26 abril, 2024

La Universidad está viva

Una sombra sobre la centenaria Universidad de Guayaquil ha sido lanzada por los evaluadores del sistema universitario. La categoría D es una ofensa al siempre bien mantenido prestigio de nuestra Universidad. En quienes formamos parte del principal centro de estudios superiores de Guayaquil nos ha causado dolor y amargura.

Estos son tiempos de evaluación y comparación. Nos han comparado con otras universidades y hemos salido perdiendo. La cuna de ilustres pensadores, hombres de ciencia, prominentes médicos, notables hombres de derecho, sabios maestros y grandes rectores ha sido lanzado a la categoría D, lo que deshonra y trae deshonor a su trayectoria. No es fácil aceptar este momento amargo que atraviesa la Universidad de Guayaquil porque se puede llegar a creer que dentro de sus claustros y aulas todo es facilismo y descomposición. Y eso no es así. Hablo desde mi experiencia actual de estudiante de derecho, de la también centenaria Facultad de Jurisprudencia. Y en mi Facultad lo que menos existe es facilidad para que los estudiantes de Derecho puedan obtener el titulo de Abogado. Los profesores son exigentes, implacables, duros en sus exigencias de estudio y de preparación académica de sus alumnos. Aprueba el curso quien sabe y conoce de memoria los diferentes códigos y la doctrina jurídica.

Lo Zombi y lo diabético

marcha zombie

La cuarta temporada de un popular programa de tv se ha iniciado, se trata de The walking dead, los muertos vivientes, es todo un suceso en la televisión en general. El programa más visto de la tv por cable en la historia. Este show hace uso de grandes efectos tecnológicos y narra las desventuras de un grupo de sobrevivientes humanos en un mundo apocalíptico poblado de zombis, muertos vivientes que claman por comida humana, dando vueltas, victimas de un virus desconocido, y olvidados de Dios sin duda. Se trata de un entretenimiento sofisticado, costoso en producción, dirección, pero elemental en su trama: aquí los buenos, allá los malos y nada más.

Señor ten piedad

Señor ten piedad de mi y de todos los mis del universo

Señor ten piedad si un sonido mío roza con tu voluntad

Señor ten piedad si te pido que mis pies sean raíces de tu trabajar

Señor ten piedad cuando te pido piedad por mi dolor, el dolor del otro y el dolor de todos los otros

Señor ten piedad porque escucho tu nombre coreado por los arboles cuando cantan por la llegada de los flores y los frutos para ser repartidos entre todos tus buenos y malos

La mecanicidad de la culpa

Hay algo en la mente que lo juzga todo y a todos, incluso el clima, el perro, el gato… Todo. El Juez interior utiliza lo que está en nuestro Libro de la Ley para juzgar todo lo que hacemos y dejamos de hacer, todo lo que pensamos y no pensamos, todo lo que sentimos y no sentimos. Cada vez que hacemos algo que va contra el Libro de la Ley, el Juez dice que somos culpables, que necesitamos un castigo, que debemos sentirnos avergonzados. Esto ocurre muchas veces al día, día tras día, durante todos los años de nuestra vida.

Hay otra parte en nosotros que recibe los juicios, y a esa parte la llamamos «la Víctima». La Víctima carga con la culpa, el reproche y la vergüenza. Es esa parte nuestra que dice: « ¡Pobre de mí! No soy suficientemente bueno, ni inteligente ni atractivo, y no merezco ser amado. ¡Pobre de mí!». El gran Juez lo reconoce y dice: «Sí. No vales lo suficiente». Y todo esto se fundamenta en un sistema de creencias en el que jamás escogimos creer. Y el sistema es tan fuerte que, incluso años después de haber entrado en contacto con nuevos conceptos y de intentar tomar nuestras propias decisiones, nos damos cuenta de que esas creencias todavía controlan nuestra vida.

El agotamiento nervioso (Burnout), el mal del siglo

"Stress is the trash of modern life"

Querido lector: el texto de hoy lo ha escrito Pierre Lance, Escritor, periodista y filósofo. Autor de una veintena de libros. autor de “Savants maudits, chercheurs exclus” (Sabios malditos, investigadores excluidos). Le deseo que tenga una provechosa lectura. Lo reproduzco con la finalidad de contribución a su difusión. Reconozco lo polémico de sus propuestas porque de muchas formas nos afectan a todos, pero esta planteado el debate.¡A su salud!

El agotamiento nervioso (Burnout), el mal del siglo

Competencia, competitividad, eficacia y productividad son las palabras clave de las sociedades modernas, que se encuentran inmersas en el torbellino de la producción masiva, las tecnologías eficientes, la omnipresente informática y la obsesión de ganar más.

Tal frenesí colectivo tiene sus consecuencias en la salud de las personas, como el cansancio extremo, tanto nervioso como psíquico, del cual no hemos hecho más que empezar a tomar conciencia.

Canto a mi ciudad hospitalaria

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Salieron de todos los lagos, mares, ríos, riachuelos, cascadas que rodean la ciudad, formando una poderosa columna diáfana e indestructible, que alcanzaba desde la orilla sur del malecón hasta Durán, de orilla a orilla, una distancia como desde la Torre Morisca hasta Pascuales.

El viento acariciaba a todos los desfilantes convocados. Se trataban de miles de pescados: lisas, pargos, corvinas, atunes, caballas, robalos, etcétera; además camarones, langostinos, cangrejos y jaibas que habían resuelto dejar las aguas para desfilar por las calles de la urbe y rendir homenaje a Guayaquil por las fiestas octubrinas. Saludan su grandeza, su historia inolvidable e imprescindible. Su gesta de ciudad que da cobijo a todos los hijos de la patria.

La presea de Octubre

El Ilustre Municipio de Guayaquil ha resuelto conferir la presea Estrella de Octubre a dos ilustres personajes que enaltecen la práctica periodística y reivindican el trabajo de cientos de ciudadanos que ejercemos el periodismo radial. Se trata del Dr. Mario Canesa Oneto y del gran Vito Muñoz Ugarte. El Dr. Canesa es un prestigioso empresario de radio, hombre serio, culto, que ha convertido el espacio radial deportivo “Los comentaristas”, que dirige, en una extraordinaria aventura de información, claridad y objetividad para el oyente, en medio de humor sano y emocionante. Vito, es uno de los periodistas deportivos más popular del país, entre sus múltiples hazañas nos regaló esa inolvidable transmisión acompañando a Jefferson Pérez en el triunfo de la hasta ahora única medalla olímpica nacional.

Recibir la más alta distinción que otorga la Municipalidad de Guayaquil enaltece la labor de los homenajeados. Es un honor para la familia, un reconocimiento merecido y justo a una vida dedicada a la credibilidad que ha sabido ganarse el cariño de los ciudadanos. Es un homenaje a la dignidad en el desempeño de sus actos.

Reconocer las obras

En la controversia creada por la autoridad de Educación en torno a la generosa ayuda que entrega el Municipio de Guayaquil, a quienes debería preguntar si les es favorable o no es a los cientos de padres de familia beneficiados por este extraordinario servicio público que lidera el Municipio de la ciudad más grande del Ecuador.

Qué opinan los estudiantes favorecidos, son jóvenes que han visto premiados sus esfuerzos por ser los mejores estudiantes, porque han aprovechado su vida para ser ejemplos de estudio y responsabilidad. Preguntarles también a los profesores:

La incertidumbre

Puede ser que la primera impresión que tiene un niño al nacer sea la de la abundancia del mundo que va a habitar, por eso su llanto por que nunca podremos con tanta majestuosidad del mundo que habitamos. Es por ser un mundo tan vasto e intenso es que en el transcurrir de existir se convierte en un valle de lágrimas, por que no podemos con él. No podemos con todo el aire, con toda el agua, con todas las montañas, elevar la mirada es admirar el infinito frente a nuestros ojos. No tenemos tiempo para vivirlo y sumergirnos todo lo que somos en su inmensidad, la totalidad de lo que nos rodea. La impotencia es propia de nuestra naturaleza y es un motivo que nos permite estar aquí, ahora, desde el pasado hasta lo que viene y vienen. En la naturaleza nada es pobre ni miserable, esas son consideraciones de poder del hombre, etiquetas de dominio, pero la naturaleza en si no domina nada, todo es suelto y conectado a su fuente, a su igual. Todos tenemos un espacio y podemos convivir y fraternizar, podemos llevar una existencia que nos acerque al bien y existir pacíficamente, ese es el ideal sin embargo aparece el conflicto. No hay épocas de la historia en que no recordemos el conflicto, la dificultad, esta es nuestra primera aceptación como una aptitud ante el vivir: el conflicto, el padecer, el sufrimiento tanto que al final de nuestra vida el mayor conflicto es aceptar que tenemos que morir o mejor escrito: vamos a morir.

Acojo

Acojo el nuevo día, el sol de la mañana, el despertar de los niños para recibir sabiduría. Acojo el canto del gallo, el café hirviendo de deseo, los buenos días a todos. Acojo el agua que baña mi cuerpo, que limpia mi boca, acojo el beso del aire que es el mismo aire de Venus y los anillos de Saturno. Acojo y me acojo. Acojo tus ojos, la música de tus labios llenando de saliva mi nombre; acojo el horno de tu corazón y la fuerza con que ordenas “levantarse” a todos los muertos. Te acojo y regalo todo lo que acojo.

Acojo la voluntad que me ordena morirme y ver morir al otro y a los otros. Acojo la palabra nacimiento y el nacer de nuevas esperanzas y nuevos ahíncos. Acojo el arroz, la chicha y el dragón de agua que me regalo mi madre el día de todos los santos. Acojo el día que cumplí dos días de nacido y me regalaron un avión que se desarmaba y nunca más volvió a ser lo mismo. Acojo cuando te echas en mis brazos y puedo ofrecerte a la noche, a la dulzura de la sombra y a la mesa convertida en árbol de uvas.
Acojo el tiempo no vivido, lo que no ha podido hacerse, acojo a los que ya me olvidaron, los que salieron por la puerta trasera y huyeron por la puerta invisible. Acojo la oportunidad que nunca llego, la promesa que me hice mirando las estrellas, acojo mi pereza tu pereza la pereza del altísimo cuando ordeno que me pongan aquí.

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