26 abril, 2024

La era Febres Cordero – Nebot (7)

Las Macro Obras

Antes de abordar este tema, quiero referirme a otro, a las multas por infracciones de tránsito. Son costosas, y se las ha considerado con una lógica simplista -”si no cometes infracciones no te multan”- que no comparto, como tampoco comparto las citaciones vía, luminarias, que señalan la velocidad permitida y si la has superado, te fotografían la placa trasera de tu vehiculo y te multan digitalmente. Pero no te llega el costo de la infracción de igual manera, de manera digital; te informas cuando vas a renovar la Liceencia de Manejo o a la Revisión.

Completa el Sistema del Tránsito de la ciudad,- el Sistema de Revisión Vehicular, que terminó con la vergonzosa “revisión” del pasado, donde en un solo dia, se “revisaban” todos los buses, busetas, taxis y motocicletas de la ciudad, a una velocidad extraordinaria, ???. Convenidas estas “revisiones”, con la Institución encargada del tránsito de la ciudad en aquella época. Es una de las buenas cosas, que tiene la ciudad, que es burlada, lamentablemente, por choferes, que tienen “rabo de paja” y llevan a revisar sus vehículos a otros Cantones.

La Terminal Terrestre no es obra del Alcalde Nebot -solamente-. Su historia es larga y penosa su construcción, con pisos que se venían guarda bajo y sin utilización por muchos años. La “reconstrucción” de esta Terminal, le correspondió al sr. Guillermo Lasso, que el gobierno del Econ. Mahuad, se la encargó, como Gobernador del Guayas de ese gobierno, sin perjuicio de la ampliación y mejoramiento del actual, de manos del Alcalde Nebot, y la construcción de uno nuevo y pequeño Terminal Terrestre, en la vía que va hacia Pascuales.

El “Talón de Aquiles”, es la seguridad de la ciudad. Esta competencia no le corresponde al Alcalde de Guayaquil, lamentablemente, es el gran pero de la ciudad, la delincuencia juvenil, los delitos de robo y asalto a domicilios, la violencia intrafamiliar y la intranquilidad, en la que viven los guayaquileños, por donde transiten, por donde vivan e inclusive en los transportes públicos o privados que utilicen.

Desde la salida de la “Base” norteamericana de Manta, que nos inundó la droga, (cocaína) y la marihuana (canabis), permitida legalmente su consumo, para uso médico y para los consumidores en pequeñas proporciones, como parte del tratamiento médico para curtarlos, es un unito. Se ha generalizado su consumo entre la juventud y el estudiantado.

El microtráfico, afectó a los estudiantes de colegio y hasta de primaria.

Se requiere una reforma integral del Código Orgánico Integral Penal – COIP-, para detener esta contaminación social, que ha afectado a la sociedad guayaquileña y ecuatoriana.

El partido Social Cristiano-Madera de Guerrero-, se limitó a presentar un proyecto de Ley reformatoria que no ha sido, acogido, al igual que otros proyectos, sobre similar materia, por los legisladores de la Asamblea Nacional, donde tenía mayoría absoluta el correísmo. esta actitud, le hizo a la juventud ecuatoriana, un daño, casi irreversible.

Las macro Obras, que están diseñadas, -algunas- y adjudicadas otras o en proceso de adjudicación, son las siguientes: -obras que, el Alcalde Nebot, no podrá inaugurarlas-:

El nuevo Aeropuerto de Guayaquil, en la zona de Daular, que está proyectada su inauguración, en el año 2024, quizas, pero, abra retrasos en la construcción, ante un hecho casi inverosímil: el Aereopuerto de Guayaquil, ha disminuído la movilidad de MEDIO MILLÓN DE PASAJEROS, en el último quinquenio ???. Qué pasó ?, quien o quienes son los responsables?. ¿La burocracia, que manejaba las frecuencias de los vuelos?, la DAC, (Dirección de Aviación Civil), la F.A.E, TAME, quien???.

Hay que investigarlo. Guayaquil, requería y requiere de ese aeropuerto, desde hace 40 años, cuando se empezó a hablar de ello, en la Junta Cïvica de Guayaquil, presidida por el Don Luis Orrantia Gonzales, con las intenciones de que aquí se construya, un aeropuerto Intercontinental, para rutas aéreas como:Londres-Guayaquil-Santiago-Sidney, o París- N.Y -Guayaquil-Sidney y otras rutas similares.

Lamentablemente las condiciones políticas son otras y los costos también. Era, en aquellos días, cuando las Compañías de Aviación, no deseaban aterrizar, ni en Colombia, ni en el Perú, por aquello de la “Guerrilla” en tales países.

La miopía ecuatoriana, una vez más, impidió mirar, el futuro de Guayaquil.

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