29 abril, 2024

El Virrey

En los últimos días, el nombre de Carlos ‘El Virrey’ Bianchi ha sonado en todo el continente. La razón: el club de fútbol más popular de Argentina (el único que jamás ha jugado en la categoría del ascenso) está atravesando una crisis futbolística. Más allá de las dos primeras etapas frente al popular equipo, signadas por el éxito y los títulos, la última no cubrió las expectativas de los simpatizantes xeneizes y mucho menos de su dirigencia.

Su impecable trayectoria empezó con una campaña de éxitos en 1998, y, producto de un insistente reclamo de sus hinchas, ‘El Virrey’ llegó por tercera vez a la dirección técnica de Boca Juniors, en enero de 2013. En el primer torneo nacional el club quedó anteúltimo y fue eliminado en cuartos de final de Copa Libertadores.

En el torneo actual, empezó (como dicen) “con el pie izquierdo”, con un juego deficiente que derivó en la pérdida de partido tras partido, y fue entonces cuando la dirigencia del club canceló de manera anticipada los servicios del técnico más exitoso que tuvo Boca Juniors, en medio del descontento y nostalgia de sus seguidores. Dicen que en el balompié los resultados mandan, y la decisión unilateral de rescindir el contrato es ahora un tema que se torna jurídico, pues el régimen en Argentina aplicable a los directores técnicos de fútbol (previsto en un convenio colectivo de trabajo) regula, específicamente, el despido directo sin causa cuando el contrato hubiere alcanzado seis meses o más, caso del derrocado estratega, lo cual le irrogará al club un gasto importante en concepto de indemnización por la ruptura ante tempus del contrato.

La foránea normativa prevé los casos en que el despido sin causa se produce durante la disputa del torneo y finalizado el mismo. En el primer caso el entrenador solamente tiene derecho a percibir su remuneración hasta la finalización del campeonato, con la prohibición, para aquel, de registrar un nuevo contrato con otro club hasta que finalice el torneo en disputa. Tal disposición, que atropella derechos fundamentales consagrados en la Constitución Nacional de Argentina, seguramente será cuestionada por el señor Bianchi a la hora de definir su reclamo. Habrá que seguir de cerca el interesante caso del “querido director técnico” por las importantes consecuencias económicas que pueden afectar al club xeneize, y que de seguro sentará jurisprudencia y doctrina importante para situaciones análogas en Ecuador.

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Cuando miramos las fotos o los cuadros de pintores famosos de antaño, vemos esculturas de mujeres que simbolizaban la belleza en los siglos pasados y las comparamos con las bellezas que vemos caminar actualmente por las calles o que aparecen en revistas, vemos que el mundo ha ido progresando, tanto en el concepto de belleza, como en el lograrlo. El arte de la cirugía plástica, permite tener ahora narices perfectas, aunque un poco aburridas por lo repetitivas, unas figuras esculturales, con cinturitas de avispa. Todas las mujeres nos van dejando bajitos, al menos, si no por su propia estatura, por las plataformas o los tacos interminables, que se ven obligadas a usar, para destacar su figura y mostrar glúteos firmes, al estar en puntillas.

Todo defecto físico se puede disimular o embellecer, ya sea por la cirugía o el maquillaje, el bótox, moldeamientos y miles de técnicas más para embellecer a la mujer. El ejercicio es otra arma de gran utilidad; dos o tres, o a veces más horas diarias de tal o cual ejercicio y luego el masaje, el SPA. Ahora todas miden 1,75 mts. ó más, tienen una figura preciosa (menos las anoréxicas), un busto impresionante y perfecto, un vientre de tabla, envidia de cualquier deportista, en fin, físicamente son perfectas. Si a eso añadimos la forma de vestirse y la forma estudiada de sentarse o caminar, prácticamente podemos asegurar que, como decía aquella copla de mi infancia “no hay ninguna mujer fea.”

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