5 mayo, 2024

Las verdaderas razones de la OEA

Aparentemente la OEA es la mayor guardiana de la democracia en Latinoamérica. Creada en 1948, por incidencia y promoción de los Estados Unidos, sigue siendo el principal cedazo de su política imperial para los países al sur del río Grande. ¿Puede marginarse de la opinión pública internacional, respecto a quien es el Hermano Mayor de la región y olvidar, al mismo tiempo, la Doctrina Monroe de “América para los americanos”? Nada ha hecho que las cosas cambien. Sólo que según las circunstancias funciona una u otra manera de encubrimiento. En otras palabras, todo gira en torno a defender la formalidad del llamado sistema democrático. Un sistema que premia a sus usuarios con elecciones cada cierto tiempo, y exige mantener a las autoridades escogidas hasta la conclusión de su periodo. ¿Algo más?

Según sus Principios básicos todo está referido a que los países miembros organicen su sociedad “sobre la base del ejercicio efectivo de la democracia representativa”. Pero, ¿qué consolida, esencialmente, esta democracia representativa? De su texto, tan puntualmente elaborado, es muy significativo un fuerte llamado a la solidaridad social. De allí que la eliminación de la pobreza crítica como “responsabilidad común y compartida de los estados americanos” es la clave de semejante pedido.

¿Es válido, sin embargo, señalar, con responsabilidad, el logro de tal objetivo en algún país latinoamericano? El enunciado tan surrealista de la OEA, en medio del contexto de barbarie y violencia, en que subsisten, vegetan y sobreviven los pueblos indoamericanos, como que debería ser revisado…¿Tiene sentido, en semejantes condiciones, hablar de democracia representativa, como vivencia diaria, cuando el hambre, la enfermedad y la ignorancia, y la esperanza eternamente truncada por solucionarlos, es la clave que la define eleccionariamente?

¿Qué dice, además, el literal e del Art. 3 de la Carta de la OEA?. “Todo Estado –aclara- tiene derecho a elegir, sin injerencias externas, su sistema político, económico y social, y a organizarse en la forma que más le convenga, y tiene el deber de no intervenir en los asuntos de otro Estado”. ¿Democrático el planteamiento? Antes que nada contradictorio. Con poco empeño concluye, tal cual ha sucedido repetidas veces, contra la propia democracia que lo promociona. ¿Acaso las dictaduras no han hecho de las suyas, cuantas veces les ha venido en gana, promoviendo en su andar la corrupción y el crimen? ¿Y cómo hacer de la corrupción y el crimen la alternativa válida del poder sin suprimir la libertad y la justicia? ¿No es que el ropaje, la vestimenta que ha cubierto la desnudez, de prácticamente todos los pueblos de Latinoamérica, antes y ya en vigencia la OEA, es el autoritarismo? Aunque terrorismo de Estado sería, quizás, el calificativo más cercano a la realidad. Sin pensarlo dos veces. .. Pero haciendo más memoria, terrorismo de Estado convertido en crimen de lesa humanidad!

¿Están institucionalizados, en Latinoamérica, los derechos humanos individuales y sociales? Van y vienen. Globos inflados con la oferta clientelar de la “democracia representativa” y reventados luego, por la brutalidad del poder del candidato triunfador, encaramado en el gobierno. Sin destino ni futuro. Rebotan, simplemente, ante la injusticia impúdicamente vigente. Amenazas. Continua violación constitucional. Carcelazos. Corrupción con absoluto descaro. Crímenes. Irrespeto por todas las libertades. ¿Qué gobierno, democráticamente electo, no ha manejado esta alternativa, de hacer lo que le venga en gana, organizando su sistema político, económico y social, siguiendo muy suelto de huesos el literal e del Art. 3 de la Carta de la OEA, en beneficio de protervas intenciones? Pero, claro está, pretextando a grito pelado la defensa de la democracia… ¿Por dónde está, entonces, la gestión de la OEA? ¿Para qué su presencia, si los gobiernos, “formalmente democráticos”, fraguan golpes de Estado para deshacerse de sus adversarios mediante la cárcel o el sicariato, o la imposición del silencio por el marketing del miedo? Hay mucho aplauso cuando, por ejemplo, los indicadores económicos hablan de un crecimiento por mínimo que sea, en estos nuestros países de bolsillo. Pero, siempre queda por aclarar el aumento desbordante de la indigencia, la falta de ocupación laboral, la segregación diaria en desmesura de la cultura y el conocimiento, el trato cada vez más zoológico para quienes necesitan salir de la deshumanización en que vegetan…

¿Por dónde está, entonces, la gestión de la OEA? El circo puede más sobre la condición humana! ¿Es o no verdad señor Insulza? Usted que pasea su figura como titiritero cuando en verdad no es más que un simple títere. ¿Y sus sueños de presidente de Chile? No consiguió ni siquiera entrar en la carrera. Pero, amarrando y amarrando, llegó al fin de Secretario de la OEA. ¿Qué tan bueno es, sin embargo, esto de ser simple tramitador de querencias patológicas de presidentes y afines?.

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No hay comentarios

  1. ¡Magistral! Acaba de darle con un mazo en la cabeza hueca a ese bufón decadente que es el comunista chileno, Insulza. Ni en su país lo quisieron, y ahora se dedica a complacer a cada uno de sus titiriteros que lo usan y abusan de su falta de temple; basta recordar lo que hace un par de días le dijo el barrabás venezolano, que lo trata como a la suela de sus zapatos; pero donde es mas patético ese despreciable personaje, es cuando se precipita al lado de nuestro dictador criollo, para alabarlo y darle su apoyo para que siga atormentando a todos los ecuatorianos con sus mamarrachadas de falso golpe.

    Nadie ha olvidado sus contorsiones, para salvarle el pellejo, por orden de Chávez, al bandolero de Zelaya en Honduras; ni tampoco su desprecio por los electores del señor Lobo.

    Hay que dejarlo nomás a ese tipo, a todo pavo le llega su navidad. Ya se encargarán de él los nuevos miembros Republicanos del Congreso americano.

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