7 diciembre, 2024

El efecto Francisco

EFFECTUS: aquello que se sigue en virtud de una causa. Sigue las leyes de la física, a tal causa, tal efecto. ¿el papa Francisco es la causa de lo que está pasando en la Iglesia hoy? Evidentemente que no. Lo que hoy pasa en la Iglesia depende de muchos factores, no solo humanos, sino culturales, sociales e históricos. Los responsables de la Iglesia, que somos todos, sentimos que no estamos al día con lo que hoy se necesita. Hay muchas causas que no permiten el cambio dentro de la Iglesia para responder a los signos de los tiempos y ayudar a la gente a ser feliz.

Effectus: Impresión hecha en el ánimo. Hizo en mi corazón efecto vuestra palabra . (Drae) Esta acepción de la palabra efecto está más acorde con lo que hoy está pasando en la Iglesia y en la sociedad. ¿Es el papa Francisco motivo de esperanza en la Iglesia y en la sociedad? Evidentemente que sí. Cuando habla su palabra llega. Antes se decía que la gente iba a ver al Papa, en la reunión de los miércoles en la plaza san Pedro para el rezo del ángelus y el mensaje Papal. Este último no tenía el efecto que hoy se siente, se vive en la Iglesia y en la sociedad. HOY LA GENTE VA A ESCUCHAR AL PAPA. La palabra del Papa Francisco no se queda en los anuncios de los periódicos y de las redes sociales. La palabra del Papa llega a la gente, traspasa fronteras, provoca esperanza.

Cuando el Papa me recuerda que EL TODO ES SUPERIOR A LA PARTE, pero lo pone como principio de acción en la dimensión social de la evangelización (EG n. 234ss) me desafía a una tarea, dimensión universal de los cristianos, pero rescatando y valorando su realidad local, me invita a superar tensiones asumiéndolas y a mover mi espíritu para integrar a todos aquellos que hoy están excluidos en la sociedad del bienestar. Esto da esperanza y es un mensaje realista.

“Entre la globalización y la localización se produce una tensión. Hace falta prestar atención a lo global para no caer en una mezquindad cotidiana. Al mismo tiempo no conviene perder de vista lo local, que nos hace caminar con los pies en la tierra. Las dos cosas unidas impiden caer en un universalismo abstracto y globalizante, miméticos pasajeros del furgón de cola, admirando los fuegos artificiales del mundo, que es de otros, con la boca abierta y aplausos programados; otros que se conviertan en un museo folklórico de ermitaños localistas, condenados a repetir siempre lo mismo, incapaces de dejarse interpelar por lo diferente y de valorar la belleza que Dios derrama fuera de sus límites”.  ¡Uuuwuaaa, qué bárbaro! No lo puedo creer. ¿Esto quiere decir que tanto la Iglesia y la sociedad deben cambiar? ¿No ser tontos que admiramos lo global y desvaloramos lo local, lo nuestro? Y sobre todo reconocer que el Espíritu de Dios trabaja y produce efecto en muchos hombres y mujeres que están fuera de mis límites o alcance. Esto es BUENA NOTICIA. ESTO TRAE ESPERANZA. Y es recordar el mismo mensaje de Jesús.

El Evangelio es levadura que fermenta toda la masa y ciudad que brilla en lo alto del monte iluminando a todos los pueblos. El evangelio tiene un criterio de totalidad que le es inherente: no termina de ser Buena Noticia hasta que es anunciado a todos, hasta que fecunda y sana todas las dimensiones del hombre y hasta que integra a todos los hombres en la mesa del Reino. El todo es superior a la Parte (237).

Gracias Francisco, tu palabra no quedará en el aire, resuena en nuestras mentes y corazones y tendrán su efecto cuando la pongamos en práctica. Los jóvenes ya te escuchan, ya están actuando buscando sus espacios, creando nuevas maneras de ser y estar en la Iglesia y en la sociedad.

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