29 abril, 2024

¿Qué puedo aprender de Ignacio de Loyola hoy?

Conocer a un santo es un gran reto. Nos separa el tiempo y sobretodo los prejuicios; creemos que son superdotados y no humanos ¿Cómo acceder a una comprensión adecuada? Solo desde el testimonio de vida personal y de una comprensión realista de los textos

¿Dónde está la grandeza y la santidad de este hombre que muchos lo admiramos, otros lo calumnian y para algunos es indiferente? Evidentemente, en la historia de su vida y en los textos que compuso personal y corporativamente, junto con los jesuitas de la primera generación ¿Qué textos? En el caso de san Ignacio: el libro de los ejercicios espirituales, las constituciones, las bulas de fundación de la Compañía que presentó ante los papás, donde está la esencia de la identidad y misión de un jesuita, y sus más de 7.000 cartas. A ello, se suma una serie de biografías muy autorizadas, vivenciales, creativas. Pero, como dicen los jesuitas norteamericanos del centro de espiritualidad ignaciana de san Luis Missouri, AÚN NO SE HA ESCRITO UNA AUTENTICA BIOGRAFIA DE IGNACIO DE LOYOLA.

Con temor y temblor solo comparto algo de lo que hoy me puede enseñar, su vida, su estilo y su legado, desde mi comprensión y experiencia. Lo primero que es un hombre de deseos. Lo segundo que es un líder nato, paradigma para el hoy de nuestra historia carente de líderes serviciales e íntegros. Lo tercero que es un gestor. Pero la clave de su vida y santidad no está en que hizo muchas cosas. Sino en el ser de su persona, que hizo desarrollar su personalidad en diversos contextos que le tocó vivir. Es haber comprendido lo que es, después de una larga búsqueda y fracasos. Y es desde su naturaleza humana que irá buscando a Dios, al Dios que Jesús le reveló y convirtiéndose en un peregrino clave de su santidad, vivir caminando, despojándose, saliendo de sí constantemente.

HOMBRE DE DESEOS: Estos deseos lo vivió sin Dios, en búsqueda y con Dios. Que reflejan etapas de su vida e historia. Vivir sin Dios, fue la primera etapa de su vida. No es exacto decir que vivió sin Dios, fue bautizado y era de familia católica tradicional. Este Dios de la tradición no impactó ni influyó en la primera etapa de su vida. Sus deseos eran los del mundo de su época, alcanzar el gran honor. Palabra que se vivía con una pasión alocada, era la dignidad, la causa por vivir o morir. Sus sueños eran ser un gran caballero, que no era soldado, diestro en el manejo de armas, pero educado en los ideales del caballero al servicio de su rey, en el palacio del Contador Mayor, por quien fue educado en manejo de finanzas y cuentas. Aquí despertó su deseo de enamorarse de una gran mujer de la nobleza. Al pelear por el reinado de Castilla contra los franceses fue gravemente herido por una bala de cañón. Se derrumbaron sus sueños. ¿Qué pasó después?

Su capacidad de reflexión interna, su capacidad de escuchar lo mejor de su corazón, de resilencia empezó gracias a la lectura que le dio su cuñada Magdalena, los libros de una Vida de Cristo y una vida de santos, comenzó a sentir emociones agradables al preguntarse: “si Francisco o Santo Domingo hizo esto, por qué yo no”. Pero también sentía tristeza o mociones desagradables al comparar o contrastar con su vida pasada.

HOMBRE DE BÚSQUEDA al pensar y sentir sobre lo que le estaba pasando en su interior comenzó una nueva búsqueda y emprendió el viaje para saber qué era eso que le estaba pasando, y gracias a su forma de ser, fue reorientando hacia la paz, la felicidad auténtica que es lo que anhelaba. Y comenzó a peregrinar, hacer penitencia, ayudar a pobres, enseñar catecismo, a orar mucho. Hasta llegar a los ejercicios espirituales en Manresa. Se dio cuenta que Dios es diferente. 

IGNACIO EL LIDER, no hay duda que su condición humana era de un auténtico líder, tenía las características de todo líder según el liderazgo sustentable: apasaionado, perseverante y descubrió la paciencia con sus limitaciones de salud. Siguió soñando, pero ahora su sueño e ideales era hacer grandes cosas por la Gloria de Dios, descubrió lo grande desde las cosas sencillas enseñando catecismo a niños, ayudando a pobres y viviendo en hospitales, sus deseos se transformaron a los de un Dios que lo fue conociendo de a poco; del Jesús histórico, al cual quería seguir literalmente al Cristo de la Fe, para el cual servirlo significó irse a estudiar a la universidad de París, se tomó en serio los estudios como la manera de comprender que asumir las mediaciones largas, era el mejor servicio divino. Allí encontró un grupo de amigos que luego de mucho trato y ejercicios espirituales fueron amigos en el Señor y se convirtieron en una comunidad de fe, que se dedicó a servir y transformar la iglesia desde dentro y desde lo hondo, no desde la división y crítica negativa. El amor se pone más en las obras que en las palabras. Y con ese grupo su liderazgo se convirtió en un liderazgo compartido, con y ellos y por ellos aprendió a ser líder de verdad. Discerniendo lo mejor corporativamente, proponiendo, escuchando y decidiendo juntos. Eso mismo hicieron los primeros cristianos reunidos en oración para recibir el impulso del Espíritu del Resucitado y anunciar valientemente el evangelio.  Es la comunidad sinodal y discerniente que el Papa Francisco pide para la Iglesia en Salida del siglo XXI.

IGNACIO EL GESTOR, la capacidad de hacer cosas organizadas y de impacto como son las misiones, colegios, universidades, distribución de la gente por el mundo solo es posible si desarrolla ese liderazgo que discierne, comparte, escucha en comunidad las decisiones que benefician a todos. E Ignacio obedeció a sus compañeros y al Espíritu. Tú te quedas en Roma y nosotros nos vamos a predicar al resto de Europa y del mundo. Los jesuitas eran proactivos, proponían soluciones con amor a los problemas de la Iglesia, del mundo, de la juventud. Allí está parte de la grandeza, que en el fondo era mística, se dejaban guiar por el Espíritu de libertad, de amor, de verdad de Jesús.

 

PARA PENSAR

¿Qué hizo grande a Ignacio de Loyola?
Su capacidad de pensar con el corazón

¿CUÁL FUE SU MAYOR LOGRO?
Construir un grupo de amigos en el Señor

¿CUÁL FUE SU LEGADO?
Enseñarnos pedagógicamente a discernir

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Federico Reinel

Federico Víctor Reinel Rojas nació en Barbacoas Colombia. Muy joven fue enviado por su padre Francisco Reinel a Lima, de esa ciudad pasó al Cerro de Pasco en el Perú a trabajar en la construcción de una vía férrea, la más alta del mundo y por ende, dificilísima de llevar a término. Allí estuvo por varios meses, ganándose la estimación de sus compañeros, que le apodaron “El Cholo Reinel”, sobrenombre que le quedó para toda su vida.

Hacia 1890 volvió a Lima y al poco tiempo se colocó como agente vendedor de la Compañía de Seguros de Vida “La Equitativa”, de propiedad de Augusto B. Leguía, (algunos años más tarde sería presidente del Perú). En 1893 el señor Leguía fundó una Sucursal de tal empresa en ésta ciudad, trabajó arduamente y una vez acreditada, volvió a Lima y envió a Guayaquil a su colaborador Reinel para que la administrase. Al estar en Guayaquil en una actividad importante, que le permitía acceder a los niveles sociales altos, no tardó en relacionarse con hombres de comercio, empresarios y personalidades de nuestra localidad.

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