25 abril, 2024

Lugo y Unasur

La Unión de Naciones Suramericanas, es un nuevo intento de lograr que Suramérica logre armonizarse como un bloque geopolítico y económico, en un mundo que de hecho ya se ha globalizado bajo la presión de la tecnología y de los inevitables efectos del libre comercio. Es un organismo reciente que cobró vida jurídica en marzo del 2011 una vez que se cumplió el requisito estipulado en el tratado constitutivo firmado en Brasilia en mayo del 2008. Este requisito consistía en obtener al menos que nueve de los doce países que la conformen logren la correspondiente aprobación parlamentaria. Ecuador estuvo en primera fila y junto con Uruguay, Argentina, Perú, Chile, Venezuela, Guyana, Surinan y Bolivia. Luego se sumaron Colombia, Brasil y el último Paraguay, que ahora ha quedado “suspendido” porque su Parlamento, destituyó a Fernando Lugo. Cabe anotar que este fue el mismo parlamento que aprobó el ingreso de Paraguay al UNASUR.

La Secretaría General del organismo tiene sede permanente en la ciudad de Quito mientras el Parlamento se localizará en la localidad Cochabamba.

Los intentos de unificar y cohesionar a Suramérica siempre fracasaron entre otras razones por el caudillismo, el militarismo y el propio temperamento indisciplinado del que hacemos gala. Norteamérica alcanzó a federarse antes de que echen raíces esos caciquismos en una nación que se fue conformando por colonos luchadores y ambiciosos que sometieron a los pueblos aborígenes y los enclaustraron en reservaciones, algo así como los israelitas hacen ahora con los palestinos. Debió Estados Unidos de Norteamérica, pasar por una sangrienta guerra civil, para forjar el imperio que actualmente es.

En principio se ha logrado darle cierta fortaleza mediática al UNASUR gracias a los constantes viajes y visitas que se producen entre los presidentes. Fotos, prensa y todo lo demás. Nadie sabrá a ciencia cierta cuanto costará esta nueva aventura en una era en que las videos conferencias estan a plena cómoda disposición. Sin duda que en para algunos presidentes, como Rafael Correa a la cabeza, este es una oportunidad de ratificar su aversión hacia los EEUU, sea esta sincera o puramente de beneficio electoral. Los gringos son los malos es una idea fácil de vender y el que nosotros seamos sus víctimas nos hace sentir mejor. Esa postura desafiante reditúa en las urnas.

Lo cierto es que aquí estamos, nada preocupados porque el parlamento paraguayo ha destituido a su presidente Fernando Lugo, lo cual ha movilizado al UNASUR hasta llegar a una reunión de emergencia con la finalidad de sancionar a ese país, de una manera simbólica porque la suspensión realmente no significa que se puede restituir al ya ex presidente de ese país.

Ojalá que UNASUR avance en lo que deben ser sus propósitos reales que hacen relación al bienestar de los ciudadanos de todos los países que lo conforman. Temo que la prioridad para algunos presidentes de estos países son antes que nada políticos. Rafael Correa tiende al protagonismo total en cualquier ambiente en que se encuentre, y la meta suya parecería ser que este organismo se constituya en un ente protector de la revolución del siglo 21, y así asegurar su continuidad hasta que la muerte lo separe del poder. Fue esa la principal opción de subsistencia en el poder, a mi entender, obtenida por nuestro Presidente el 30 de septiembre cuando vendió como golpe de estado su torpeza de enfrentarse cara a cara dentro de sus cuarteles con los insatisfechos señores policías. Así se dio tiempo para que los cancilleres de UNASUR se reúnan. Eso es lo único que explica que Rafael Correa haya preferido quedarse encerrado en el hospital hasta recibir ese respaldo. De la forma que salió bien pudo hacerlo a las doce del día.

Resulta un tanto torpe que los países sudamericanos nos pongamos a calificar las constituciones y actuaciones de nuestro respectivos parlamentos, salvo claro está que se patente o clonen los corchos y corderos en cada país. Nos quejábamos de que los EEUU nos tumbaba gobiernos bajo ese manto de la guerra fría que le permitió cuidar sus patios traseros, para ahora comenzar a intervenir en la legalidad o no de los procedimientos constitucionales de cada país. Menos mal que Rafael no es presidente del Brasil, porque imaginen el incendio que causaría en la región con su sed de protagonismo existencial. Dilma Rousseff fue la que frenó la iniciativa de poner sanciones económicas a Paraguay, porque no estaba de acuerdo con repartir sufrimientos al pueblo vecino. Si por Ecuador hubiese sido la meta era restituir a Lugo a como diera lugar, muera quien muera.

Hago votos porque Sudamérica logre algún día unificar sus constituciones y así darle coherencia a esta cuestión del derecho a la intervención en los asuntos propios de cada Estado. Mientras tanto, como moraleja, concluyo que el destino de UNASUR parecería ser principalmente lograr que los gobiernos de izquierda se perpetúen en el poder acorde con la franquicia de Castro en cuanto a eso de tener gobernantes vitalicios, sin parlamentos ni prensa que le sirvan de contrapeso.

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