28 abril, 2024

Pederastia

La Iglesia por sí sola no puede hacer las cosas. La Iglesia no tiene manos, ni pies. Tampoco sexo, preferencias sexuales ni perversiones. Son los hombres dentro de ella, los que tienen manos y pies. Los que son célibes o no lo son. Los que pueden o no tener aberraciones de cualquier tipo.

Supongamos que la Iglesia Católica es una gran familia. En una familia, más aún si es numerosa, puede haber de todo. En medio de ese todo seguramente habrá: el rebelde, el desadaptado, el vago, el inoportuno, el intolerable, el indeseable, el drogadicto, y en ocasiones terribles, dolorosas y devastadoras el aberrado sexual.

Díganme ustedes, ¿qué culpa tiene la familia?

¿Tiene culpa la Iglesia, que es la gran familia de Dios, que dentro de ella exista gente de todo tipo, incluyendo a los abusadores sexuales y pederastas?

La culpa es de quien comete la falta, no de la Iglesia. La Iglesia Católica, fundada por el mismo Cristo, está ahí, abierta a todos por amor. Con sus puertas abiertas para que dentro de ella encontremos al amor que es Dios, el amor que es Jesucristo.

Jesucristo, que nos guste o no nos guste tiene un Vicario en este mundo, que es el Santo Padre, quien tampoco tiene la culpa de las faltas de los fieles o de los sacerdotes, de las monjas o de los consagrados, o de nadie. Ni tampoco tiene la culpa de tus faltas ni de las mías.

Pensemos, tú y yo, ¿No cometemos faltas? ¿No somos pecadores? ¿Cómo puede un pecador acusar a otro armando un escándalo a sabiendas que lo único que va a conseguir es hacerle publicidad al mal, a la perversión, al mismísimo pecado?

En todos lados se cuecen habas. En todas las familias también. Pero cada familia ha de encarar sus problemas con la mayor dignidad posible. Pondrá un freno y hasta un castigo al culpable. Pero a toda costa debe evitar el escándalo.

El escándalo no es otra cosa que la publicidad del mal.

Invito a una reflexión más: si el Papa, fuera un gran pecador, que no lo es, la Iglesia tampoco tiene culpa en eso. El culpable de sus pecados sería el mismo Papa.

Propongo que cada uno piense que su casa es la Iglesia y que cada uno es el Papa. Que hay un hijo en esa casa que es un pobre y triste degenerado sexual. ¿Armamos un alboroto? ¿Lo publicamos en el periódico? ¿Sacamos la misma noticia una y otra vez, aunque las acciones de ese hijo hayan sido en el pasado?

Ahora, muchos se las han tomado contra el Santo Padre. Qué si tiene o no la “culpa” de que dentro de la Iglesia hubieron y hay sacerdotes pederastas y abusadores sexuales.

Pederastia, pedofilia, abuso sexual infantil…Estados alterados que existen en nuestra época, existieron antes y seguramente, existirán después.

¿Cómo va a tener la culpa el Santo Padre de que entre sus sacerdotes y entre sus fieles (ojo) haya quienes sean pederastas, pedófilos o abusadores? No. Claro que no. ¡No tiene la culpa!

El hombre y la mujer somos seres humanos capaces de cometer cualquier pecado. Capaces de practicar cualquier aberración. Lo que no es una justificación, pero si una llamada a la reflexión y a la cordura al momento de emitir opiniones, críticas malsanas y juicios equivocados. Obviamente lo de la perversiones sexuales, sean o no de sacerdotes, es algo espantoso y repugnante. Pero aún así hay que mantener la calma cuando de opinar se trata. Si fuéramos santos estaríamos en una estampita. ¡Pensemos por favor!

La reflexión va dirigida sobre todo a quienes siendo católicos, publican sus opiniones en los medios, sin sentarse un momento a meditar.

Si se sabe de casos de sacerdotes pederastas y abusadores sexuales, también se conoce de aquellos, la mayoría, que llevan una vida abnegada al servicio de la Iglesia y de la humanidad. Con aciertos y errores, pero al servicio de Dios.

Si fomentamos esta atroz campaña publicitaria en contra de nuestra Iglesia Católica y de nuestro Santo Padre, nos estamos auto-lanzando piedras, porque la Iglesia en definitiva somos todos.

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Y el 5 “los demás empleados, oficiales y curiales que, por cualquiera de las causas mencionadas en el numeral primero, abusando dolosamente de sus funciones, perjudicando a la causa pública o a alguna persona…”

No hay comentarios

  1. Pienso que la iglesia, como institución (o familia, si prefiere), no tiene la culpa de contar entre sus miembros a varios degenerados/pervertidos, de acuerdo. De lo que sí tiene culpa es de intentar ocultar de la luz púbica todas sus faltas, de ‘vender’ a sus fieles una realidad que están muy lejos de alcanzar, y peor aún, culpa de no evolucionar. Cuantos siglos han pasado y continúan imponiendo el celibato a sus monjas y sacerdotes, siguen prohibiendo a sus miembros el derecho a decidir cuantos hijos tener y cuando tenerlos y como planificarlos, incluso continúan con la misma ceremonia mecánica en la celebración de la misa dominical. Y eso sin mencionar el doble discurso que queda en evidencia por sus intromisiones en temas políticos y los visibles quebrantamientos de sus votos.
    La iglesia, como entidad, no está libre de culpa. El clero es aún más culpable por obra u omisión.

  2. Totalmente de acuerdo y muy oportuno su articulo sobre este tema. Lastimosamente la prensa nacional e internacional nos hace alarmar sobre este tema que definitivamente existe dentro de diferentes religiones como existe tambien en un porcentaje mayor dentro de los civiles y que ahi si la prensa no hace publico siendo lastimosamente lo mismo. Tan malo es un cura o un civil pederasta. Y definitivamente no se puede dañar a la iglesia o usando su buen ejemplo a la familia de los malos actos de quien la forma. Al contrario debemos reforzar la familia, asistir mas a misa y cuidar a nuestros hijos e inculcarle los valores y tener un buen dialogo y hacerles ver siempre que su cuerpo es sagrado. Hay gente bque quiere dañar la imagen del Papa Benedicto, no lo van a lograr como tampoco dañaran la iglesia. Invito a la prensa a no hacer eco de estos malos comentarios.

  3. !Felicitaciones!Este es el claro enfoque, que deberíamos tener los Caólicos sobre el espinoso tema tratado.
    Le sugiero pubicar este artículo en algún periódico de mayor circulación.

  4. Así es, estoy de acuerdo con su artículo.. Además me sumo al apoyo al S. Padre, pues conocemos muy al detalle, sobre sus grandes cualidades como persona, como clérigo y hoy como Papa, …

    Y si bien aceptamos que hay estos «casos», … podemos citar la frase que dijo un Papa anteriormente: «Nuestra Iglesia tan Santa y Pecadora», …. que está aquí por voluntad Divina, desde S. Pedro hasta hoy día… y luego «El Poder de las tinieblñas no podrán contra Ella», del Evangelio…

    – Los buenos somos mas… Bendito sea por ello el Señor…

    Att.
    Alberto Rosales

  5. Asi es yo no me condenare o salvare por la obras de otra persona, mas por las mias propias si, ahora toda la campaña orquestada mayormente por gentes sin escrupulos, miembros de sectas, y periodistas amarillistas tiene como fin minar fuerzas en la iglesia catolica porque todos se llevan por la maxima de maquiavelo «divide y venceras»…..Si somo cristianos y catolicos de verdad no caigamos en ese juego de lanzar piedras o escupir para arriba porque nos cae a nostros mismos, yo conozco familias de gente adinerada, de profesores con tradición y hombres de bien en general donde hay una oveja negra o varias ovejas negras…. Asi porque si unos son sinceros y otros son hipocritas al final Dios que escudriña los corazones lo sabe todo, que sea Dios quien juzgue y conduzca a su iglesia rezemos para que nos llegue sabiduria, y fortaleza…..

  6. Lo que está sucediendo actualmente es una campaña previamente planificada para destruir a la Iglesia Católica, y desprestigiar a los sacerdotes ,en especial a nuestro Papa Benedicto XVI , no caigamos en este juego y confiemos con certeza que a la Iglesia no la destruirán jamás.

  7. Muchas gracias por su artículo, es verdad lo que usted dice, da pena que únicamente las cosas malas de la iglesia se publiquen, las cosas buenas y la vida de gente que debiera ser un ejemplo para nosotros no se conozca.

  8. Ninguna iglesia debería tener en su congregación personas con alguna aberración. Insisto en debería; esto quiere decir,que a ellos todavía, unos pocos, no ha llegado aun la mano celestial.
    Estoy perfectamente de acuerdo que no es la iglesia como tal la culpable de las distorsiones que pudiera tener alguno de sus integrantes. Lo malo está que ella no resuelva el problema que se viene presentando por algún tiempo.
    No encuentro en la Biblia tanto en Antiguo como en el Nuevo Testamento, alguna disposición que indique que Cristo dejaba a alguien que haga las veces de el.
    Cristo es único y es a El a quien debemos acudir para pedir nuestra mejoría espiritual, pues el hombre como tal; es de naturaleza pecaminosa aunque represente el mas alto grado eclesiastico.
    Asi mismo,apoyándome en la Biblia,leo que sus apóstoles nunca ejercieron el celibato. Fundamento este último pensamiento en 1Cr.7.9 » pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estar quemado »

  9. Al sr Jorge Avila le comento que la iglesia lo que puede hacer es destituirlos y entregar a la justicia civil a esos desalmados malos elementos y pesimos representantes de Cristo; entonces mi desacuerdo con usted es que la biblia habla de lideres Moises, los jueces, el rey David, Salomon, profetas, hasta llegar a Jesus pero no es que se termina el liderazgo alli sino que continua con Pedro cuando Jesus le pide apacienta mis ovejas Jn21,15; 1era corintios 9,5; galatas 2,9 pablo le obedece es obvio que si Jesus le cambia su nombre es por una razon creo que debe urgar mas en la biblia para que encuentre…..en cuanto al celibato si se puede llevar o es que acaso el sexo lo domina al hombre? ni que fueramos animales… como seres humanos nostros somos espiritu y carne…. es dificil comprender para quien esta muy pegado al mundo y piensa con su sexo me imagino que debe ser ninfomano para pensar asi….

  10. Siguiendo el mismo ejemplo de la familia, es cierto que esta no tiene la culpa de lo que haga uno de sus miembros. Pero si un hijo suyo atropella a un peaton en la calle por andar borracho, usted no tiene la culpa de este hecho, pero, si usted lo encubre, lo esconde, le paga un pasaje al exterior para que no sea juzgado por la autoridad alli si es culpable de encubrimiento. Usted puede querer mucho a su hijo, pero no por esto le va a permitir su irresponsabilidad. Ahi esta el meollo de la discusión ¿La Iglesia, sus autoridades, conocieron y encubrieron a sacerdotes corruptos, asignandolos a otroas diocesis, solo por cuidar la imagen de la Iglesia? Si es asi, y sus autoridades encubrieron el delito, que calidad moral podra tener si sus mas importantes representantes son corruptos.

  11. No hay peor ciego que el que no quiere ver, soy católico y mis doce años en un colegio salesiano marcaron mucho mis pautas. Pero no por ese hecho voy a cegarme ante los problemas. Nadie en su sano juicio puede generalizar y decir que todos los curas son pedófilos. Hablamos de casos, en España hay un escándalo contra los legionarios de Cristo (secta de ultra derecha), hace un par de años en colegio privado en Portugal existió un presunto abuso a menores (y presunto es porque aun no hay condena firme sobre los curas responsables) , el times desato el escándalo en el que se afirmaba que el actual Papa tenía conocimientos de abusos a menores por desde hace 10 años. En la novela huasipungo como se describe al cura. Los escándalos de los curas católicos en eeuu , que ha costado mucho dinero en los acuerdos.

    No estamos hablando de generalización sino de algunos, la pedofilia va más allá de ciertos curas, pero los que tienen doble culpa por así decirlo son los curas porque ellos son llamados a proteger y dar voz a los que no tienen. ¿Por qué los obispos responsables han mirado a otro lado mientras esto sucedía?
    La iglesia necesita un cambio de madurez, hace 400 condenaron a galileo porque los contradijo las enseñanzas literales de la biblia.
    No debemos ser fanáticos

  12. Desde los griegos es conocido que la Razón (así, con mayúscula) tiene 5 principios básicos que la rigen. Desatender uno de esos principios conduce, inevitablemente a la falta de razón (con y sin mayúsculas). El primero de esos principios es el de identidad que se expresa con el aforismo «lo que es, es». El segundo es lo contrario: el principio de contradicción que se expresa diciendo: «lo que no es no es». Pretender que la Iglesia persiga, juzgue y condene o haga condenar a los pederastas, sacerdotes o no, es una pretensión que violenta los principios lógicos citados. La Iglesia no es el Estado. La justicia como función de la vida de la sociedad es potestad del Estado y no de la Iglesia. La función de la Iglesia, como comunidad y como institución, es la que su fundador le asignó: «Id por el Mundo y predicad el Evangelio.» Predicar el Evangelio es vivir, actuar, conducirse de acuerdo con su contenido. La Iglesia no puede predicar una cosa y luego hacer lo contrario. Al respecto, los ejemplos de Jesucristo abundan: Enfrentado a los acusadores de la mujer adúltera les dice: «El que esté libre de pecado que tire la primera piedra». A la mujer samaritana, que vive en pecado, le dice: «Vete y no peques más». A quienes le preguntan cuántas veces deben perdonar, les dice: «No digo siete veces sino setenta veces siete» (Recuérdese que el siete en la Biblia tiene el simbolismo de lo infinito) y luego agrega: «Si tu hermano peca, corrígele fraternalmente en privado. Si no se corrije, busca dos testigos y corrígele ante la comunidad y si ni aún asi se corrije, apártate de él. Esa es la enseñanza del evangelio: Se debe perseguir al pecado, no al pecador y la Iglesia no puede hacer nada más que corregir fraternalmente. Se dirá que los obispos, como súbditos del Estado, tienen la obligación de denunciar los delitos. Ante la disyuntiva, los clérigos pueden y deben contestar como el Redentor: «Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.» Cumpla el Estado con su función y déjese a la Iglesia atender el mandato de Jesús que es de orden teológico y moral, no socio jurídico. Esto para quienes se preocupan del asunto de buena fe que los que antagonizan con la Iglesia por razones de fe, de ideología o de interés no atenderán a la Razón ni a la razón.

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