1 mayo, 2024

No se nace mujer, se llega a serlo

A propósito del día internacional de la mujer, que se celebra el 8 de marzo, quisiera exponer
brevemente el pensamiento de Simone de Beauvoir, novelista, filósofa y feminista francesa. Su
obra “El segundo sexo” supone una revelación en cuanto a la concepción de la mujer ante los
ojos de una sociedad patriarcal.

Beauvoir redacta la siguiente premisa: “No se nace mujer, se llega a serlo”. Como sabemos,
el existencialismo afirma que el ser humano no nace “siendo”; nace y luego, a través de
la experiencia, “es”. La diferencia radica en que el destino de un hombre y una mujer son
completamente distintos, y las posibilidades de una mujer para “llegar a ser” se ven mermadas
al lado del hombre. La mujer, por su condición biológica, psicológica e histórica parece ser presa
de un destino maldito e irremediable.

Analicemos concisamente cada una de estas posturas:

La biología nos indica que, por constitución orgánica, la mujer es más pequeña que el hombre:
su esqueleto es más frágil, pesa menos, tiene menos fuerza muscular, su pelvis es más ancha,
su cerebro es más pequeño, etc., por mencionar algunos. La mayoría de estos rasgos, por no
decir todos, al compararse con el hombre suponen razones para la subordinación de la mujer a
la especie.

En el campo de la psicología destaca Sigmund Freud, quien dentro de su teoría psicoanalítica
indica que «La libido, de manera constante y regular, es de esencia masculina, ya aparezca
en el hombre o en la mujer». Él afirma que la sexualidad femenina surge como una compleja
desviación de la libido humana en general que se desarrolla, en principio, de manera idéntica en
ambos sexos: todos los niños atraviesan una fase oral, anal, fálica, de latencia y genital. Según él,
a partir de esta última fase se desarrolla la desviación. Su teoría nos da la impresión indiscutible
de que la mujer ha sido pensada a partir de un modelo masculino y más allá de ello, que la
mujer puede muy bien considerarse un “hombre mutilado”. Esta visión de la mujer reduce sus
posibilidades frente a su semejante viril.

Por otro lado, el materialismo histórico nos informa que en la división primitiva del trabajo
los dos sexos constituyen ya, de algún modo, dos clases iguales; mientras el hombre caza y
pesca, la mujer permanece en el hogar y se dedica a las actividades agrícolas. Sin embargo,
a partir del descubrimiento de nuevos instrumentos que agilizaron el ritmo de trabajo y la
productividad se instaura la propiedad privada y el comercio. Estos cambios supusieron lo que
Engels denomina «la gran derrota histórica del sexo femenino» puesto que su labor y autoridad
pasaron a ser secundarias. Según esta postura, el hombre y la mujer se presentan como
entidades económicas donde el hombre, por su rol de trabajo, adquiere mayor valor económico
frente a la mujer que ha sido devaluada.

Al recorrer brevemente estas tres posturas que pretenden definir la identidad de la mujer,
podemos concluir que las tres son incorrectas. No es lícito reducir el valor de un ser humano
a meras distinciones biológicas, psicológicas o históricas. Debemos respetar y estimar la
individualidad de la persona.

Entonces la premisa “No se nace mujer, se llega a serlo” se convierte en una llamada que
nos transmite la autora para que las mujeres luchemos por nuestro merecido puesto en la
sociedad, que exijamos ser reconocidas como lo que somos y terminemos con el machismo,
ese vicio enraizado en el inconsciente colectivo. Como expresa Beauvoir: “De todas las hembras
mamíferas, ella es la más profundamente alienada y la que más violentamente rechaza esta
alienación”.

¡Feliz día y valiente lucha en el camino de ser mujer cada día!

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Si tan solo volviera quince minutos…

Desde que era chico mi papá me decía que estas fiestas no le gustaban porque lo ponían melancólico. Yo no lo entendía porque siendo niño, era beneficiario de los regalos que le pedía. Sin embargo y desde hace muchos años le doy la razón, ya que con el tiempo he llegado a ser como él.

Muchos dirán que estas fiestas son bonitas porque son familiares o porque se recuerda el nacimiento del niño Jesús. Yo creo que las misma son buenas para los que tienen dinero y malas para los que carecen de él. Para los pudientes, estas navidades son sinónimo de juguetes caros, regalos costosos, celebraciones con comidas exóticas y licores finos. Sin embargo, en los barrios marginales se la vive con agua caliente endulzada por azúcar o canela y un pan.

Estos contrastes marcan la injusticia social de una sociedad que nos divide, a fuerza de obligarnos a festejar un acontecimiento cuyo mayor beneficiario es el comercio. Todos los almacenes venden más y el aparato productivo hace que la economía se reactive. La gente saca dinero de donde sea y las tarjetas de crédito son infladas a más no poder. Es imposible decirle a un niño de clase media para arriba, que esta navidad se la va a celebrar solo acudiendo a misa para recordar el nacimiento del niño Jesús. No existe forma de explicarle a un menor de edad que no hay dinero para los regalos, ya que la propaganda y la publicidad es tan fuerte, que su mensaje real y subliminal es claro y contundente: si te quieren, te darán regalos y mientras más te quieran, deberán ser más caros.

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  1. La mujer es individuo que complementa al hombre, tanto como aquel ,la complementa a ella.Los cambios son lentos para las urgencias de cada generacion,pero cambios son.Nuestras abuelas se alegrarian mucho si de pronto pudisen vernos interactuando en el presente.El ecuador fue uno de los paises que le reconocio primero el derecho del voto a las mujeres,aun antes que EEUU.SAludos a todas las mujeres.

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