26 abril, 2024

La comunicación en tiempos de la revolución

La comunicación revolucionaria tuvo su década de oro cuando el líder expresaba expectativas aparentemente racionales en su afán por aglutinar un séquito de súbditos que le rindiera beneficios electorales. La plana mayor de Alianza PAIS, en nombre de la revolución y con el respaldo del líder, atropelló repetitivamente no solamente la verdad, sino también el bien común. ¡Cuánto ha cambiado desde que quedaron en la orfandad! Han dejado de dar la cara, pero no por vergüenza, sino más bien porque el cinismo de su actuación ya no alcanza para ocultar su contubernio con la propia corrupción gubernamental.

Los antiguos borregos han perdido fuste mientras el nuevo comunicador intenta constituir un nuevo rebaño. Se ha terminado el momento de la Revolución Ciudadana para dar paso a la hora de Lenín. El problema está en que el actual gobernante no puede ser líder de borregos de otro pastor y la comunicación no puede tampoco indefinidamente mitigar el implacable peso de la verdad. Lenín ha rendido a medias las cuentas de su predecesor, pero su intento por patear la pelota de la economía hacia adelante y esquivar el recibimiento de la factura correspondiente será infructuoso.

El descalabro del país se mantiene irreversiblemente predecible, encubiertamente atenuado por la vorágine comunicacional de una eventual victoria del sistema, que obviamente carece de fundamentos, pero continúa alentando a las huestes a comer un cuento redactado en portugués, hablado en chino y para el cual aún no existe traductores.

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Espionaje

Sobre espías y espionaje existe una antigua y larga historia; los escritos de los antiguos chinos contienen una amplia colección de recomendaciones y formas de obtención de información importante. El célebre estratega chino Sun Tzu (544-496 aC.), señala en su libro “El arte de la guerra”, en el capítulo XIII “Sobre la concordia y la discordia”, “La información previa no puede obtenerse de fantasmas ni espíritus, ni se puede tener por analogía, ni descubrir mediante cálculos. Debe obtenerse de personas; personas que conozcan la situación del adversario. Existen cinco clases de espías: el espía nativo, el espía interno, el doble agente, el espía liquidable, y el espía flotante. Cuando están activos todos ellos, nadie conoce sus rutas: a esto se le llama genio organizativo, y se aplica al gobernante. (…). Los espías también pueden ser utilizados para crear desavenencias y desarmonías”.

Los babilonios, al igual los egipcios tenían un sistema muy desarrollado para la adquisición de información de inteligencia. Los emperadores romanos como Tiberio, Nerón, Calígula, para nombrar los más “célebres” por su sevicia, tenían verdaderas organizaciones de espías y delatores para descubrir a sus enemigos para luego asesinarlos con extrema crueldad.

3 comentarios

  1. Mientras Lenín no cambie su estilo de abordar los temas importantes que le toca tratar, manejar y resolver, las cosas no cambiarán; seguirán iguales y hasta podrán empeorar.

  2. Como lo veo: Otro mono en la misma rama queriéndose comer las frutas que se acabaron ya hace mucho rato.
    El discurso de la izquierda cayó por su propio peso…las manos llenas, los corazones sucios y las mentes torcidas.

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