5 octubre, 2024

El Aborto o la vida

Despenalización y legalización Ya!

Vuelvo a tocar este tema porque nuevamente tiene vigencia con el desarrollo del proyecto de
Código Orgánico Integral Penal en la Asamblea Nacional. Más allá de la discusión propia de los
asambleístas, quiero referirme a la discusión en las redes sociales que se ha centrado, habiendo
más importantes, en el aborto y ha divido a los internautas en dos grupos: Los “pro vida” y los “pro
aborto”.

En este punto, creo que cabe señalar que los argumentos de los grupos pro vida no han sufrido
cambios, defienden la vida desde la concepción y sin excepción alguna; mientras que los
pro aborto han cambiado su discurso y sus fundamentos en varias ocasiones de acuerdo a
circunstancias específicas; partiendo desde la soberanía del cuerpo y los derechos sexuales de la
mujer, pasando por el grave problema de salud pública y causa de mortalidad femenina, que su
penalización no sirve para controlar o disminuir el índice de abortos, la imposibilidad de que el
Estado obligue a una mujer a seguir con su embarazo, hasta llegar, finalmente, a la justificación
del aborto producto de violación sin excepción alguna.

Me confieso defensor de la vida a ultranza, pero no por eso dejo de analizar las razones de quienes
defienden el aborto, descubrir sus fundamentos y tratar de comprenderlos.

Comencemos con lo de la soberanía del cuerpo de la mujer, con relación a sus derechos sexuales
y reproductivos y la discriminación del Estado de no dejarlas decidir sobre algo que solo les atañe
a las mujeres embarazadas. Este argumento parte de una falacia, pues los derechos sexuales
y reproductivos no están coartándose, la mujer puede, en efecto, hacer con su cuerpo lo que
le venga en gana y, en ese sentido, decidir de manera responsable y planificada si queda o no
embarazada, lo que no puede es decidir sobre la vida de un ser que estando dentro de su cuerpo
no forma parte de él, pues el embrión, feto o como quieran llamarle es un individuo particular y
diferente a la madre quien solo le brinda alojamiento y alimento dentro de su cuerpo de manera
temporal.

Si quieren pruebas científicas de lo dicho investiguen un poquito sobre fecundación, embarazo
y parto, descubrirán que el óvulo fecundado le resulta tan extraño al cuerpo de la mujer que es
atacado por las defensas del organismo hasta que atraviesa que se instala finalmente en el útero,
si no están convencidos, pues tomen una prueba de ADN y verán que incuestionablemente son
dos individuos diferentes. Así nos evitamos discusiones sobre el derecho de decisión de la mujer
sobre su cuerpo y el derecho a la vida de un ser humano en formación y, por supuesto, a cualquier
pretensión de ponderación entre ambos.

De lo anterior devienen las discusiones de si el feto es o no ser humano y, en consecuencia, deba o
no respetársele la vida. Pues bien, para quienes toman como argumento esto les recomiendo que
lean el artículo 45 de la Constitución de la República que determina que “el Estado reconocerá y
garantizará la vida, incluido el cuidado y protección, desde la concepción”. No creo que este tipo

de claridad admita duda o discusión científica, religiosa, bioética, filosófica o legal alguna.

Luego pasamos a lo del aborto como problema de salud pública y causa de mortalidad femenina
y la argumentación lógica que su penalización no disminuye el índice de abortos realizados de
manera clandestina. Evidentemente el aborto es un problema de salud pública al igual que
la violencia o maltrato familiar, concuerdo también con que su tipificación (aborto y maltrato
familiar) no disminuye su cometimiento, pero lo que no puedo admitir es que esta sea una
razón válida para eliminarlos como delitos, estoy convencido que tuviéramos mejores y más
eficientes resultados si atacamos ambos problemas desde las causas que los generan y no desde
las consecuencias no deseadas de ambos.

Seguimos con el tema de que el Estado no puede obligar a una mujer a seguir con su embarazo,
pues visto de esta forma resulta una imposición muy severa e injusta, pero no es así, no se obliga
a la mujer a continuar estado no deseado de su cuerpo, se protege la vida que se encuentra
desarrollándose en su interior y, en consecuencia, no se le permite terminar con ella. Pueden
argumentar lo que quieran los abortistas, pero yo no lo veo ni siquiera confuso o complicado. La
vida es un derecho que debe ser protegido por sobre cualquier deseo humano de terminar con
ella, el feto no es propiedad de la madre como para que ella pueda disponer sobre este.

Para concluir, los promotores del aborto ahora se aferran a su última carta; la universalización
o apertura a cualquier caso de la excepción de la penalización del aborto, cual es el embarazo
producto de una violación a mujer idiota o demente, establecida en el actual Código Penal; es
decir, que de cumplir su pretensión, la excepción sería viable a cualquier caso de violación.

No es admisible que en la actualidad sigan existiendo normas con calificativos como idiota o
demente, meno cuando se ha avanzado tanto en materia de Derechos Humanos en este país,
pero no creo que esto sea fundamento suficiente para denunciar un maltrato o discrimen que
justifique lo pretendido por los movimientos abortistas.

Estimo que estamos de acuerdo con pensar que a lo que se refiere esta norma es a una mujer
que no está en pleno uso de sus facultades mentales y por este motivo cualquier relación sexual
que mantenga es considerada sin consentimiento y, por ende, violación. Ahora bien, cualquier
violación es una relación sexual forzada, realizada sin consentimiento y debería, en principio,
aceptarse esta liberación de la excepción; sin embargo, los movimientos pro aborto fundamentan
sus motivos en el alto nivel de muertes por abortos clandestinos que ocurren en el país, sin
poder precisar hasta ahora cuántos de estos abortos corresponden a embarazos producto de una
violación.

De acuerdo a resultados de estadísticas de otros países el porcentaje es de 0,01%, es decir 1
de cada 10.000 mujeres violadas queda embarazada. No existe una cantidad que justifique la
pretensión de los movimientos abortistas.

Tomando en cuenta todas estas consideraciones no está demás preguntarse ¿Cuáles son los reales
motivos del resto de mujeres que deciden abortar? ¿Dónde está realmente el verdadero problema

de maltrato, discrimen y mortalidad de la mujer? ¿En la violación, en el aborto por violación o en
el aborto como tal?

Creo que la obligación del Estado es la de proteger la vida, por supuesto, sin distingo alguno y
ante cualquier condición o circunstancia; es decir que se deben procurar garantías y cuidados a los
que están por nacer de no ser asesinados y a los nacidos, niños, adolescentes y adultos de no ser
ultrajados y, en consecuencia, debe realiza esfuerzos para controlar y castigar los delitos sexuales;
y, finalmente, debe fomentar la cultura de una sexualidad libre pero responsable. Pero por sobre
cualquier cosa no debe permitir que se actos de venganza o desesperación contra una criatura que
no tiene culpa alguna de ser concebida, por un momento de desconsuelo e incertidumbre que sin
duda alguna con ayuda profesional puede superarse.

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No hay comentarios

  1. Un artículo bien sustentado. Ojalá pudiera escribir otro artículo sobre las consecuencias fisiológicas y psicológicas de mujeres que recurren al aborto y de las que no lo hacen, ambos abortos considerados no deseados. Atte.
    ERwin

  2. Juan Pablo Neira escribe insuperablemente, tanto en la forma-modales, como en el fondo-argumentación. Una cosa que me gusta es que ve el tema del aborto no como un asunto de fe, de religión, de creencias; sino científico: antropológico, genético, médico, jurídico, estadístico. Los Proaborto suelen ubicar el tema en la religón, y como la religión a nadie se le puede imponer, tampoco los criterios en torno al aborto. Para mí el debate sobre el aborto es un boxeo entre la ideología y la realidad. En esta esquina los abortistas con 450 kilos de falacias y sofismas; en esta otra esquina, con una milimicronésima de peso un ser humano microscópico, callado, indefenso… pero realmente humano, como un día fueron todos los partidarios del aborto que no fueron abortados… Juan Pablo: siga escribiendo, siga gritando en nombre de los millones de chiquitines que no pueden gritar, ni defenderse, ni ir a la Asamblea a decir: Yo, como Dios, existo; y como Dios, soy persona, humana, pero persona, dueña de mí mismo, ante todos…

  3. Estoy absolutamente de acuerdo con ud, como persona, como profesional y como madre, estoy totalmente consciente de que la vida que se gesta dentro de cualquier mujer es absolutamente única y diferente de la de la madre y por tanto nadie tiene ni la propiedad ni la autoridad sobre la vida de otro, ya que hacerlo es homicidio premeditado, aunque quiera enmascarselo o ponerle un nombre que elimine responsabilidades al hechor.

  4. Estoy segura que este artículo deben haberlo leído más de un pro-abortista y no han encontrado argumentos para poder dar una opinión que contradiga una sola de todas las palabras. Excelente artículo… Seguiré leyendole!

  5. Juan Pablo,estoy totalmente de acuerde con tú artículo porque se trata de una vida diferente y por eso la soberanía del cuerpo no existe y lo de une violación que el embarazo es mínimo que culpa tiene la otra vida y recalcar que esto no es un asunto religioso y tiene que seguir penalizado porque se trata de asesinatos

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