27 abril, 2024

El mapa genético

El mapa genético abre ilimitadas posibilidades para el entendimiento del verdadero papel de la raza humana.

El libro cromosómico de la vida, hace revelaciones sorprendentes como la de que el ser humano a pesar de su complicado desarrollo evolutivo y la alta sistematización de su sistema nervioso central, tiene apenas dos genes más que los de una mosca.

Por genoma entendemos el código genético necesario para la creación de una creatura viva, sea vegetal, animal o humana.

El ADN es una secuencia de moléculas de fosfato y azúcar en forma de una cadena de doble hélice, compuesta por eslabones interconectados.

Este maravilloso descubrimiento ha demostrado que los seres humanos somos más similares de lo que se creería y también más próximos al resto de las criaturas de lo que nunca se había pensado.

Todas las características y el mismo funcionamiento de los humanos, al igual que cualquiera de los seres vivientes del universo, están descritos en su ADN.

El hombre tiene aproximadamente 3.000 genes.

No mucho más de los que tienen un ratón, un gusano o una mosca.

No es un organismo tan especial como se pensaba. Comparte un numeroso material genético con el resto de los mamíferos y también con microorganismos tan simples como la levadura.

En esencia, una migaja de pan tiene material genético similar a cualquier espécimen de la raza humana.

Su diferencia estriba en cómo está colocado el mismo material genético en la secuencia de la cadena.

La importancia de este descubrimiento es lo que en sí mismo significa y está dado por el uso que se le dé.

El análisis de esta información servirá para efectuar tratamientos mediante el manipuleo genético, contra enfermedades que son incurables.

Enfermedades como la esquizofrenia, podrá ser evitada al detectar en el feto la presencia del gen que la causa y mediante su manipuleo o extracción, evitar que el ser que nazca no tenga esta enfermedad.

También servirá para personalizar la medicación que se les da a los pacientes.

También se usará para entender como el hombre ha evolucionado desde lo que era, hasta el ser altamente especializado que es hoy.

Esta información nos demuestra que todos los seres en definitiva; estamos compuestos por la misma materia, obedecemos a las mismas leyes físicas, despedimos la misma energía y somos  iguales en nuestra estructura.

Por la mayor información que se obtiene cada día, los humanos tendrán mejor comprensión de los fenómenos de la naturaleza y especialmente para sí mismo. El terrícola del futuro no tiene límites en el conocimiento y las aplicaciones del genoma.

Algún día no necesitaremos hablar para comunicarnos, ni desplazarnos físicamente para viajar.

Las enfermedades se evitarán por el manipulo genético y podremos viajar en el tiempo.

A fin de cuentas, Dios nos hizo a su imagen y semejanza; por lo que no hay razón para asustarnos de parecernos a él.

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Comparto con mis lectores mi testimonio acerca del beneficio de la terapia con las Flores de Bach.

Luego de ser diagnosticada de Lupus, una enfermedad autoinmune en dónde tus propias defensas orgánicas te atacan, que además afecta al equilibrio psicológico y emocional y destruye poco a poco distintos órganos del cuerpo, no podía vivir sin tomar medicamentos antiinflamatorios y analgésicos además de pastillas para poder dormir y estar tranquila.

Todo esto dio su efecto de curación de los síntomas, es decir una curación momentánea, pero estaba dañando uno de los órganos más importantes de mi cuerpo: los riñones. Los riñones son una especie de filtro natural por dónde pasan todas las sustancias que ingerimos para luego, los desechos que resultan de su depuración, ser eliminadas por la orina. Imaginemos que los riñones actúan como una especie de “cedazo” por eso cuando se dañan o se tapan” dejan de funcionar y es ahí cuando lamentablemente las personas deben someterse a tratamientos como la diálisis. La diálisis suple de alguna manera esta función renal, “limpiando” la sangre de las toxinas y desechos que los riñones ya no pueden depurar.

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