Un Buen Cristiano
Con sumo agrado y con un orgullo que no me cabía en el pecho, acepté ser una vez más padrino
de mi sobrino Piero, ya que tomó su valiente decisión de convertirse en “Soldado de Cristo” a
través de su Confirmación, y así mismo quiso, espero que por voluntad propia, que sus padrinos
de bautizo, fuéramos nuevamente sus padrinos en este Sacramento.
Me tocó acompañarlo en una pequeña pero sobria ceremonia donde culminaban su etapa de
preparación previo a recibir este sagrado Sacramento, pero al inicio de la misma, la catequista
les pregunto a varios jóvenes incluido mi sobrino, que sentían ellos a cerca de las charlas que
habían mantenido, y los todos consultados sentían “que se habían unido más a DIOS”, porque
desde ese periodo de reflexión y estudio de la Biblia, habían comenzado a ir más a Misa.
Bajo el árbol del amor
Recuerdo, hace casi treinta años visité Bahía de Caraquez; lo hice junto a
mi mamá (oriunda de Chone), mis hermanas, algunos familiares y mi tía
Leopoldina, también “choneña”, quien aún vivía en aquellos años. Cruzamos
en gabarra hasta San Vicente, y luego seguimos hasta llegar a Canoa. Los
años pasan y los lugares se quedan. Pero siempre, algo cambia.
Cambiamos nosotros y nuestra manera de mirar el mundo. Cambian los
lugares por que avanzan con el “progreso universal”.
Hace pocos días, tuve que hacer un viaje a Portoviejo, en compañía de mi
esposo. El motivo, especial por cierto, fue el bautizo de mi sobrina Isabela. La
última en sucesión en la línea de los primos, nietos de mi mami y de mi papi.
Mundo cuántico
En el día de hoy me animo a descender a lo más pequeño, ¡no!, no voy en busca de Alicia y su maravilloso país, mi precipitación es mucho más profunda, me voy a sumergir, aunque sólo sea por un instante, en el mundo cuántico, el de los átomos.
Siento curiosidad por conocer cómo ejercen los protones y sus inseparables electrones y en este preciso momento parece que reina la calma absoluta; aquí impera un secretismo total así que no puedo contaros en qué elemento químico me encuentro, pero sí puedo deciros que mientras los protones descansan plácidamente en su núcleo, los electrones giran dentro de sus órbitas respectivas y curiosamente ninguno fuera de ellas y eso que estoy buscando y no encuentro electrón alguno fuera de las órbitas, ¡vaya!, con la ilusión que me hacía pillar a alguno fuera de su puesto, pues no ha podido ser. ¡Vaya meneo!, ¡menuda convulsión!, he de sujetarme bien pues acabamos de chocar con otro objeto atómico y estamos recibiendo energía y contemplo cómo un electrón aprovecha esa energía para ascender de nivel, alejándose más del núcleo, pero no penséis que se coloca donde quiera, ¡noooo!, se sitúa en el siguiente nivel u órbita y aún le sobra algo de esa energía que como no es suficiente para ascender al siguiente nivel la libera en forma de luz o color, del rojo al violeta, qué hermosura, qué subidón. Yo resumiría lo que estoy observando con dos palabras: sabiduría y belleza; sabiduría por el orden, el equilibrio, la armonía, la serenidad y belleza por el colorido.
Mi gato Harún
Por internet circula una cadena que establece que un signo inequívoco de
ser “gay” es preferir los gatos a los grandes perros. A mis 71 años ya he tenido
que visitar al urólogo innumerables veces por la próstata y soportar algunas
colonoscopías. Las he pasado con angustia, disgusto, tremendo malestar; no me
gustaron en absoluto, y he salido del consultorio sin pedirle una foto al doctor.
Así que no tengo empacho en manifestar que por mas de 10 años me acompaño
un gato Persa-Himalaya a quien bauticé Harún por Harún-al-Rashid “El Justo”,
quinto califa, de origen Persa, de la dinastía Abasí, quien participa en muchos de
los cuentos del primer libro que cayo en mis manos a eso de los 8 años, en una
versión no muy apta para menores: Las Mil y una Noches.
Estreno como columnista
En mi estreno como columnista de este medio de comunicación me acerco a vosotros para invitaros a realizar un viaje que os prometo será breve en el tiempo, pues soy consciente de que estamos todos muy ocupados y os preguntaréis, ¿hacia dónde nos dirigimos?, ¿qué medio de transporte será capaz de albergar tanto personaje junto?, a lo que gustosamente responderé sabiendo que tanta gente me está leyendo y es muy sencillo, con algo que todos disponemos, con la imaginación, que nos permitirá por un lado dar descanso durante un ratito a los pensamientos y sentimientos que diariamente nos invaden y por otro lado, adentrarnos en ese mundo que sólo conocen los estudiosos del tema, los cosmólogos, pues sí, mis queridas amigas y amigos, estamos en el universo y nuestro guía y experto en la materia nos dice que tan solo nos puede enseñar el 4% del mismo, que es la parte que se corresponde con la materia ordinaria, dentro de la cual están las estrellas y que el resto, lo desconocido, lo forman materia y energía oscura.
Halloween
Definitivamente, el hombre es proclive al mal. La palabra Halloween es una palabra inglesa, derivada de “All-Hallow-even” o la víspera del día de todos los santos.
Originalmente, era una fiesta de gran contenido cristiano, en la que se celebraba la alegría de los santos que ya disfrutaban de la presencia de Dios en el cielo.
La fiesta es tradicionalmente una fiesta inglesa y luego, americana, en la que se destaca el agradecimiento por una buena cosecha. Las calabazas, con su color amarillo-naranja, recuerdan en estos países que ya llegó el otoño.
El padre José Hernando, de Key Biscayne hace una hermosa alegoría sobre esta costumbre que, desafortunadamente ha sido puesta a un lado para pasar a recordar a las brujas. El Padre Hernando comenta que, con la variedad de la forma de las calabazas, se nos habla de la riqueza infinita de Dios Creador. Las calabazas son fruto de una planta diminuta y siempre crecen sobre la tierra, lo que nos habla de la grandeza de Dios y de la humildad que debemos tener los cristianos, si queremos dar frutos abundantes y grandes como las calabazas.
Piedras para construir
Usar piedras para construir es una acción inteligente. Usar piedras para
provocar, para lastimar o para destruir, es una acción animal, de las más
bajas.
Piedras, en todo caso, el que les da el uso adecuado es el ser humano.
Piedras físicas, o imaginarias; aquellas que en nuestro lenguaje criollo las
atribuimos a las palabras, “hablar piedras”, solemos decir.
Al construir cualquier edificación o monumento, cada piedra tiene su lugar y
encaja en las demás. Forman una estructura sólida, que debe reposar en una
base segura. Algo similar debe realizarse en la vida de las personas. Construir,
no destruir, armonizar, y pisar firme sobre una base firme.
El amor y los consejos (Primera parte)
Yo sé que muchos van a discrepar con este razonamiento y que dirán que vivo en otro planeta. El amor es una sensación de deseo de entregarse a otra persona. No necesariamente entrega física. Entregarse, desear estar junto a esa persona, hablar, oír, mirar, gustar, tocar…, estimular los sentidos con ella. Se motiva por muy diversas causas: admiración, afinidad, belleza, gustos similares, alguna cosa que atraiga del carácter o de la personalidad de esa persona.
Una vez logrado este “enganche”, viene el enamoramiento, los detalles que van haciendo que ese “gusto” se afiance y se vaya introduciendo en el cerebro la “necesidad” de ese amor.
Para Paula, mi bebe canguro
Más que un momento, una alegría desbordante, eterna. Si entendemos la
eternidad como el lugar del mayor gozo, de la máxima felicidad, de la dicha
completa, de la máxima expresión del AMOR.
No es fácil expresar en palabras lo que siento, pues no hay palabras para
hablar de estas cosas, de estas vivencias que están más allá de las palabras.
Paula nació un doce de octubre de 1997, a las diez y media de la noche. Creo
no equivocarme, llegamos con las justas a tener siete meses de gestación,
tal vez unas semanas menos. Y la culpa fue mía. Caí en errores graves y
puse en peligro las dos vidas, la mía y la mi hija. Pero Dios es compasivo y
misericordioso. Tras largos quince días de terapia intensiva, entre máquinas
y enfermeras y aferrándose a la vida como la luchadora que demostró ser,
Paula salió triunfante.
Hasta pronto
Hay tardes en las que uno desearía
embarcarse y partir sin rumbo cierto,
y, silenciosamente, de algún puerto
irse alejando mientras muere el díaEmprender una larga travesía
y perderse después en un desierto
y misterioso mar no descubierto
por ningún navegante todavía.Aunque uno sepa que hasta los remotos
confines de los piélagos ignotos
le seguirá el cortejo de sus penas.Y que al desvanecerse el espejismo,
desde las glaucas ondas del abismo,
le tentarán las últimas sirenas.
Es así como me siento, agotado y con la angustia de encontrar un pedazo de ese paraíso perdido o no encontrado todavía. Se acaba el ciclo de la vida y aún tenemos ganas y algo de fuerza, como para crear esa ficción de la que nos habla nuestro poeta. Emoción vesperal es la que se siente al hacer e último rezo del día, cuando frente a Dios aceptamos que nada comprendemos y que la única salida es refugiarnos en su misterio.