26 abril, 2024

Inspirar Confianza II

Durante muchos años el presidente repitió constantemente que era política de este Gobierno causar incertidumbre en los mercados especulativos, manipuló la información con respecto al pago/no pago de los bonos Global para que su precio bajase en el mercado y luego recomprarlos al 30% y, como consecuencia, por muchos años el acceso de nuestro país a los mercados internacionales estuvo cerrado, por lo que el Gobierno optó por obtener créditos de entidades chinas, a corto plazo (2 años), a un interés alto correspondiente al alto riesgo (7.5%), y garantizado con preventas de nuestra producción petrolera.

Cuando, presionado por la falta de liquidez, el Gobierno recurrió a los mercados especulativos y a los bancos de inversión, antes repudiados, la falta de confianza en el Gobierno actual y nuestro país quedó evidenciada. La emisión de nuevos bonos internacionales por $ 2.000 millones a 10 años plazo, se hizo con un cupón o interés de 7.95% a pagar por el Estado ecuatoriano por la deuda emitida. Esto significa que el riesgo percibido en estos bonos es más alto que en bonos emitidos por muchos otros países o que la confianza en nuestro país es menor que en países como Ghana (7.87%), Costa Rica (7%), Ruanda (6.62%), Chipre (6.5%), Venezuela (6%), Méjico (5.65%), Colombia (5.62%), Perú (4.8%), Paraguay (4.62%), España (2.6%) a pesar de estar en crisis, Italia (1.8%)*.

A pesar del daño causado a la economía de nuestro país con su estrategia de causar incertidumbre, el presidente públicamente llamó a la presidenta de Argentina a no pagar sus deudas a los fondos “buitre”.

Los buitres se alimentan de carroña, de basura; los fondos “buitre” participan en el mercado buscando bonos basura para hacer dinero, por lo que compraron bonos argentinos, considerados basura por el alto riesgo de caer en mora, a precios bajos, cuando otros inversionistas querían deshacerse de ellos, y buscaron las cortes internacionales para obligar al Estado argentino a cumplir con su obligación de pagar el valor nominal de los bonos (100%) al momento de su expiración. Cualquier corte internacional hubiese fallado a favor de los fondos “buitre”, como efectivamente ocurrió, ya que hasta los buitres tienen derecho a comer y si eligen comer basura es su derecho en el mercado libre, donde participan inversionistas de todo tipo y tienen los mismos derechos.

¿De qué sirve, entonces, continuar con la misma política de incitar a no pagar las deudas? ¿Se inspira confianza? ¿O continuaremos pagando intereses más altos que países africanos, europeos en crisis y latinoamericanos?

CARLOS SAGNAY DE LA BASTIDA.

* Datos tomados de El Comercio, 19 Junio 2014.

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Decibeles en la playa

Este fin de semana fue desagradable gracias a la poca cultura cívica de unos vecinos que decidieron, como todos los años, celebrar un cumpleaños en la playa. Ubicaron su carpa al pie del edificio OLYMPUS contiguo al que yo habito, y ahí se instalaron a libar. El problema es que esta vez el volumen de su música sobrepasaba de largo el necesario para no perturbar. Ahora es fácil controlar la medición porque hay una aplicación del Ipad, y del Iphone, que mide la cantidad de decibeles que llegas a percibir. Mas de setenta decibeles no se debe permitir.

Claro es que hay que ser tolerante, y tolerante lo fui hasta que luego de cinco horas el volumen seguía subiendo al ritmo del licor. Decidí twittear al respecto cuando el reloj marcó las nueve de la noche. Quería medir el alcance y presión que se puede ejercer mediante las redes sociales para mover la voluntad de las personas y hacerlas razonar, o modificar su actitud. Por supuesto que lo comuniqué a la Policía Nacional, y finalmente llegó en uno de esos cuadrones de playa. Se bajó la música, y diez minutos después, todo volvió a ese estado natural que algunos requieren para disfrutar de lo que unos llaman llaman fiesta y otros gamberrismo.

¿Qué puede ser tan seguro?

Puede el ser humano estar rodeado de seguridades, construir una verdadera prisión en torno a si. Preso de sus temores y carcelero de su propia vida, da a la angustia mil nombres y le pone mil caras que parecieran ser la encarnación del peligro.

La historia de la humanidad ha sido silenciosa testigo de cómo han caído al precipicio de lo inimaginable, celebridades, estrellas del arte, príncipes, reyes, magnates, políticos, santos y pecadores. Gente común, gente única, gente exclusiva, todos vamos a lo mismo.

Desde que el hombre y la mujer nacen, deben tener una seguridad, ninguna otra es tan verdadera: un día, hoy, mañana o cualquier día, vamos a morir. “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Tras saber que esta es la única afirmación segura, ¿por qué temer al dolor, a la enfermedad y a la muerte? Sería mejor aprender a desprendernos de la angustia por lo inevitable.

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