8 mayo, 2024

Más poemas de Buesa

Perdón por insistir tanto en un poeta, pero en realidad Buesa tiene tantos poemas hermosos y que vale la pena recordar, que me permito presentarles estos más:

Comencemos con Los Amantes:

Los amantes
José Ángel Buesa

Donde quiera, una noche, se abrirá una ventana,
o una puerta cualquiera de una calle lejana;
no importa donde o cuando, puede ser donde quiera,
ni menos en otoño, ni más en primavera.

Y hoy igual que mañana, mañana igual que ayer,
un hombre enloquecido besará a una mujer,
tal vez nadie lo sepa, como tal vez un día
todos irán sabiendo lo que nadie sabía.

Y para los amantes, su amor desesperado
podrá ser un delito, pero nunca un pecado.
Por eso el amor pasa por las calles desiertas
y es como un viento loco que quiere abrir las puertas.

Bien saben los amantes que hay caricias que son
no una simple caricia, sino una posesión,
y que un beso, uno solo, puede más que el olvido
si se juntan dos bocas en un beso prohibido.

No, un gran amor no es grande por lo mucho que dura
ni se parece a un árbol reseco en la llanura,
pues los amantes saben que sin querer siquiera
el amor de ellos crece como una enredadera.

Es natural que el agua de un estanque sombrío
sueñe en sus largas noches con el viaje de un río
y si por algo es triste la lluvia que no llueve,
será porque es la lluvia condenada a ser nieve.

Es natural que un día comprendan los amantes
que no hay nunca sin siempre, que no hay después sin antes,
y así brota en el alma la rebelión de un sueño
que es como un perro arisco que le gruñe a su dueño.

El amor, esa estrella de una sombra infinita,
aunque muera cien veces, cien veces resucita,
y suele ser un niño de manos milagrosas
que rompe las cadenas y hace nacer las rosas.

Ya no habrá días turbios, ya no habrá noches malas
si hay un amor secreto que nos presta sus alas,
y el corazón renace con renovada fe
igual que los rosales que no saben por qué.

Donde quiera en las noches puede abrirse una puerta
pero tan suavemente que nadie se despierta,
puede ser en otoño, puede ser en verano,
tanto un amor tardío, como un amor temprano.

Una mujer, un hombre, y un oscuro aposento
y allá afuera en la calle, sigue pasando el viento,
y si en la noche hay algo queriendo amanecer
es simplemente un hombre que besa a una mujer.

Seguimos con su precioso soneto “Amor tardío”:

AMOR TARDÍO
José Ángel Buesa

Tardíamente, en el jardín sombrío,
tardíamente entró una mariposa,
transfigurando en alba milagrosa
el deprimente anochecer de estío.

Y, sedienta de miel y de rocío,
tardíamente en el rosal se posa,
pues ya se deshojó la última rosa
con la primera ráfaga de frío.

Y yo, que voy andando hacia el poniente,
siento llegar maravillosamente,
como esa mariposa, una ilusión;

pero en mi otoño de melancolía,
mariposa de amor, al fin del día,
qué tarde llegas a mi corazón…

ANIVERSARIO
José Ángel Buesa

Ha pasado ya un año, es justamente un año.
Y llueve como entonces en el atardecer.
Y hay una lluvia lenta, tan lenta que hace daño,
porque casi no llueve, ni deja de llover.

Mi pena es una pena que no tiene tamaño,
en el tamaño triste de un nombre de mujer,
aunque la gente pasa sin saber que es ya un año,
y aunque la lluvia ignora que llueve como ayer…

Y su “Sed Insaciable”

LA SED INSACIABLE
José Ángel Buesa

Decir adiós… La vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo…
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso.

Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama…
Y no saber por qué se olvida…

Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino,
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.

Buscar la luz que se eterniza,
la clara lumbre durarera,
y al fin saber que en una hoguera
lo que más dura es la ceniza.

Sentir más sed en cada fuente
y ver más sombra en cada abismo,
en este amor que es siempre el mismo,
pero que siempre es diferente.

Porque en sordo desacuerdo
de lo soñado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.

Y en esta angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombra de otra boca
en cada boca que se besa…

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