25 abril, 2024

Los Tres

El secuestro de los tres periodistas de Diario el Comercio fue sin lugar a dudas la alarma que despertó al país del letargo en que estaba sumido luego del somnífero que le había inyectado la dictadura de Correa.

La isla de paz que era el Ecuador antes del gobierno de los saqueadores, fue paulatinamente concluyendo cuando se permitió que el socialismo del siglo XX1 se inserte en el pueblo a base de dádivas y engaños que terminaron con su destrucción.

Hasta ahora el secuestro de los periodistas no es sino un hecho más junto con el bombazo que ejecutaron en el cuartel de policía; forma que los narcos usan para amedrentar a la población y tratar de ejercer un control territorial.

La permisidad del gobierno de Correa como gesto de gratitud a la colaboración económica a la campaña electoral y el adoctrinamiento de gente afín a Alianza País, es el resultado de lo que hoy se experimenta, todo añadido al desmantelamiento de las Fuerzas Armadas en la zona fronteriza.

La vulnerabilidad de la frontera unido al poco cuidado por parte de los periodistas al ingresar a zonas peligrosas donde operan los criminales, desembocó en el secuestro que hoy tiene preocupado al gobierno de Moreno y a un país que observa atónito como la narcoguerrilla se hace presente con armamento y recursos mayores que nuestras FFAA.

Pero desgraciadamente el daño está hecho por el correato y sus delincuentes. Está a la vista que hay que combatirlo, pero sin que esto constituya una distracción para que los ecuatorianos enfrentemos los problemas económicos, laborales y delincuenciales que tenemos internamente.

Los diferentes medios de comunicación, en unión de familiares y el pueblo común, se ha fusionado a la campaña: “Nos faltan tres y los queremos de vuelta”. Una lucha que busca el retorno de los secuestrados e indirectamente pedirle al presidente Moreno arbitre las medidas para darle a las FF.AA. y policía la capacidad operativa con el equipo y el armamento que haga posible enfrentar a los subversivos.

Si bien Moreno ha conformado una comisión para que lo asesore en el tema de seguridad externa, lo que debe hacer de inmediato es remover a TRES: Ministro de Defensa, del Interior y la Canciller, para poner en su lugar gente con la capacidad y conocimientos que garanticen la seguridad de nuestro territorio.

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Ofrecer el corazón

Dejaré mi vida, simplemente, correr como las aguas del río. Contemplaré como transcurren los días, serenamente, sin dejarme vencer por el hastío.

Es lo que sentí y pensé, luego de mi práctica de yoga, sentada frente al río; mientras sonaba una canción interpretada por Mercedes Sosa, “te ofrezco mi corazón”: “Quien dijo que todo está perdido, yo vengo a ofrecer mi corazón”.

Y es así como deberíamos intentar sentirnos todos, en esa calma y en esa paz absoluta y sin límite de tiempo. Transcurren horas o segundos, pero la calma sigue ahí. Nos vamos al mundo nuevamente, pero la calma sigue ahí. Para lograrlo debemos mentalizarlo primero. Hacer el ejercicio de introducir nuestra mente en un río sereno; sin el fluir de las ideas, sin el ruido de las cosas diarias. Callar la boca, la mente y los sentidos. Aquietar el ritmo del corazón, respirar lenta y profundamente. Lo podemos intentar. Sea en nuestra habitación, en la oficina, en el auto, por unos segundos. Ciudadanos en calma, aquietando el alma, en aras de la paz. No es necesario escribir carteles o pintar paredes; hacer revueltas o agitar masas. Intercambiar insultos o polemizar.

Yasuní vs. Subsidios

El Presidente ha preguntado, según lo entiendo, si los que estamos a favor de preservar la integridad del Yasuní estaríamos dispuestos a aceptar que se eliminen los subsidios. Debo responderle al presidente Rafael Correa que todo ser pensante aceptaría, de hecho pediría, que se quiten absolutamente todos los subsidios.

El país al año gasta unos 3800 millones de dólares en subsidiar combustibles. Con esa cifra en un año pagaríamos el total de ingresos que quería el Ecuador recibir del mundo.

Pero lanza una acertada pregunta: ¿Cuántos ecologistas pagaríamos ello? Una pregunta muy válida, por cierto; sin embargo, el Gobierno de cualquier país no puede caer en congraciarse con la gente, si no actuar inteligentemente para el beneficio de la gente.

Se pregunta: ¿La gente lloraría por el Yasuní o por lo caro del gas? Y el mismo se responde: Ahí quiero ver a la gente que dice estar comprometida, ahí quiero ver a Lasso llenando su F-150 con súper, pero súper caro. Hay el dicho: El que quiere Celeste, que le cueste.

1 comentario

  1. Estoy de acuerdo con el articulista. Añado lo siguiente: la narco guerrilla entró y se apoderó de territorio, nos metió drogas en los colegios, destruyó a la futura generación de pensantes, aniquiló la seguridad de las grandes ciudades como Guayaquil, Quito, Cuenca, instauró un modus vivende fácil y rápido en comunas del cantón SANTA ELENA. Destruyó la paz de pueblos como Mataje, Anconcinto y Montañita donde se comercia libremente la droga y niños y adolescentes ya están vendiendo marihuana y cocaina a vista y paciencia de los moradores, No son solo tres periodistas y cuatro militares, son más los afectados por estos delincuentes. Se hicieron leyes pro- delincuencia y decretos pro impunidad. ¿HASTA CUÁNDO?

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