30 abril, 2024

Clue

Los invito a jugar Clue, donde a base de la mayor cantidad de pistas se debe descubrir al culpable del crimen ocurrido en un evento al que asisten varios personajes.

A nuestro juego fueron invitados representantes de importantes sectores de la sociedad, de diversas profesiones y ocupaciones. El invitado de honor era una persona conocida como Pueblo, de poca preparación, con salud bastante maltratada, de bajo sueldo pero con gran poder de representación. De pronto y con mucha pompa llega el invitado sorpresa acompañado por su escolta de seguridad y un nutrido grupo de aduladores.

Los asistentes al evento conversaban de varios tópicos, sin ponerse de acuerdo en los temas que trataban. La situación que más llamaba la atención era la actitud del personaje pomposo que estaba aislado, como si todo lo supiera, como si no hubiese nadie mejor que él, de una prepotencia tal que parecía que ya mandaba a callar a todos los invitados a la fiesta.

De repente… un apagón, gritos y un gran estruendo. Al encenderse la luz, una víctima yacía en el piso y en la escena del crimen, unas cuantas huellas: alza del IVA, restricción en el ingreso de divisas por gravar su salida, salvaguardias, descuentos de días de sueldo, endeudamiento excesivo, jubilados maltratados, gastos sin control y nuevos ricos en acción. La víctima: el más desvalido de los asistentes, el señor Pueblo.

Los personajes se lamentaban y no imaginaban quién en su sano juicio podía haber cometido semejante crimen contra el más querido y representativo de los invitados. De inmediato, todos comenzaron a justificar el porqué no habían sido ellos los autores de tan descabellado hecho, no así el pomposo, que estaba solo y apartado del grupo y que aun luego de semejante situación, continuaba con la misma cara larga, impávido e inmutable, tratando de escapar a las miradas acusadoras del resto. Hasta aquí las pistas.

Con esto ya habrán determinado quién es el culpable, así como sus responsables coadyuvantes. Solo nos resta esperar que sobre ellos caiga todo el peso de la ley por cuanta ilegalidad hayan cometido.

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Stephen Covey al anunciar su libro “El liderazgo centrado en PRINCIPIOS”, pone la siguiente anécdota: Va el Almirante de la Armada americana a bordo del buque insignia de USA y el vigía le advierte: Mi almirante, hay una luz adelante y no se mueve. El Almirante responde: Dígale que se mueva. Regresa el vigía y le informa: Dice que nos movamos nosotros. El Almirante ordena: Dígale quienes somos. Y la repuesta del otro lado. Soy un faro, ¡muévase o estréllese!

Los principios son como faros. Debemos respetarlos. Creo que nuestro Presidente está desafortunadamente mal aconsejado en la cuestión del Puerto de Guayaquil. Guayaquil ha sido desde siempre el principal puerto del Ecuador; fue fundada en 1534, en las pampas de Liribamba, para ser trasladada a la costa, al gran río, para que sirva de puerto a la tierra que acababan de conquistar los españoles. Guayaquil no sólo ha sido puerto, sino astillero. Toda la logística del país está estructurada para el uso del puerto de Guayaquil. Sería necedad y un daño severo a la nación, cambiar lo que ya está funcionando para crear, con doble gasto, infraestructuras en otras zonas.

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