7 diciembre, 2024

Libertad de expresión por Internet en peligro

Cuántas veces hemos escuchado en esta Latinoamérica  que  el pueblo necesita expresarse, para evitar ser manipulado y que pueda con su propia voz  decir  o gritar “aquí estoy, esto soy, esto quiero para sentirme  libre”!  Ahora, en estos instantes en que las fronteras están, prácticamente rompiéndose, y que la Internet  nos une incluso en tiempo real, estemos donde estemos,  está llegado ya el momento tan codiciado  desde hace tantos y tantos años… Con la Internet  los pueblos pueden convertir su voz no sólo  en su expresión individual. Tienen ahora los pueblos la fabulosa posibilidad de convertir  su pensamiento  en opinión, en posición y hasta en mandato. En cierta medida la Internet  es, quizás, una de las pocas tecnologías,  en la historia de las sociedades, convertida  en puente, al usarla  seria y racionalmente, de la solidaridad entre los hombres, entre los pueblos, entre las comunidades.

Es interesante, por decir lo menos, conocer por la internet mediante el facebook, twitter, whatsapp, instagram… como la gente, de todos los niveles, de todos los estratos sociales  dejan sus inhibiciones de lado. Cada quien  quiere, y así lo hace, mostrar que existe, que está vivo  y que tiene derecho a mostrarse y que terceros, sean amigos o no, sepan de sus formas de vida. Fotos, mensajes escritos, dibujos.  Nadie se siente, con semejante vivencia, rezagado. Chicos, adultos, ancianos, inválidos, mujeres, hombres, de repente han encontrado  una motivación importante para impulsar más su vivir. No importa el color de la piel, la fe religiosa, el registro político, el género. ¿No es esta, entonces, la voz tan anhelada? Que hay alguien, por ahí, que pretende pasarse de avispado y busca vender gato por liebre o cambiar, como en la conquista, oro por collares de vidrio es parte de la convivencia imperfecta. Felizmente, quienes ya están subidos en este avión saben, por demás, como amarrarse bien los cinturones…

Pero esta voz puede, tal cual está sucediendo, convertirse en orden y práctica social popular de alta discrecionalidad, contra  el mal manejo de la cosa pública y los  funcionarios malversadores del bienestar social de los pueblos.  Buena parte de los gobiernos actuales, intimidados en ser descubiertos en sus fechorías,   buscan, entonces, bloquear el uso  de la Internet  a voluntad. Es que los sucesos  en el norte de África que  pusieron patas arriba  las dictaduras que, a sangre, fuego y corrupción, habían hecho tabla rasa  de la libertad, bienestar y justicia  de sus ciudadanos, durante 20 y 30 años, fueron más que una advertencia. Por eso  los gobiernos  populistas y fascistoides de Latinoamérica tienen ya las barbas en remojo.  ¿Por qué, si no fuera así, Maduro en Venezuela y Correa en Ecuador  están interesados en prohibir la Internet  que no sea para  aplaudir  sus incorrecciones  y sus actos inconstitucionales?. Ambos persiguen a quienes  en las redes sociales  les hacen  oposición  y no aceptan sus mentiras.

Para Maduro, por ejemplo,   quienes  están en desacuerdo con  su manipulación gubernamental  son fascistas  que merecen la cárcel y advierte que “si pierde el chavismo en las próximas elecciones Venezuela no estaría lejos de un baño de sangre”. Correa no llega a tanto. En cambio, en su desesperación del típico perdedor,   amenaza a los usuarios de Internet que  no están con su régimen, tal cual hizo con  el autor de Crudo Ecuador, que    “es un cobarde y pronto sabremos quien es y lo conocerá el país”. O sea, sin respetar  el derecho al anonimato y burlándose, así, de la “voz del pueblo” que tanto  ha reclamado, puso en evidencia  su estilo de linchamiento mediático, típico de sus sabatinas dictatoriales. ¿Es que, acaso, le interesa a Correa  que el pueblo pueda expresarse con voz propia o que  su voz solo sirva para alabarlo, aplaudirlo, y reverenciarlo?. “Recordamos – dice FUNDAMEDIOS (Ecuador) – que las autoridades de Gobierno, encabezadas por el Presidente de la República, tienen la obligación de garantizar derechos y libertades constitucionales como el de la protección de datos personales”. 

Nosotros insistimos, trayendo a colación la  “Declaración Conjunta Sobre Libertad de Expresión e Internet”, firmada el 1 de junio del 2011, por los relatores de Libertad de expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA), Naciones Unidas (ONU), Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y la Comisión Africana de los Derechos del Hombre y de los Pueblos (ACHPR). Los aspectos más específicos, aquí consagrados, y que ni el gobierno ni el pueblo deben perder de vista son:  “  a)  Los Estados tienen la obligación de promover el acceso universal a Internet para garantizar el disfrute efectivo del derecho a la libertad de expresión, b) La interrupción del acceso a Internet, o a parte de este, aplicada a poblaciones enteras o a determinados segmentos del público (cancelación de Internet) no puede estar justificada en ningún caso, ni siquiera por razones de orden público o seguridad nacional, c)       La negación del derecho de acceso a Internet, a modo de sanción, constituye una medida extrema que solo podría estar justificada (…) siempre que haya sido ordenada por la justicia, teniendo en cuenta su impacto para el ejercicio de los derechos humanos

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