6 mayo, 2024

¿Cómo ser buen educador y no morir en el intento?

DESEOS: Estamos al inicio del nuevo año y todos nos planteamos metas y objetivos, como los grandes deseos para crecer y encontrar la felicidad o bienestar anhelado. Sabemos, creemos e intuimos que eso tiene una mezcla de suerte, trascendencia y esfuerzo. Mucho depende de nosotros, en algo no. Lo cierto es que no es una lotería sino una navegación, que requiere hoja de ruta, brújula y coraje.

Uno de los grandes deseos para quienes trabajamos con jóvenes, para padres que tienen hijos adolescentes es que sean felices, crezcan con sabiduría y superen los problemas. Para ello se requiere padres, madres y educadores con los mismos o mejores deseos y cualidades. No es fácil. El cansancio, la rutina, la brecha generacional, los problemas del trabajo y del mundo moderno, la falta de tiempo nos agobian y muchas veces nos impiden ayudar a los jóvenes y a las nuevas generaciones.

DIFICULTADES. Muchos padres ponen a sus hijos en los centros educativos para que pasen la mayor cantidad de tiempo, que tengan más horas extras, tareas dirigidas porque en la casa no hay con quién contar, no hay tiempo para lo más preciado del amor… Eso hace que muchas veces no almuercen ni cenen juntos, ni los fines de semana suelen pasarlo juntos, pues, cada quien tiene su propia agenda. Los educadores, padres y madres de familia no están exentos de esta problemática.

Cuando conversas con los jóvenes, estos tienen necesidad de afectos y seguridades, en medio de sus inquietudes y rebeldías, late un corazón que anhela la misma paz, bienestar y plenitud que buscan los adultos. Por ello, duele el escuchar la violencia familiar. Falta de diálogo, pérdida de reflexión y espiritualidad, pocas alternativas para superar los conflictos, cuando no la agresión física y emocional entre esposos, y a veces con los hijos. ¿Qué podemos esperar de ese proyecto de amor que comenzó hace algunos años? ¿perdió su hoja de ruta?

¿Cómo ser educador y no morir en el intento? Estas ideas como deseo de plenitud para el nuevo año, son algunas pautas con las que cada uno pueda forjar su destino, si se abre a la acción del Espíritu, si logra darse un tiempo para reflexionar de las cosas más importantes de la vida y no se deja agobiar por los problemas ni el estrés. SI SE PUEDE, si sabemos abrirnos a la verdad y belleza de la vida y a los valores que hoy necesitamos. PADRE, MADRE, EDUCADOR, EDUCADORA NO DESMAYES, ATREVETE A SEGUIR AMANDO. No están solos en esta aventura de vivir, educar y señalar metas y caminos.

BUSCANDO CAMINOS: este inicio de año es una oportunidad más, no para meros propósitos, sino para recuperar los deseos y ganas de vivir, de reavivar las fuerzas de la vida que laten en nuestro interior y poder señalar caminos y estrategias adecuadas y posibles para no perdernos en el bosque de la vida y saber disfrutarlo.

ORAR no es pensar mucho, sino amar. ¡Ora! Familia que reza unida permanece unida. Creyente que reza, sabe de alternativas y esperanzas, es el pulso de nuestra vida.

CREA, RECUPERA ESPACIOS VERDES: donde te recrees, descanses, te encuentres contigo mismo y con otros, donde dialogues con los tuyos.

APUNTA ALTO: no pierdas tu rol de papá, mamá, educador, educadora, serás siempre el adulto que marca la pauta en el respeto y libertad, pero recuerda, dejas huellas, formas a otros, señalas un horizonte con tu ejemplo y sabiduría. Para no dejar de apuntar alto, la clave está en la paciencia, perseverancia y prudencia. La combinación de las tres se te señalará el norte o no perder la brújula. Aprende a encontrar la verdad aceptando la discrepancia, otras alternativas pero no la discusión ni violencia, es señal de cobardía y poca sabiduría, por ello la prudencia para saber hablar y callar en su momento. Pero ante, todo sé constante, no te desanimes. La perseverancia es el éxito de los fuertes, de los que saben creer, amar y esperar. Feliz 2013.

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Si tan solo volviera quince minutos…

Desde que era chico mi papá me decía que estas fiestas no le gustaban porque lo ponían melancólico. Yo no lo entendía porque siendo niño, era beneficiario de los regalos que le pedía. Sin embargo y desde hace muchos años le doy la razón, ya que con el tiempo he llegado a ser como él.

Muchos dirán que estas fiestas son bonitas porque son familiares o porque se recuerda el nacimiento del niño Jesús. Yo creo que las misma son buenas para los que tienen dinero y malas para los que carecen de él. Para los pudientes, estas navidades son sinónimo de juguetes caros, regalos costosos, celebraciones con comidas exóticas y licores finos. Sin embargo, en los barrios marginales se la vive con agua caliente endulzada por azúcar o canela y un pan.

Estos contrastes marcan la injusticia social de una sociedad que nos divide, a fuerza de obligarnos a festejar un acontecimiento cuyo mayor beneficiario es el comercio. Todos los almacenes venden más y el aparato productivo hace que la economía se reactive. La gente saca dinero de donde sea y las tarjetas de crédito son infladas a más no poder. Es imposible decirle a un niño de clase media para arriba, que esta navidad se la va a celebrar solo acudiendo a misa para recordar el nacimiento del niño Jesús. No existe forma de explicarle a un menor de edad que no hay dinero para los regalos, ya que la propaganda y la publicidad es tan fuerte, que su mensaje real y subliminal es claro y contundente: si te quieren, te darán regalos y mientras más te quieran, deberán ser más caros.

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  1. Saludos. El articulista, con un profundo idealismo, señala objetivos, metas, caminos, procedimientos, incluyendo rezos y oraciones, para que los maestros perseveren en la consecución de sus objetivos, a favor de la juventud, me imagino, de nuestra patria y de nuestra sociedad.
    No es mi deseo, pinchar con un alfiler, ese globo rosado, lleno de buenas intensiones, nobles deseos, sobre el cual, se encuentra cruzando las áreas verdes de lo que constituye la educación básica para la niñez y la juventud.
    Sin embargo, debo recordar que cada generación presenta una diferente patología respecto a la anterior, y en la época actual, los valores se encuentran completamente trastocados.
    Pero no solo es el maestro, es la familia, padre y/o madre, conjunta o indistintamente quienes están demostrando una negativa permisividad, una franca contemplación, que raya en la complicidad o irresponsabilidad.
    No hay que olvidar que muchos maestros actuales, son producto precisamente de estas claras deficiencias generadas en el hogar, en la sociedad. Es decir, existen maestros que han nacido y se han formado profesionalmente, en un entorno que dista mucho de los preceptos enunciados en el artículo.
    Y, si a ello le agregamos unas pocas o muchas, según los casos, dosis de derechos, garantías,igualdades, libertades y más snobismos vigentes, formamos un componente explosivo socialmente.
    Sinceramente pensé que la famosa revolución en la educación llegaría para dar un verdadero giro a los programas educativos, lamentablemente, nada de eso ocurre, y continuamos fomentando la tecnolgía, los derechos, las garantías y las mal interpretadas libertades.
    No vale la pena quejarse de lo que tenemos, ya que al haberse invertido la estala de valores, poco o nada podemos obtener ética y moralmente, por más doctorados, post grados, especializaciones y diplomados que puedan vislumbrar una capacidad académica, que nada tiene que ver con la capacidad y solvencia moral o de principios universalmente considerados como saludables para una juventud.
    Dura tarea de los maestros de vocación y convicción. Que sencilla tarea es para los maestros por conveniencia.
    Lo único que he podido observar, es que la juventud es cada vez más insolente, más malcriada, más ignorante, más incapacitada en conocimientos elementales tales como la ortografía, la dicción, la redacción, la caligrafía, la historia, la geografía, cívica, entre otras, pero más adelantada, muy capacitada en chistes cursis, en fútbol, en discotecas, en bares, en bebidas alcohólicas, en mujeres, en marcas de ropa, en locales de centros comerciales, en anglicismos, en tarjetas de crédito, en juegos de azar, en juegos de salón, en juegos electrónicos, en chatear, mensajear, plotear, twitear,y otros verbos incorporados al léxico cotidiano de ellos, así como otras otras manifestaciones que demuestran una franca decadencia social,cultural, moral, familiar, entre ellas, cuantas bielas se bebió el fin de semana.
    La actual generación podrá ser muy técnica, pero no conoce bien ni siquiera la dirección de su casa, peor la dirección de una oficina pública o privada.
    Bueno, esperemos que lo negativo no prospere; y que las expectativas contenidas en el artículo sean las más conducentes y que generen personas social, moral y profesionalmente, lo mejor para todos.

    Napoleón Sotomayor

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