28 abril, 2024

El respeto

La palabra que mejor define la civilización, es RESPETO. Todo ser humano merece respeto. Todos los seres humanos tenemos derechos y por ende, obligaciones, ya que no podemos tener derechos sin tener al mismo tiempo, obligaciones. La principal obligación es respetar el derecho de los demás. Tu derecho termina donde empieza mi derecho, y viceversa, mi derecho termina donde empieza tu derecho. Esta es la regla de un mundo civilizado.

En la antigüedad existía el derecho de la fuerza, el cual, poco a poco, fue cambiando al del poder. El más salvaje, el más desalmado, poseía el derecho, ya que lo imponía por la fuerza a los demás. Luego, al estabilizarse el poder de la fuerza, se fue poco a poco asentando hacia la autoridad, la cual, se manifestaba por las leyes.

El mundo ha evolucionado desde la imposición de la fuerza, donde se hacía la voluntad del más fuerte, hasta la que se llama justicia. Desgraciadamente el poder de la fuerza ha continuado manifestándose siempre por debajo, de modo que la justicia siempre se manifiesta a través de los que tienen el poder, ya sea por la fuerza o por la capacidad económica.

Así mismo, poco ha cambiado la crueldad humana. Siempre, el espíritu competitivo del ser humano, lo ha llevado a destruir a su contrincante, o al que potencialmente pueda serlo.

Hace más de dos mil años un hombre solo, hablando con razonamientos que fueron convirtiendo a otros, llegó a ser una amenaza, e incluso los de su propio grupo  instigaron a los que los dominaban en ese entonces, para que ese individuo sea eliminado. La crueldad que se vivía en ese tiempo, hizo que ese hombre fuera no sólo azotado, insultado, vejado, sino incluso crucificado, sin haber llevado consigo ninguna culpa, ni ninguna arma, excepto el amor.

Pero el poder de la fuerza, que poco a poco, con la evolución de las armas, que puso al poder físico a un lado, fue sofisticándose y cambió al poder de la justicia, en la cual podía intervenir fácilmente el poder económico.

Ahora el respeto no se manifiesta, el respeto se impone. El ser humano ha perdido su capacidad de razonamiento. Se lo quiere obligar a seguir órdenes. Se le quiere quitar el poder de razonamiento, que le permita, con libre albedrío decidir sobre el destino de su mundo, e incluso sobre su propio destino. Se quiere tratar al ser humano como se trata a los animales domésticos, sin capacidad de razonar y discernir. Simplemente obedecer. Se pierde el respeto y se pasa al poder, a la imposición y “se da pensando”, para que el pueblo, como el ganado, siga su camino hacia el corral.

Seguiremos con la segunda parte.

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