26 abril, 2024

El matrimonio feliz

No es una tarea fácil, el camino del matrimonio tiene rosas y en ocasiones tiene espinas. Cada pareja es un mundo diferente, pero, si bien es cierto, no existe el recetario para serlo, hay ingredientes que requieren practicarse, el dia a dia, para lograrlo.

Este escrito, me inspire, en uno, escrito por Doña Alicia Miranda de Parducci, en su columna del Diario El Universo, el dia Lunes 8 de Octubre del 2018 (pág. 8/Opinión). Quiero felicitarla públicamente, por este escrito, tan real, que lo intitula “SER PAREJA”.

En él, Doña Alicia, nos entrega algunos tips, que, contribuyen a mantener ese amor de pareja, en el tiempo, hasta la muerte. Mi esposa y yo, nos vimos reflejados en este escrito y lo corroboramos, es el recetario ideal para lograr la felicidad de la pareja.

Lo nuestro, no ha sido diferente a lo logrado por el matrimonio Parducci-Miranda, creo que los matrimonios duraderos, lo han practicado todo el tiempo, y han logrado obtener esa alegría y esa felicidad que caracteriza a este tipo de matrimonios.

Lo nuestro fue “un amor a primera vista”, en un entorno isleño del Archipielago de Jambeli. Nuestro enamoramiento fue de cinco años, antes de tomar la decisión, de casarnos, estamos próximos a cumplir, nuestras “BODAS DE ORO”, nuestro primer cincuentenario.

Todas las etapas que vive un matrimonio -que en una de mis entregas anteriores, las clasifique en 10- requieren de los ingredientes que Doña Alicia, los plasma en el escrito de mi referencia, de forma magistral.

No menciona el aspecto económico en ningún momento, que en la actualidad, si es un aspecto importante durante la vida matrimonial, en el que debe reflexionarse, tanto más en los que se inician, antes de dar este paso, que requiere, de mucha responsabilidad, al momento de tomar la decisión.

Cierto es que la “PAREJA” no requiere ser rica, para ser feliz, pero si tener los ingresos necesarios -aunque sea los básicos- para superar las necesidades mínimas y las que se presentan a lo largo de la vida matrimonial, unas conocidas, otras no, que generalmente son inesperadas. Hay que tener previsión y estar preparados para cuando sucedan.

Sin pretender ser un crítico del escrito de Doña Alicia, me voy a permitir -con todo el respeto que me merece la articulista-, sugerir uno que quizás, se le escapó o que lo supone, como parte de ese sentimiento de respeto entre cónyuges: Reportarse.

Yo lo practique desde muy joven, me reportaba a mi abuela, a mi madre, o a la empleada, siempre les indicaba dónde me dirigía, también lo practicamos de casados.
Se evitan angustias, que generalmente la propiciamos los varones, que en ocasiones somos dados también a largas tertulias o salimos con un propósito que nos llevará 1 o 2 horas y en el camino, se nos ocurre hacer algo más, sin reportar nuestro obligado retraso, sobre todo cuando somos utilitarios de los tiempos, más o menos ciertos, que requerimos para nuestras tareas habituales; son los llamados -”olvidos”- ,que nunca faltan.

Con la práctica del “recetario” de Doña Alicia, creo que es posible lograrlo.

Yo doy gracias a Dios, por tener un matrimonio feliz..

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