25 abril, 2024

¿Por qué hay que leer el Quijote?

Si escribo esto es por liberarme de alguna manera de esa visión real, nada ficticia y cada vez más habitual, de jóvenes y no tan jóvenes paseando por la calle, o bien estacionados mientras esperan un medio de transporte, o sentados junto a otros comensales, y qué sé yo cuantas otras muchas situaciones, impregnados del mundo virtual de un aparato, que por supuesto su utilización y aprovechamiento goza de muchas ventajas, no seré yo quien vaya a negarlas, pero también es cierto que priva de la comunicación real, cara a cara, mirándose a los ojos, y de ese tiempo de ocio que antes ocupábamos en la lectura. En esto último quería entretenerme hoy un ratito.

Quiero decir con ello que la gente más joven ya no lee?, por supuesto que no. Estoy segura que son muchos los que lo hacen, aunque también sé que no son pocos los que responden que comparado con otros entretenimientos, la lectura les resulta aburrida, que hay palabras que desconocen su significado, que mejor matar el tiempo con una tableta o un teléfono inteligente. Por eso he utilizado una obra de Cervantes, como el Quijote, para de alguna manera, colaborar en que no se pierda el hábito de leer un libro y lo quiero razonar de alguna manera.

Reflexiones sobre el Hermetismo

A veces, la vida se nos presenta como un hipermercado, entras por primera vez y todo te parece grande, enorme, tanto color y variedad te confunden. Alguien con más conocimiento te explica que lo que hay en su interior no es para comérselo todo, ni tampoco tienes que comprarlo todo, ni siquiera tienes que verlo y estudiarlo todo, que eres libre para elegir el producto que quieras, y claro, mientras más conozcas a través de los sentidos, mejor será tu elección. Conforme vas creciendo y te vas adentrando en los diferentes recovecos, vas conociendo la diversidad de oportunidades que la vida te ofrece, la variedad de productos a tu alcance.

Hoy me quiero acercar a un stand donde la gente no suele acudir, casi siempre está vacío, pero tengo cierta curiosidad, sólo busco información, a pesar de llamarse ocultismo o hermetismo, está abierto y disponible. Entraremos, aunque no para consumir, y sí para informarnos. Aquí encontramos a los Mundos Paralelos, mundos no separados y sí mundos dentro de otros mundos. Es como si el Universo en el aquí y ahora existiera en varios planos o niveles, desde el físico hasta el absoluto, pasando por el astral, mental, espiritual, divino y supra-divino. Y si ya nos resulta difícil imaginar un universo con las tres dimensiones de ancho, largo y alto, más el tiempo, asimilar hasta siete dimensiones, pues demasiado complicado. Pues bien, en este mundo multidimensional, unas leyes rigen su existencia, veamos cuales son para entender esto algo mejor. Como es arriba, así es abajo, y como es abajo así es arriba, para que se cumpla el milagro de la Unidad.

Un país dividido

Supongo que con este encabezamiento y el mapa del mundo ante nuestros ojos, el elegido para hablar de él podría ser uno de tantos, pues la división es algo que caracteriza a muchos de los países que habitan nuestro orbe. Pero yo quería hablar de uno en concreto, que seguro está en la mente de todos, que no es otro que Ucrania y que más que una división lo que ocupa realmente en su interior es un conflicto de civilizaciones.

Que una parte localizada de nuestro planeta esté dividida, desde el punto de vista de la noticia, no es extraño, ni siquiera digno de ser mencionado, pero que como consecuencia de esa división tengamos conocimiento de personas fallecidas, es como mínimo digno de reflexión, y eso es lo que nos va a ocupar aquí y ahora; puede que unos opinen de una manera y otros de otra, pero que esa diferencia lleve a la violencia brutal, es indicativo de que algo falla. De qué nos suena este país?

Divide y Vencerás

Un acontecimiento ha trascendido en días pasados en España y que ha sido vendido, supongo que porque así lo es, como único en la historia, cerca de 400 periodistas acreditados de todas partes del mundo lo atestiguan, por primera vez damas y caballeros, un miembro de la casa real, la hija de un rey, de todo un jefe de Estado, se ha sentado en el banquillo, para responder en calidad de imputada a las preguntas del juez, fiscal, y demás partes intervinientes.

No voy a entrar en el debate de su inocencia o culpabilidad, entre otras cosas porque no he formado parte de la investigación, desconozco el contenido del sumario y tampoco soy jueza para juzgar a nadie, pero sí que me gustaría comentar por encima aspectos humanos y racionales de este evento que poco a poco se está convirtiendo en un espectáculo de luz y sonido. En lo primero que he reparado es en la dualidad opuesta de opiniones, ese principio de enfrentamiento tan enraizado en los seres humanos que nos lleva a crear dos bandos ante un evento como el que nos compete.

El Dorado del siglo XXI

Si nos adentramos en los episodios que la historia universal nos ofrece, encontraremos un raudal de casos en los que seres humanos, por uno u otro motivo, han abandonado su lugar de origen al encuentro de un mejor espacio para ubicarse. Pasó con nuestros ascendientes prehistóricos que partieron del continente africano hasta llegar a Europa.

Pasó también con muchas civilizaciones, perdidas en los anales de la historia, que buscaron nuevos recursos, nuevos refugios, nuevos asentamientos. Hasta donde llega mi alcance, me resulta imposible ponerme en la mente de esos predecesores nuestros y descifrar uno a uno los motivos que les indujeron a dejarlo todo y que desde luego no eran partidarios de ese dicho que dice “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”.

Un paréntesis electrónico

En este mundo nuestro actual resulta difícil asimilar un oficio, un quehacer diario, sin la influencia de la tecnología, de la informática, sin poner un SMS, sin recibir un whatsapp, sin los recursos de internet, pero no hace mucho tiempo, todo esto no existía.

Estaba yo pensando, por qué no dar un descanso a los electrones que no paran de moverse de un lado a otro, que bien merecido tienen un reposo y recrearnos en pasajes del pasado no tan lejano donde ellos aún no habían surgido de su cuna.

Por unos instantes voy a pasear por una calle imaginaria y comprobar, al inicio del día, cómo las amas de casa acuden en pleno a la esquina de la calle; ¿qué ha pasado?, pues que el lechero ha llegado, con su gran cántara y un par de jarros de latón como medida, de litro y medio litro, repartiendo la leche fresca, sin pasteurizar y sin conservantes, directamente del ordeño al consumidor. Me dispongo, haciendo uso de la osadía que me caracteriza, a entrar seguidamente en una de las casas donde una señora está elaborando jabón, mezclando el aceite de oliva sobrante con la sosa caústica y poniéndola a hervir. ¡Cuidado!, me dice, no te acerques mucho que la sosa puede salpicarte y quemarte, mientras ella remueve con un palo hasta que toma consistencia y lo vuelca sobre un recipiente de barro. Así estará un par de días mientras se está endureciendo.

La Gran Calamidad

Este año se cumple el centenario del inicio de la I Guerra Mundial, acontecimiento que con toda seguridad los distintos medios informativos se encargarán de recordarnos. Y a cien años vista qué pensará la gente sobre esta contienda que comenzó en el verano del ya lejano 1914 para terminar a finales de 1918.

Pues seguramente que fue una guerra más de otras tantas que alberga nuestra historia, donde ganaron unos y perdieron otros. Pero si escudriñamos un poco en esos cuatro años largos, seguro que descubrimos cosas que invitarán a nuestra mente a que nuestra opinión sea algo más abierta. Parece ser que los peritos en asuntos de batallitas coinciden en que el motor de la guerra fue la Alemania militarista del káiser alemán Guillermo II, quien debía albergar delirios de grandeza y conquista. Situémonos en los inicios. Nos encontramos en la ciudad de Sarajevo, una ciudad que por entonces pertenecía al imperio austro-húngaro; una fecha: 28 de junio de 1914, dos personajes: el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austrohúngaro y su esposa, amigos del káiser alemán, y un incidente: el asesinato de ambos por parte del serbobosnio y miembro de una organización llamada Mano Negra. Pues éste fue el pretexto ideal que encontró Guillermo II para satisfacer sus ansias de conquista.

Despedida

Gabriel Garcia Marquez, Washington, DC, 1976

No me puedo permitir el lujo de escribir con cierta periodicidad y al mismo tiempo hacer oídos sordos a la mención de Gabriel García Márquez. Igual que no se puede resumir en una página la historia universal, tampoco se puede resumir en ella, la vida y obra de este escritor colombiano, pero sí mencionarlo de alguna manera para expresar la huella interna que nos ha dejado.

Cuando una persona famosa en los ámbitos del deporte o espectáculos se nos va, sientes su marcha y te resulta extraño pensar que no vas a volver hablar de ella. Cuando una persona famosa en el mundo del arte se nos va, sientes una especie de vacío en el campo de la creatividad que de alguna manera resultará difícil de cubrir y cuando se va una persona como Gabriel García Márquez, no solo ocurre lo anterior sino que también dejas escapar alguna lágrima. Quién no se ha acercado a él en vida de alguna manera, habiendo tenido la gran fortuna de conocerlo personalmente y disfrutar de su presencia, o simplemente leyendo algunos de sus escritos o interiorizando algunas de sus vivencias escritas. Cuando te pasa esto sabes que algo de él tienes dentro de ti, es lo que ocurre con las personas que son entrañables, y cuando te enteras que se nos ha ido sabes que algo de ti también se ha arrancado. Pregúntate ahora mismo por las noticias mundiales que tuvieron lugar en ese día de su fallecimiento, un jueves por la noche, yo sinceramente no recuerdo ninguna, y es que quedaron todas ellas eclipsadas por la noticia de su pérdida.

La Gran Calamidad

Este año se cumple el centenario del inicio de la I Guerra Mundial, acontecimiento que con toda seguridad los distintos medios informativos se encargarán de recordarnos. Y a cien años vista qué pensará la gente sobre esta contienda que comenzó en el verano del ya lejano 1914 para terminar a finales de 1918. Pues seguramente que fue una guerra más de otras tantas que alberga nuestra historia, donde ganaron unos y perdieron otros. Pero si escudriñamos un poco en esos cuatro años largos, seguro que descubrimos cosas que invitarán a nuestra mente a que nuestra opinión sea algo más abierta.

Parece ser que los peritos en asuntos de batallitas coinciden en que el motor de la guerra fue la Alemania militarista del káiser alemán Guillermo II, quien debía albergar delirios de grandeza y conquista. Situémonos en los inicios. Nos encontramos en la ciudad de Sarajevo, una ciudad que por entonces pertenecía al imperio austro-húngaro; una fecha: 28 de junio de 1914, dos personajes: el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono austrohúngaro y su esposa, amigos del káiser alemán, y un incidente: el asesinato de ambos por parte del serbobosnio y miembro de una organización llamada Mano Negra. Pues éste fue el pretexto ideal que encontró Guillermo II para satisfacer sus ansias de conquista.

Eclipses

Hay un hecho que ejemplifica con claridad la diferencia entre el reflejo pasado de nosotros mismos, personificados en nuestros antepasados, y nosotros mismos viéndonos en la actualidad, una diferencia que estriba en el conocimiento y un hecho que son los eclipses.

Es de agradecer que la historia nos permita conocer cómo actuaban nuestros ancestros ante un eclipse, pero es una pena no poder figurar en las mentes y corazones de ellos ante un fenómeno como ése y saber qué pensaban y qué sentían. Qué si no iban a pensar las culturas primitivas que adoraban al Sol y a la Luna al ver cómo estos se oscurecían; pues que estaban malucos, enfermos, enojados o enfurecidos, vete tú a saber.

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