29 abril, 2024

Subsidio al salario mínimo sufre degradación

El impuesto más perverso a la mano de obra no calificada, existente en demasía en el país, es el salario mínimo. La kikuyesca sugerencia de un incremento salarial a través del subterfugio de un subsidio al consumo eléctrico, sin sustento técnico y con altísimo contenido político, no reparó en la imperante necesidad de eliminar subsidios para dinamizar la economía y volverla más competitiva. Menores costos netos tienden a una mayor generación de fuentes de trabajo.

El Ecuador es un país de alto riesgo para la inversión, demasiado caro para la producción local, carente de seguridad jurídica, estructuralmente endeble y que propende de manera natural hacia la importación de bienes y servicios. Durante los últimos doce años el mercado perdió confianza en el país a raíz de la alarmante corrupción estatal y el encerramiento comercial. El tamaño de su mercado es reducido y por ende el concepto de economías de escala tendrían mayor razón de aplicabilidad en países con poblaciones mayores.

El país necesita de inversión extranjera para su desarrollo y requiere adaptar su infraestructura manufacturera con fines exportadores. La eliminación del salario mínimo contribuiría a la competitividad del país al reducir considerablemente los costos de contratación y despido de personal. Tal cual una Banana Republic, el fallido aumento salarial a cambio de un subsidio constituía un esfuerzo más dentro de un compendio de emprendidas medidas marginales que solo conducen a mayor pobreza. El demagógico aumento de $8 mantiene esa línea.

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UN PROBLEMA PERMANENTE: PALESTINA! Y no de ahora… Desde mucho antes de la descolonización del imperio otomano. En realidad, un problema que nos concierne a todos. E históricamente, una realidad social sinónimo de genocidio, manipulación política, migraciones y refugiados, ausencia de solidaridad humana, distorsión y sesgo político de la justicia internacional… Al parecer, y desde cierta coherencia práctica, todo esto pasaría al recuerdo, aunque recuerdo fuertemente negativo, ante el reconocimiento definitivo de la formación actual del Estado Palestino. Al menos hay gestos mucho más claros, al respecto, desde la Casa Blanca que en circunstancias anteriores. Pero también de instituciones que antes opinaban poco sobre el asunto. Para el Banco Mundial, por ejemplo, aunque “Todavía se requieren cambios significativos en el ambiente político para incrementar la inversión privada, particularmente en los sectores productivos (…), su actual estrategia de creación de instituciones y reparto de servicios públicos, está bien posicionada para el establecimiento de un estado en cualquier momento en un futuro cercano”. Actitud interesante a la que hace sumatoria la declaración del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, de que España reconocería el Estado Palestino, en este año 2011, al margen de la posición colectiva de la Unión Europea.

1 comentario

  1. Todos los subsidios ( a mi entender) son no solo demagógicos) sino que reducen también el deseo de superación de quienes lo reciben. La vida es una lucha en contra de la tendencia natural al acomodamiento que reduce la iniciativa de superación en la gente que más lo necesita y, crea el camino del estado repartidor de dádivas a todos los niveles. Ese mal llamado nacionalismo que cuando se lo llama correctamente es solo proteccionismo, es otra política de atraso que tampoco ayuda a la competitividad de la industria local. Quien si no tiene insentivos quiere invertir en su industria? Lo que se necesita es muchos insentivos y reformar y agilizar toda la política económica del estado , laboral y privado.

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