29 abril, 2024

Pienso, luego estorbo.

Este es uno de los slogans que se usó en las protestas de España, y es una realidad que se vive en los países socialistas. Cae de perlas a los gobiernos de esta ideología que la gente no razone, que acepte sin discusión lo que se le dice. Pensar es algo que provoca preguntas y despierta dudas. Por esto es un fastidio la prensa, pues es como una pulga en la oreja muchas veces. La gente que piensa cuestiona, y todo cuestionamiento provoca diferentes reacciones. Muchas veces la prensa, cuestiona por cuestionar y provoca fastidio, pero algunas veces los interrogantes tienen otro motivo y deberían servir para hacer que el Gobierno reflexione y cambie.

Las protestas están a la orden del día. Los indignados, los anti-Wall Street, los estudiantes chilenos son sólo parte de lo que se ve en el mundo. Yo quisiera patentar también mi frase: “Pienso, luego protesto”, para defender la forma de accionar en contra de esta restricción que se vive, en la que se impide protestar. El Gobierno quiere patentar la frase “Prohibido olvidar”, posiblemente para cancelar y destruir las portadas de la cuarta edición del libro “El Gran Hermano”, que tiene esa frase.

Ahora se quiere también acusar a las oligarquías del asesinato de Alfaro, cuando la oligarquía al menos la guayaquileña, siempre estuvo a favor de él. Mis bisabuelos y su familia lo ayudaron escondiéndolo en sus casas cuando fue perseguido. Alfaro era muy querido y era parte de la sociedad guayaquileña. Guayaquil siempre ha estado a favor del pueblo, como se ha demostrado con la Junta de Beneficencia, pues el Gobierno central no atendía a la salud del pueblo, por eso la gente pudiente se unió para ayudar a dar salud a los más necesitados, tomando los Hospitales para regentarlos y poder dar atención a los más pobres. El primer Hospital del Gobierno en Guayaquil apenas tiene poco más de 40 años. Por eso en Guayaquil nunca ha habido esa diferencia de clases y ese odio que nos quieren sembrar. Los Gobiernos centrales han hecho hasta lo imposible por sembrar odio, pero los guayaquileños siempre hemos sido fraternos, sin mayor distingo de clases. Sembrar odios es la forma de crear fanatismos.

Lo que diferencia al hombre de los animales es el pensamiento. Por eso soy enemigo del fanatismo, porque el fanático es una persona que ha perdido la capacidad de pensar. El fanático no piensa, actúa, como obró la turba quiteña que asesinó a Alfaro, liderada por los politicastros de la época, que no eran de la oligarquía, sino del grupo de los que se “dejan dar pensando” y por eso actúan sin reflexionar y sin medir las consecuencias de sus actos vandálicos.

Alfaro era liberal. Los liberales somos hombres que amamos la libertad, que nos gusta sentirnos libres y saber libres a los demás, para actuar siempre con libertad y con criterio. Con qué simplicidad describe Olmedo la libertad: “Libertad, ¡Oh dulce nombre!, hermoso y celeste don, Tú eres la misma razón, Tú eres el alma del hombre.”

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¿Qué pasó con las autonomías?

El concepto de las llamadas autonomías surge en la Constitución de España de 1978. Fue César Coronel Jones, un prestigioso catedrático de la U. Católica de Guayaquil quien comienza a difundirlo en su cátedra. Es un término intermedio entre el federalismo y el estatismo atosigante implementado por el Generalísimo Franco allá en el Madrid absolutista. Quienes comprendimos la idea comenzamos a usar esa mágica atracción que el término autonomías ejerce en Guayaquil en reemplazo de esos verbos indefinidos como lo son “descentralizar y desconcentrar” que resultan vacuos y puramente burocráticos. Se evitaba así evocar la palabra separatista que está implícita en aquella frase impresa en el escudo de la ciudad que dice “Guayaquil Independiente”. Ya era tarde para eso que se le fue de las manos a J.J. Olmedo porque, siendo poeta, no supo manejar las armas.

Fue el matemático Juan José Illingworth –cuando estuvo a cargo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEN) durante el gobierno de Sixto Durán-Ballén– quien destapa y publica cifras estadísticas respecto a la realidad del país en el Censo de 1.990. Ahí quedó gráficamente demostrado la inequidad regional. Esos indicadores eran: agua potable y aguas servidas, energía eléctrica, teléfono, escolaridad, camas hospitalarias. Se elaboran mapas de pobreza que destapan la cloaca y logran que la palabra “autonomías” prenda con fuerza incontenible por la indignación en Guayas.

No hay comentarios

  1. Lindo y verdadero escrito. Talvés faltó decir, que el centralismo histórico es un atavismo, que para seguir reinando siembra la discordia. Que pasaría si se estableciera la unidad regional de la costa? Hubiera desaparecido el Centralismo. Por ello, es que hay que luchar

  2. Excelente articulo. El conflicto y molestia que se describe nacio con la humanidad. En pocas palabras es la diferencia basica entre el ser humano que quiere aer autosuficiente, basado en su fe y capacidad, y aquei que quiere que lo mantengan por que el destino, sobre el cual el cree que no tiene control, lo ha hecho menos capaz, menos educado y no tiene ninguna fe porque no le conviene. Esto aprovechan los politicos como Lenin, Stalin. Pero, Velasco Ibarra, Lyndon Johnson, Chavez, Correa y Obama entre otros, para robar los erarios nacionales y repartir unas migajas a los desvalidos, que son los que eligen por ser la gran masa, Las grandes democracias en Grecia y Roma desaparecieron cuando comenzaron a practicar el sistecara 250-275ma socialisra y USA esta en el mismo camino. Como comenzara el nuevo ciclo es dificil de predecir, y se seguira repitiendo como el pasado.

  3. Este gobierno pasara a la historia como el de la estupidez, de la mentira, del abuso, del engano y de la megalomania.
    Para crear un movimiento politico, se aduenaron de un simbolo ecuatoriano que esta en total contradiccion con los principios que ellos, los de alianza pais con Correa a la cabeza, se ufanan en pregonar. El liberalismo vino al Ecuador como una expresion y como un nuevo estilo de vida y de ideas que los pueblos europeos y en especial, Paris, la luz de las ideas de ese tiempo, genero para el cambio de las nuevas generaciones. Y por supuesto fue Guayaquil, como la unica puerta de entrada del Ecuador de esos tiempos, el que dio el apoyo y fecundo los cambios que se dieron de alli en adelante.
    Estoy seguro de que ni Bolivar ni Alfaro hubiesen comulgado con estas ideas socialistas que en lugar de generar progreso y poyectos con vision al futuro, simplemente quieren tomar marcha atras, a los tiempos de Stalin y Mao, anulando las libertades y tomando posesion de unas tierras que los abortaran para siempre.

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