27 abril, 2024

Rafael e Irma: Devastadores

Los dos fenómenos han sido devastadores. Cada uno de forma diferente, pero muy dañinos. Ambos espantajos dejaron una estela de destrucción, pérdidas de vidas y afectación a las economías del Estado y de las personas.

Rafael con una permanencia nunca antes experimentada en el país, pulverizó la economía, dejó sin trabajo a miles de ecuatorianos, se fomentó el consumo de drogas, el sicariato, la pobreza que trajo consigo la informalidad, delincuencia, muchos jóvenes se quedaron sin estudiar y a los jubilados se les hizo polvo sus pocos ingresos.

Durante una década los ecuatorianos aguantaron estoicamente la devastación de Rafael. Todos los sábados y por casi 4 horas, la vejación, el insulto y el menosprecio fue el plato fuerte que daba inicio al fin de semana, aunque sean días festivos.

Con Rafael, el asalto a los fondos públicos unido a la falta de control y a la complicidad de los que debían velar por ellos, dejaron un país al borde de un colapso económico, ético y moral. Endeudado y con intereses agiotistas. Con recursos naturales entregados en garantía por años, disponiendo arbitrariamente del dinero de los ecuatorianos depositados en la banca privada.

La devastación de Rafael aún no se la logra cuantificar en su totalidad. Los ecuatorianos ven con ojos de incredulidad como se los ha empobrecido, mientras un círculo de sinvergüenzas pasean y ostentan sus fortunas sin recato alguno.

Con el paso de los días y si los encargados de escarbar y destapar la corrupción dejada por Rafael lo hacen en forma transparente e imparcial, situación poco probable, se podría evidenciar cuánto daño causó en la denominada década ganada.

Irma fue considerado como el huracán más poderoso que han experimentado los pueblos del Caribe y de la Florida, aunque ya se están gestando otros de similares magnitudes.

Su devastación ocasionó ingentes pérdidas que no terminan de establecerse principalmente en aquellas islas donde pegó con mucha más fuerza. En la Florida la zona de los Cayos fue la más golpeada, mientras otras ciudades aún experimentan los estragos.

La Organización meteorológica mundial, cada año asigna una lista de nombres para la temporada de huracanes. La lista que está en orden alfabético, conteniendo nombres de mujeres o de hombres, exceptuando la Q, la U, la X, la Y y la Z., debido a que pocos nombres comienzan con esas letras.

Por lo indicado, no es verdad que a los huracanes sólo se les asignen nombres de mujeres por su destrucción, ni que jocosamente se diga que es porque: “Se llevan tu carro, tu casa, tus muebles y todo cuanto tengas”

Se estima que Irma va dejando una pérdida de $250.000 millones, se dice que Rafael gastó una cifra cercana a los $265.000 millones en 9 años; aunque hay que considerar sus diferencias, son fenómenos que se aspira no se repitan nunca más.

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Para aprender el arte de vivir, hay que aprender a convivir.

Presento aquí diez reglas para vivir en armonía:

1. Dominarse a uno mismo. Hay que dominarse a uno mismo antes que pretender dominar a los demás. Es indudablemente el dominio de la fiera más salvaje. La gran ventaja que hay es el conocerla, lo que hace que sea factible lograrlo. Si no me venzo a mí mismo, ¿Cómo puedo pretender hacerlo con los demás?

2. Ser firme. Nunca violento. El razonamiento nos puede permitir llegar a la otra persona con mucho más seguridad de un triunfo permanente que la violencia. Toda acción provoca una reacción y mientras más violenta sea la acción, más violenta será la reacción.

Ladrones de Quito

Miembros de una banda mixta de jóvenes decidieron robar en una joyería de lujo del centro comercial Río Centro de Samborondón, cerca de Guayaquil; los cogieron con las manos en las joyas, valuadas en más de 40 mil dólares. De acuerdo al fiscal y a las declaraciones de prensa, son “gente de Quito”; se tomaron la molestia de viajar “al Guayas” para usar una llave maestra de vitrinas, las escenas están grabadas en los videos de seguridad, robaban furtiva pero audazmente, por su objeto y forma bien se podría llamar un “robo de altura”.

En otro centro comercial de Guayaquil, extorsionaban a un ciudadano con 40 mil dólares que le habían sido exigidos, bajo amenaza de muerte, “para no secuestrarlo”, los siguieron, los atraparon y descubrieron que eran miembros activos -y no precisamente tropa- de la policía llamada “nacional”, aunque en realidad es policía serrana. Usaron para la extorsión un vehículo y un arma de la policía, institución que cada año recibe literalmente cientos de millones de dólares de nuestros impuestos dizque para proveer más seguridad.

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