26 abril, 2024

Algunas canciones y una Canzonetta (1/2)

Para seguir con Buesa, quiero presentar ahora, algunos de sus poemas que presenta como canciones y una canzonetta.

Es de destacar el estilo metafórico del autor y su facilidad de versificación. ¿Su tema? ¡Siempre el amor!

Disfrutemos de estas poesías de José Ángel Buesa:

1 Canción Del Amor Prohibido

José Ángel Buesa

Solo tú y yo sabemos lo que ignora la gente
al cambiar un saludo ceremonioso y frío,
porque nadie sospecha que es falso tu desvió,
ni cuanto amor esconde mi gesto indiferente.

Solo tú y yo sabemos porque mi boca miente,
relatando la intriga de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío…
y aun nos arde en los labios algún beso reciente.

Solo tú y yo sabemos que existe una simiente
germinando en la sombra de este surco vacío,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.

Y así son dos orillas tu corazón y el mío,
porque, aunque las separa la corriente de un río,
por debajo del río se unen secretamente.

2 Canción de un sueño

José Ángel Buesa

Otra vez, esta noche, vi tu mano en la mía,
otra vez, esta noche, volví a soñar contigo,
yo, que no soy tu amante, ni siquiera tu amigo,
sino un hombre que pasa bajo la luz del día.

Sin embargo, en la sombra, donde el tiempo no existe,
se buscan nuestras almas, no sé porqué,
y despierto vagamente inconforme de que no ha sido cierto,
triste de una tristeza que no llega a ser triste.

Algo ocurre en la noche, pero yo no lo digo,
ni a ti, que nada sabes; ni a ti te diré nada,
pero al mirar tus ojos, sabré, por tu mirada,
si también esta noche, tú has soñado conmigo.

3 Canción del amor que pasa

José Ángel Buesa

Yo soy como un viajero que no duerme
más de una vez en una misma casa.
Dame un beso y olvídame, no intentes detenerme.
Soy el amor que pasa.

Yo soy como una nube que da sombra un instante,
soy una hoguera efímera que no deja una brasa.
Yo soy el buen amor y el mal amante.
Dime adiós y sonríeme: Soy el amor que pasa.

Soy el amor que olvida, pero que nunca miente,
que muere sonriendo, porque nace feliz.
Yo paso como un ala, fugazmente
y aunque se siembre un ala, nunca tendrá raíz.

No intentes retenerme, déjame que me vaya
como el agua de un río, que no vuelve a pasar.
Yo soy como una ola en una playa,
pues las olas se acercan, pero vuelven al mar.

Soy el amor de amar, que odia lo inerme,
que se lleva el perfume, pero deja la flor.
Dime adiós y no intentes retenerme.
Soy el amor que pasa, pero soy el amor.

4 Canción del amor que se queda

José Ángel Buesa

I

Tu amor arde en la sombra como una llama lenta,
como la luz de un faro que oscila en la tormenta.

Perdida como el aire de la tarde en el trigo,
todo lo que me dejas, también se va contigo.

Perdida como el agua que sale de una fuente,
porque siempre es la misma y siempre es diferente.

Y quizás tu te vas sin saber que te has ido,
como un golpe de viento, con un rumbo de olvido.

Yo he visto como el árbol recobra lo que pierde
pues por cada hoja seca, le brota una hoja verde,
pero también el árbol verdemente feliz,
se seca hasta la hoja si muere su raíz.

II

Tu amor se va en la sombra como el agua de un río,
pero si el agua es tuya, quizás el cauce es mío.

Tu amor es una alegre fugacidad de espuma
que se nutre del viento y en el viento se esfuma.

Pero es como una rama que florece, querida,
ver crecer en tus ojos una desconocida.

Esa, recién llegada de tu ensueño o tu hastío,
nace en tu corazón, pero viene hacia el mío;

y si tu, como el agua que se va de la fuente,
siendo siempre la misma, puedes ser diferente,
yo, embriagado en tu vino, con distinta embriaguez,
¡pensaré que eres otra, para amarte otra vez!

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Quiero presentar ahora a otro poeta, Daniel de la Vega y aparte presentar una tierna poesía del poeta de quien ya hemos hablado, que visitó Guayaquil por 1950 y le dedicó uno de los poemas más hermosos a nuestra Ciudad.

Comencemos por Daniel de la Vega. Nació en Quilpué, Chile en 1892. Poeta, dramaturgo, cronista y novelista chileno. Quedó huérfano a temprana edad y tuvo que afrontar responsabilidades, para subsistir y ayudar a su familia. Encontró en el periodismo lo que necesitaba para subsistir y al cabo de un tiempo dirigía la revista Zig-Zag. Colaboró en El Mercurio y en las Últimas Noticias. En 1942 obtuvo el premio Atenea. En 1953, mientras estaba como Agregado Cultural en España, recibió el Premio Nacional de Literatura. En 1962, fue reconocido con el premio nacional de periodismo. Poeta de verso fácil y tierno, escribió varios libros de poesía, teatro, novela, crónicas, cuentos y prosa.
Entre sus muchas poesías, tiene esta Ofrenda a Jesús, que vale la pena recordar.

No hay comentarios

  1. Soy su asiduo lector. Mis más sinceras felicitaciones. Realiza usted una obra plausible al difundir literatura, en estos tiempos en que el cultivo de las letras es relegado en nuestro sistema educativo actual.

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