26 abril, 2024

¿Existe, en verdad, un gobierno en Ecuador?

Supuestamente, la ausencia de gobierno en un país sería algo, política y socialmente, inaceptable. Pero, sencillamente, una cosa es que alguien esté encaramado en el poder y otra, y muy distinta, que la administración de la cosa pública tenga una mano visible que la dirija. Contrastando esta situación y atendiendo la realidad desde donde se proyecta aquí, en Ecuador, no hay gobierno definido, capaz de hacer camino hacia un objetivo. Hacia un destino. Y cuando decimos definido expresamos, antes que nada y previo a todo, la idea de un Plan de Estado como estructura funcional de un proyecto. Un proyecto  capaz de promover, seriamente, el necesario crecimiento económico. O sea,  dar fe y testimonio, de la clara comprensión de un desarrollo social realizándose, en transferencia, desde hoy al futuro. En tales términos, ni haciendo mil arreglos amañados, puede establecerse que existe alguna forma lógica, racional, coherente de direccionar el Estado.

Qué lejos está, incluso, del diseño nacional la típica formalidad, explicada  en los diccionarios de la política, que considera al gobierno como “el ejercicio del poder ejecutivo del Estado”. ¿Por qué todo esto?  Pues, hoy por hoy, la autoridad que dirige, controla y administra sus instituciones”, está ausente. ¿Prima acaso la exageración? ¿Dónde está, entonces, con precisión, y sin medias lenguas almibaradas, el diseño de restablecimiento real del país, mediando una planificación idónea? ¿Dónde un criterio financiero económico que ponga en marcha, sin la imbecilidad del crédito externo agresivo, el engranaje productivo agro urbano? ¿Es posible que la informalidad, 2/3 de la fuerza de trabajo nacional, pueda, por fin, ser absorbida por la actividad industrial? ¿O es que el pago de una burocracia política clientelar  es válido mantenerlo, y clave para fomentar la prosperidad de los ecuatorianos? ¿O es que los programas parches confundidos, para engañar a ilusos, con políticas de Estado, son la respuesta a la severa crisis social, económica y política que sigue castigando al pueblo ecuatoriano? Como que el estancamiento en que continua  hundiéndose el país exige reordenar las cosas…

¿Por qué insistir en mantener la misma burocracia del periodo anterior, incluidos ministros, directivos, cuerpo diplomático? ¿Es o no abiertamente engaño y cinismo que quien dice presidir el país, y estar contra la corrupción, retiene, en sus cargos, a las mismas autoridades de control que antes  la promovieron? ¿Es que Moreno protege la impunidad? ¿Cómo entender la aclaración del ex Secretario de la presidencia, respecto a que AP35 no ganó las elecciones, ni en la primera ni en la segunda vuelta?¿Es la doble moral, que impulsa al gobierno a promover el populismo fascista de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, enredados en el poder indefinido, mientras que en aquí, en Ecuador, está contra la reelección permanente? Para  Maquiavelo el político que desea seguir en el poder debe estar dispuesto a participar del mal para lograrlo…

Decíamos antes que el estancamiento en que continua  hundiéndose el país exige, para salvarlo, reordenar las cosas…¿Cómo? Aquí una muestra: a) Liquidar la maquinaria política fascista conformada por Correa, empezando por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social,mini estado de concentración del poder  autoritario, b) Definir un plan de salvataje económico nacional que permita alargar los plazos de pago de la deuda externa, renegociando las entregas prepago del petróleo, c) Disminuir el volumen del Estado artificialmente creado para cancelar cuotas politiqueras internas y externas, d) Establecer un conjunto de políticas de Estado vinculadas al apoyo, crediticio y técnico, del crecimiento agrario industrial, y de un sistema,  en acuerdo con nuestra realidad intercultural, de seguridad integral (ocupación, salud y educación), e) Promover programas de integración cultural con emprendimientos sociales  y empresariales de desarrollo cívico ciudadanos. Pero todo, absolutamente todo, en un contexto ampliamente democrático de defensa de las libertades, los derechos y la equidad social, base de una verdadera  expresión de justicia…  

¿Haciendo qué maromas, este gobierno nacido de un descarado fraude electoral, en amarres con el gobierno de la década robada, podrá poner en práctica una racional salida del deterioro social en que subsiste el país? Si, haciendo qué maromas, toda vez que por los ojos de Moreno sigue Correa, descaradamente, auscultando sus posibilidades políticas, al conspirar contra la república…

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La libertad de expresión es un tema recurrente en las sociedades que transitan hacia las dictaduras. Deja de serlo y nadie se refiere a ella cuando existe una auténtica democracia o cuando, contrariamente, una dictadura ya se impuso. El temor, en este último caso, se encarga de sepultarlo. Y mientras las dictaduras tienden a desaparecer en el mundo contemporáneo y la libertad de expresión a reafirmarse, el Ecuador sigue quedándose atrás, en la retaguardia del tiempo.

Es casi connatural a nuestra idiosincrasia enfrascarnos en la masoquista lamentación de ser unos tristes pendejos en el concierto internacional, esperanzados en los resultados futboleros como única muestra de nuestras virtualidades.

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