30 abril, 2024

Resonancia cuántica de un jefe de Estado

Fue un acérrimo militante socialista, pero sin ninguna estatura o significativo peso político, escasamente inteligente, apenas uno más de aquellos perfilados contra el sistema y que procuraba hacer poder de cualquier manera.

Su primera transformación se dio junto a un trágico confinamiento. Fue escogido como binomio por no presentar desafío alguno a la revolución. El suplicio familiar se aplacó al llegar a la vicepresidencia, su segunda transformación. Tuvo poder a la medida permitida por su superior, pero sus limitaciones no impidieron ser parte de toda la corrupción efectuada por un régimen. Fiel a la tendencia, continuaba siendo socialista. Recibió abusos directos, pero supo también callar y aguantar. Cuando no sirvió más al aparataje fue enviado a un retiro dorado. La estrechez coyuntural le otorgó su premio. Quiso imponer su compañero de fórmula. Pagó el precio y llegó al verdadero poder, su tercera transformación. Tomó revancha y exilió del poder a sus antiguos camaradas. El circo tenía nuevo director, muchas expectativas, pero un mismo show y una audiencia en franco declive.

Su creencia y postulado en el socialismo se contrapone al advenimiento de nuevas riquezas. Poco le importa ya la política; le impone al país un pausado ritmo hacia el despeñadero mientras una moneda fuerte sirve como última red de seguridad; sus propios encuestadores se ausentan ante su notorio desprestigio; busca desenfrenadamente una fiable fórmula de salida personal y familiar. Se aproxima a su cuarta y última transformación.

 

Artículos relacionados

Cosas que están mal

Alecksey Mosquera, ex ministro de electricidad del Expresidente Rafael Correa, ya está libre, desde el 31 de julio. Recibió solamente un millón de dólares de Odebrecht, cuando aún era funcionario público. Recibió […]

Notas sobre la guerra contra Palestina

Cualquier epidemia de la enfermedad más grave es nada comparada con las guerras… En la mente del guerrero solo prima la destrucción. Es la hora de liquidar… De arrasar con todo lo que se oponga a dicha liquidación… Lo importante es matar… ¿Son niños? ¿Son mujeres? ¿Son ancianos? No importa! Lo importante es matar! Que las manos por el crimen queden manchadas de sangre, como explicó con frialdad ajena a toda femineidad, la diputada israelí Ayelet Shaked al explicar la razón (su razón) de asesinar palestinos… “Todas las madres palestinas deben ser asesinadas por parir pequeñas serpientes”. En la guerra no hay perdón, aunque la fe religiosa del victimario lo proclame, desde la letra muerta de su libro sagrado… Toda guerra es sinónimo de deshumanización… No hay más risas… No hay más lágrimas… No hay más amor… ¿Será porque, como ha explicado Ralph Linton en su <> “No somos ángeles caídos, sino antropoides erguidos”?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×