27 abril, 2024

Los diezmos y las alcabalas

Los Diezmos, posiblemente fue el 1er. impuesto de la Corona Española a sus Colonias en Latinoamérica. De vieja data, pues ya existía en Europa, desde la época medieval, cuyas actividades económicas eran fundamentalmente agrícolas y la de los Talleres artesanales, para la fabricación de armas de los ejércitos medievales, posteriores a la caída del Imperio Romano.

Los Diezmos eran compartidos por igual, entre la Iglesia Católica y los Reinos de Europa. Consistían en un gravamen equivalente al 10% de la producción agrícola. Por cada 10 medidas económicas de producción, uno, se retenía como impuestos.

Los Diezmos fueron trasladados a las Colonias españolas, para suplir los gastos de defensa, de la piratería Inglesa y Holandesa a tierras de América (México, Las Antillas, Florida, toda América Central y América del Sur, excepto Brasil. y para mejorar la infraestructura de las ciudades coloniales, en ocasiones destruidas por las erupciones volcánicas, terremotos y tsunamis, que de tanto en cuanto se dieron en lo que hoy son las Repúblicas del Ecuador, Perú y Chile.

Los Diezmos finalmente fueron suspendidas por la Iglesia Católica, por las gestiones diplomáticas del hijo del General Flores ante el Vaticano, que accedió voluntariamente, según no los relata el investigador histórico Sr. Guillermo Arosemena A., en el Tabloide “Memorias Porteñas”, que publica Diario Expreso de la ciudad de Guayaquil.

Este odioso impuesto, se había reducido su recaudación en la Sierra Central ecuatoriana que dependía de la Industria de los Telares, muy venida a menos, en aquellas épocas, pero afectaba económicamente en mayor grado a la agricultura de la Costa, sobre todo del Cacao.

Este impuesto, fue por muchos años en ascenso y su recaudación aumentó notablemente las Áreas gobernadas por Oidores y Regidores, en las Colonias y posiblemente a su propia economía, pues eran los encargados de su recaudación, hasta que las enfermedades del Cacao, terminaron con gran parte de los sembríos y del sustento de sus campesinos.

Las recaudaciones bajaron considerablemente para la Corona española que afectaba por igual a la imagen de la Iglesia, pues el obrero de las Mitas y de los Telares, eran en realidad una forma de esclavitud. Los suprimieron.

Las Alcabalas.

Se trataba de un impuesto, establecido por los Reyes de España, hacia los años 1592/1593, consistente en un gravamen del 2%, sobre la venta de inmuebles, aplicable en toda la Real Audiencia de Quito.

El pueblo quiteño y de toda la Real Audiencia, se levantó, en protesta de este gravamen, pese a la consecuencia de su finalidad. Destinar dicha recaudación para “equipar una Armada que vigilara los mares de las Indias” y protegiera el comercio y las Ciudades y Puertos de América, que constantemente sufrían el ataque de Corsarios y Piratas Ingleses y Holandeses que los saqueaban y quemaban para apoderarse de sus riquezas” (Wikipedia).

Los revoltosos fueron masacrados, cuando fracasaron sus intentos pacíficos, via peticiones a la Corona Española, a través del Regidor de la Real Audiencia de Quito.

Fue la primera ocasión quiteña de una INSURGENCIA contra la Corona, que con unas 1000 personas, salieron a las calles a protestar.

Hubo una MEDIACIÓN, mejor dicho un MEDIADOR, el padre FRAY Pedro Bedón, sacerdote que gozaba de prestigio ante la Comunidad quiteña.

Aceptada la mediación, el pueblo dió una “TREGUA”, a los españoles, pero desconocían que esperaban un contingente armado, enviado desde Lima a Quito, para fortalecer la Plaza y empezaron una fuerte persecución, contra los dirigentes de la revuelta y fueron colgados, uno por uno, en la noche, en la Plaza de Armas, para que los quiteños viesen los cuerpos colgados al día siguiente, como escarmiento.

Los hechos vividos en Quito los primeros 10 días del mes de Octubre del presente año 2019, pudiesen tener una cierta similitud con estos hechos históricos, del siglo XVI y principios del XVII de la era cristiana.

En el Ecuador, en esta ocasión no se trataba de un gravamen, sino de la eliminación de un subsidio, que tendría una incidencia en el costo de la vida, para lo cual se establecieron ciertas compensaciones, especialmente para las clases más pobres.

Las acciones y los resultados fueron diferentes, hubo, paros de transportistas, que se suspendió, por cuanto lograron su propósito, subir un 30% el costo de la tarifas. A las acciones de los transportistas, se unieron las organizaciones indígenas.

Hubo marchas del indigenado serrano -aparentemente pacíficas-; hubo reclamos airados, otros mal intencionados y posteriormente violentos del indígenado amazonico (su Dirigencia) y unos 1.000 indígenas mestizos, aupados en las organizaciones gremiales: La Conaie (Confederación Nacional de indígenas del Ecuador), Pachakutik, y otras.

Hubo violencia en los reclamantes, destrozos en la ciudad de Quito (su Centro Histórico), vandalismo y pillaje, quema del Edificio de la Contraloría General del Estado, de sus archivos y sistemas de investigación, quema de un Canal de Televisión (Teleamazonas), destrucción y quema de vehículos institucionales, privados y de socorro, retención y agravios graves de las fuerzas del orden (FF.AA. y PP.NN.), destrozo del Centro Histórico de Quito, declarado por las Naciones Unidas: “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, algunos muertos y miles de heridos.

Una masa humana de “protestantes” indígenas (mestizos) y una dirigencia irresponsable que quiso gobernar, -con violencia- al país y desestabilizar el Gobierno Constituido, con graves sospechas de financiamiento extranjero, desde Venezuela y del ex Presidente Correa y sus adláteres, para provocar el caos y luego tumbar al gobierno del Presidente Moreno.

Gracias a Dios brilló la Luz de la inteligencia del Presidente y sus Ministros de Estado y se logró conformar un Diálogo, que proponga una mejor propuesta que la gubernamental, respecto de la eliminación del subsidio a la gasolina y al Diesel. El diálogo se dio entre las partes en conflicto, con la participación de un Delegado de las Naciones Unidas y un representante de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

No hubo tal Diálogo, pues la parte de los varios representantes de las Comunidades indígenas del Ecuador, solo tuvieron una postura: La derogatoria del Decreto Ejecutivo 883, que liberó el subsidio a las gasolinas y el gas.

Finalmente, el Gobierno accedió y derogó el Decreto Ejecutivo, poniendo fin al subsidio y devolviéndole la paz al país, que durante 11 días, lo mantuvo en zozobra, ocasionándole cuantiosas y millonarias pérdidas, al igual que a los sectores productivos privados..

Las regulaciones continúan y se dictan nuevas disposiciones presidenciales y nuevos decretos, que van por la vía de una Reforma Tributaria, para que el Comercio, la Industria, la Pequeña Industria y los negocios pequeños, recuperen las pérdidas sufridas y se estudian nuevas fórmulas menos afectadoras al pueblo de menores recursos, por el posible impacto económico se de, de mejor manera que la propuesta presidencial de hace un mes, y logre igualmente la supresión de subsidios de las gasolinas, de manera gradual, sin los efectos inmediatos que el Decreto 883, causó, respecto de la carestía del costo de la vida.

Finalmente triunfó la sensatez y volvió a recuperarse la paz.

Sin embargo nuevos pasos y posibles protestas se anuncian, aún antes de conocerlas. El representante amazónico de la Conaie, sugiere la creación de un ejército paralelo, para defensa de sus comunidades, al puro estilo venezolano.

Un afán de no querer comprender que debemos ajustarnos los cinturones por un año, para lograr el despegue de la economía ecuatoriana, que viene sufriendo, sobre todo, el sector privado con el dictamen de una legislación, que durante una década, intentó desaparecerla y sustituirla por, exclusivamente, desde un manejo público, que engrosó la burocracia queriendo convertir al Gobierno pasado en el único Actor y Rector de la economía ecuatoriana.

Desde esta columna le enviamos un saludo de esperanza y de adhesión al equipo de trabajo del Presidente Moreno, para que encuentre los mecanismos necesarios para solventar la economía nacional y a los “Dirigentes”, que piensen más en la Patria, que en sus propios intereses personales y gremiales.

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