Estuvimos en la exposición 60 años de trayectoria en las artes plásticas de Francisco Arteta; 70 cuadros-pintados en un período de más de medio siglo de su vida artística. Hombre singular y múltiple en su estilo; imposible situarlo en un solo rango de ellos, igual que la vida humana del ser, con la particularidad de multiplicidad social del hombre cotidiano. Casi todos de muchedumbre popular-urbana; la mayoría de rectilíneos trazos y sin embargo, tan expresivos.
Bien lo dijo Hernán Zúñiga, en su magnífica presentación de gran erudición artística pictórica-Sus cuadros tienen todas las tendencias esenciales del arte-
Como parte singular de la inauguración rescato la dedicatoria y agradecimiento público que el artista hizo a la compañera de su vida-su esposa; gran homenaje de gratitud y reconocimiento, como igual a sus hijos y más descendientes, gesto humano muy impresionante-
En total al hablar de Arteta, autor de la exposición, vale anotar en su versatilidad humana, también el de ser maestro. Así lo conocí por primera vez dentro del arte educativo impartido con dedicación y gran visión, en las escuelas municipales, siendo yo Directora de Educación del Cantón Guayaquil: desde donde lo invité a la cátedra del Centro Educativo La Moderna, en el que participé como fundadora y Prof. de Identidad Cultural. Y en un horno primitivo renacíamos la cerámica de nuestras culturas ancestrales; magníficas reproducciones de las fusayolas copiadas por los alumnos, en trazos pictóricos primero y traspasados luego al barro, para una vez cocidos -los autores alumnos- se las regalaban hechas collares a sus madres en Navidad.
Vayan pues mis respetos a este hombre maestro-artista.
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-En punto aparte y de gran trascendencia cultural de la ciudad, quiero aprovechar este artículo para mencionar algo de la Dirección Municipal de Cultura y Promoción Cívica Presidida por el Arq. Melvin Hoyos.
Entrar al museo y a la Biblioteca de la entidad, convertido desde la Alcaldía de Febres Cordero, con su Director Paco Cuesta en expresión viva de Cultura y luego dinamizada extraordinariamente por Hoyos, en las Alcaldías de Nebot, llevando el arte en todas sus dimensiones, hasta la vía urbana en el Malecón y el Cerro, es de gran trascendencia; como igual las publicaciones del programa Editorial municipal, gran estímulo a la Literatura y las artes nacionales e internacionales.
Como un ejemplo de esta dinámica cultural, cito la noche del 4 de diciembre: En el mismo instante: en el hall de entrada del Museo nos encontramos con el ensayo de un grupo coral dirigido por la gran Astrid Achi; en el auditorio del piso siguiente, se desarrollaba una noche de arte del Congreso internacional de SIPEA-Ecuador y Naciones Unidas de las letras; mientras en sus galerías exteriores y sala adyacente, se inauguraba la exposición de Arteta. Todos con llenos completos.
Sin contar las demás Instituciones y Centros Culturales de la Ciudad, que bullían en presentaciones en el mismo día y hora.
Justo en Guayaquil, donde “los de arriba” dicen que no hay cultura…
Señora, Lily P. de Arena siempre leo sus editorial que publica.