7 diciembre, 2024

Guayaquil la grande

Guayaquil  es grande desde hace 480 años que fue fundada por el español Francisco de Orellana.  Grande desde el comienzo porque el temple de sus hombres se vio marcado por los incendios, invasiones y ataques de piratas, que hicieron que el dolor y en algunos casos la impotencia  los haga una raza especial, pujante y aguerrida.

Guayaquil difícilmente se deja agredir, ni pisotear, peor aun cuando los insultos o las agresiones no vienen de verdaderos guayaquileños sino de aquellos advenedizos que han hecho predominar sus aspiraciones políticas personales  y económicas, dejando a un lado el amor por la tierra que los acogió y le dio el trabajo fecundo a sus antepasados.

Guayaquil ha realizado muchas marchas a lo largo de su historia.  Ha demostrado que cuando reclama en las calles y plazas por sus derechos es altiva y demoledora.  El guayaquileño ha tenido siempre una tradición de civismo que no puede ser confundida por ambiciosos pelafustanes que sólo buscan sus personales beneficios.

Guayaquil no puede permitir seguir asolada por la delincuencia, el sicariato y el narcotráfico.  La falta de seguridad a la que hoy está expuesta, no puede ser el caldo de cultivo que la convierta  en tierra de nadie.

Que este aniversario de su fundación tenga como propósito el mantener las ideas libertarias y económicas que la han caracterizado. Y que quienes son  acogidos  de diferentes rincones de la patria,  buscando en Guayaquil  un mejor futuro, comulguen con el ideal que siempre ha tenido: “Guayaquil por la patria. Y Guayaquil por Guayaquil”

“La naturaleza ha privilegiado nuestro suelo: malas leyes lo habían esterilizado, pero ahora el soplo del germen de la libertad empezará a cubrirlo de flores y frutos”  (J. J. Olmedo)

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Pouting

Como Pediatra, uno de los problemas que más frecuentemente debo tratar, es la “falta de apetito de los niños”. Las madres se quejan amargamente de que su hijo “no come nada” y al examinarlo, generalmente el niño está dentro de los rangos normales.

Cuando hablo con la madre sobre el tema, le digo que el problema es de apellido. Todos los niños son apellido “Contreras” y el de ella no es la excepción, que basta con que ella le exija “come”, para que el niño cierre la boca.

Lo mismo parece estar pasando con la forma cómo el Gobierno trata a la Ciudad de Guayaquil. El capricho es la norma. Parece increíble que un Presidente nacido en Guayaquil, actúe como un enemigo gratuito de su Ciudad. Impide que se drague la entrada al Puerto, impide que se pongan tasas para hacerlo sin que le cueste al Gobierno. Trata de impedir el Puerto de aguas profundas de Guayaquil que se quiere hacer en Posorja financiado sin que le cueste un centavo al país o a la Ciudad, se habla de especializar puertos y quitarle a Guayaquil, sitio considerado desde hace más de 500 años como el sitio ideal para Puerto en Sudamérica. Se habla después de hacerlo más al oeste. ¿Es que alguien está comprando tierras y quiere hacer el gran negocio con el nuevo puerto?

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