritora, ya que como alguien dijo por ahí: «Las personas olvidarán lo que dijiste, pero nunca olvidarán lo que les hiciste sentir». Pues bien, me hizo sentir como un ser extraviado en el mundo de la literatura, y por más que buscaba no encontraba razones para ese menosprecio hacia Coelho, no solo de ella, sino de sus detractores, así como los tiene Ricardo Arjona en el mundo musical, y Frida Kahlo en el ámbito de la pintura.

Considero que, en ese momento, me inscribí en el taller de escritura con la persona correcta, a quien por cierto respeto y admiro por su trabajo, fue ella quien dio las pautas para pulir mi estilo literario. Reconozco que estuve a punto de desistir ante este episodio que me intimidó un poco, sobre todo, porque recién estaba incursionando en el mundo de la escritura, pero lo tomé mas bien como una lección y recordé la frase que Coelho, con mucha habilidad, repite en El Alquimista: «Cuando quieres una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla», a lo que agregaría que también se requiere de fuerza de voluntad. Es así como seguí estudiando y creando historias, terminé una Maestría en Escritura Creativa que impulsa mi sueño de convertirme en una gran escritora. 

Si bien es cierto que la obra de Coelho tiene dos corrientes identificadas: por un lado la facción de la comunidad literaria que no valida su trabajo, por el otro, el incremento de millones de lectores que lo convierten en uno de los escritores más exitosos; yo, retomaré la lectura de sus historias.



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1 comentario

  1. Personalmente, no he leído nunca al sr. Coelho. Sé que es amado y admirado por muchos, y muy criticado por otros. Creo que, a fin de cuentas, es el gusto de cada quién, y si alguien disfruta de leerlo, está perfecto. No por nada es alguien reconocido que ha vendido millones de libros a nivel mundial. ¡Algo tiene que tener para lograr aquello!

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