11 noviembre, 2024

Vivir con Alegría

Un hombre entró en una Iglesia a rezar y se encontró a otro hombre junto al altar de san Francisco llorando amargamente:

-ay, ay, ay, repetía el infeliz.

Un hombre se le acercó, compasivo, para preguntarle qué le pasaba, por qué lloraba tanto. –Es que me quieren dar un cargo muy importante, de mucha responsabilidad en la ciudad, respondió aquél, suspirando.

Pues, renuncie al cargo, le aconsejó el recién llegado. –Oh no, prefiero llorar….

Hay personas que se quejan de su suerte, pero en el fondo no desean cambiarla. Prefieren maldecir la oscuridad antes que encender una vela. Muchas personas en la sociedad y en la Iglesia se quejan de su pesada responsabilidad, pero en el fondo les encanta tener poder y prestigio. Muchos lloran el día que son nombrados a un cargo, pero también lloran el día que, por edad, salud o por haber cumplido el plazo, tienen que abandonarlo. Muchos jóvenes se quejan de sus padres, cuando sus padres les dan riendas sueltas no saben qué hacer con su vida y se quejan del caos de sus desórdenes. Otros chicos se quejan de sus rectores, autoridades, profesores, compañeros, para después sentirse mal por no saber valorar las oportunidades que les dio la vida.

Muchos lloran la muerte de un ser querido, la ruptura de una relación, el fracaso de la pareja y no encuentran sentido a sus vidas, cuando esta continua y te sigue ofreciendo la vida para que disfrute de sus cosas y realidades, y no querer cosas para disfrutar de la vida.

Los que nos decimos CREYENTES EN JESUS DE NAZARET, cristianos celebramos en JUNIO, no una sino varias fiestas que simbolizan la enorme confianza que Dios tiene depositada en nosotros: Ascensión, yo estoy con ustedes hasta el fin, vayan y hagan comunidad. Pentecostés, les doy el fuego del Espíritu para que tengan calor, abrigo, luz y vivan con pasión la vida contagiando a los demás de su esperanza. Trinidad para que experimenten el amor comunitario, solo Dios basta es verdad, pero no basta un Dios solo. Y Corpus Christi, para penetrar la realidad y transformar la materia en espíritu de vida, fuerza, comunión y amor. Pero, muchos preferimos llorar: no encuentro a Dios, me acuso de no ir a misa, de no poder perdonar, de repetir lo mismo… Bien nos interpelaba aquél gran científico y místico que fue Theilhard de Chardin sj: ¿Cristianos, a solo veinte siglos de la Ascensión, qué has hecho de la esperanza cristiana?

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1 comentario

  1. El Papa Francisco dijo «Comprendo a las personas que tienden a la tristeza por sufrir graves dificultades, pero poco a poco hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, aun en medio de las peores angustias» por eso, las pequeñas cosas en el diario vivir nos invita a pasar realmente un buen día, a reconocer que Dios se ha preocupado de tantos detalles; la luz del sol radiante, el canto del ave, la cercanía de los amigos, compañeros y otras personas con quienes tuviste la oportunidad de compartir alegrías, penas, sustos y problemas; el estudio, el trabajo duro que tiene sentido y nos da confort; el engendrar nuevos aprendizajes nos incita a vivir con plenitud y a disfrutar del bien. Eso es vivir bien; el saber engendrar alegría como dice el Padre Fabricio en cada mensaje, ya que el aislamiento no permitirá encontrar el placer que tal vez anhelamos; más bien evitará llegar a la madurez para reconocer que aún nos queda mucho por hacer y tal vez tan poco por vivir.

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