10 mayo, 2025

Comentario

Congruencia

La congruencia es elemental en la vida del hombre decente. Si no hay congruencia entre lo que pregono y lo que hago, no merezco ser considerado un ser humano, puesto que presento dos caras, una para los míos y otra para los de afuera.

Algunas personas han aprovechado este desagradable ejemplo de Pedro Delgado para acusar al Gobierno de actuar en forma incongruente, al haberle dado un puesto sin cumplir los requisitos necesarios para desempeñarlo.

Lo grave del caso es el parentesco con el Presidente y que no es solamente la gravedad de la falsificación de un título, lo agrava la mala actuación en el desempeño irresponsable de sus funciones, al menos, aparentemente, de acuerdo a los comentarios, que a Dios gracias, han sido vertidos por la prensa, ya que, si no hubiera prensa, los comentarios que hubieran serían muchísimo más graves, porque el chisme y las habladurías son peores que la prensa.

A las madres

Sabías que: El cuerpo humano sólo puede soportar 45 unidades de dolor, pero en el momento del parto una mujer soporta hasta 57 unidades de dolor, esto equivale a 20 huesos rotos todos a la vez toma conciencia, ama y respeta a las guerreras del amor, solo ellas son capaces de soportar tanto dolor por vos

No te ¨mates¨ trabajando todo el día para darles ¨lo mejor¨ a tus hijos. Cuando ellos crezcan no recordaran aquellos juguetes caros que les compraste, lo que recordaran será el tiempo y los gratos momentos que pasaron contigo.

Yoga y Vida Cristiana

Asistí a un retiro de meditación en Encinitas, California, dirigido por monjas
de SRF, Self Realization Fellowship, organización religiosa fundada por
Paramahansa Yogananda en 1920. Como se nota de entrada, no se trata de
un retiro “católico, apostólico y romano”. Fue un retiro de espiritualidad
y meditación para profundizar en la búsqueda de Dios, siguiendo las
enseñanzas de Paramahansa Yogananda, un santo de la India (de quien
hablaré más adelante).

El retiro tenía normas claras y estrictas acerca del silencio y el cumplimiento
del horario de las actividades. Entre las que, obviamente pese a las
celebraciones religiosas, no constaba la celebración de una misa católica.

Antes de viajar a Encinitas, yo había buscado por internet los datos de una
iglesia, para poder acomodar mi horario y asistir a la celebración de la misa,
en la mayoría de los días que fuese posible hacerlo. (Asisto a misa diaria).

Somos tan iguales siendo tan distintos…

Mi vida ha sido bendecida con muchos regalos de dios.

Uno de los más hermosos fue tener a mi padre como padre. Aparte de ser mi papá, fue mi hermano mayor y los años cercanos a su muerte; mi hijo. Por encima de todo lo que este ser maravilloso fue para mí existencia; fue sin duda alguna mi mejor amigo.

Era un hombre carismático y poseedor de una amplia sonrisa. Tenía el optimismo personalizado bajo su piel y su accionar solo tenía sentido si lo hacía para dar sentido al accionar de los demás. Muchos de sus problemas personales fueron los problemas personales de otros, que los hizo suyos debido a la imposibilidad de no poder dejar de hacer lo que tenía.

La gente lo quería. Acompañarlo a cualquier lugar significaba estar al lado de un hombre al que constantemente la gente saludaba o abrazaba para testimoniarle su cariño.

El origen del pensamiento…

El pensamiento es una función superior del cerebro. Se genera como una actividad especializada por un grupo de neuronas localizadas en el lóbulo frontal de la masa encefálica.

De los procesos integrativos de máximo nivel, el pensar constituye la mayor expresión del alcance evolutivo del ser humano como ente superior a todas las especies.

Detrás de todo lo inventado, siempre ha existido una idea. La invención del carro, la construcción de una casa o la organización más compleja de cualquier sociedad, son circunstancias que estuvieron precedidas por una idea que las causó.
Como definición, el pensamiento es la aparición de una serie de ideas que se generan por una tarea o un problema.

Cada ocasión en que el hombre ha enfrentado cualquier situación, en su mente se elaboraron como respuesta a esa situación, una serie de ideas para resolverla.

En realidad somos quienes éramos…

Entre las ancestrales tribus africanas existe la creencia de que cuando un hombre está en una situación desesperada y sin solución, se debe convocar a los espíritus de sus antepasados para que lo ayuden.

La energía emanada de la sabiduría que sus predecesores engendraron, acudirá hasta quién los invoque para ayudarlos en lo que sea por grave que esto sea.

Cuando vivían nuestros antecesores generaron muchos sentimientos, pensamientos y acciones.

Gracias a ellos somos lo que somos.

Esa inconmensurable energía que desencadenaron, fue transmitida a sus descendientes y estos a sus descendientes y así sucesivamente, hasta llegar a nosotros para ser lo que somos.

Amo a los árboles

Amo tanto los árboles, de todas las formas y colores. Los grandes, los pequeños, los
majestuosos, los desnudos… Amo la historia detrás de su corteza. Hay, por ejemplo, árboles
altos con copas pomposas que parecen mujeres de la más distinguida clase. Hay otros enanos,
menudas siluetas que acarician el cielo con divertida gracia. Están también los delgados
invernales que exponen osadamente sus ramas desnudas, mostrándole a la naturaleza que no
tienen nada que ocultar. Cómo olvidar a los tradicionales verdes que no cambian de color por
miedo a quebrantar la normativa silvestre o a los viejos navideños que se entregan como obra
de caridad una vez por año.

Hay árboles tan alegres que cada vez que ríen brotan dulces frutos. Hay otros, en cambio, tan
tristes que al llorar dejan caer sus flores para desprenderse de viejos amores. Hay árboles que
atraen por sus colores y otros que atraen por sus dolores. Hay árboles que crecen en estatura
pero se encogen de amargura. Hay otros, en cambio, que reconocen que primero fueron semilla
y se extienden humildemente hasta formar bosques resplandecientes.

Desterrados

¿A dónde está Dios cuando lo que es malo nos sucede?

¿A dónde está Dios cuando hay una tragedia natural, comunitaria o personal,
un dolor, una pena insoldable?

¿¡A dónde estás Dios!, cuando el alma se doblega, cuando no podemos ver la
luz, absorbidos por la oscuridad de las tinieblas?

¡¿A dónde?! Es el grito desgarrador de mucha gente, en distintas
circunstancias de la vida, pues cada quien tiene sus circunstancias.

En muchas ocasiones de mi vida me he hecho la misma pregunta, y he
reclamado al aire, he dicho: ¿A dónde estás? ¿Por qué me dejas tan sola?
¿Cuál es tu juego? ¡Sal de dónde estés! ¡Ven, te necesito! Y no hay palabras
que contesten mis preguntas, mis reclamos, mis súplicas. Simplemente, ahí, a
dónde lo busco, Dios no está.

La ruta del peregrino

No sé por qué Dios me quiere tanto, pero lo hace. Me quiere tanto que me invitó a pasar con Él
Semana Santa en el Vaticano. Fueron días mágicos, momentos gloriosos, silencios oportunos.
Mi ruta de peregrina empezó el Viernes Santo, cuando me dirigí temprano a la Basílica San Juan
de Letrán, donde reposan en el altar las cabezas de los grandes santos Pedro y Pablo. En frente
de la Basílica se encuentra la Escalera Santa, la misma que subió Jesús algunas veces cuando fue
presentado ante Poncio Pilato. Son en total 28 escalones y sólo pueden ser subidos de rodillas.
Las paredes que rodean la Escalera Santa están cubiertas con pinturas de la Pasión de nuestro
Señor y antes de subir hay dos impresionantes esculturas: una de Jesús ante Poncio Pilato y
la otra del beso de Judas a Jesús. Las expresiones son tan reales que casi parecen humanas.
En la primera, Pilato con gesto altivo pero desconcertado, señalando a Jesús, como diciendo:
“¿Qué debo hacer con este loco?” y Jesús cabizbajo, con una expresión de tristeza ante la
incomprensión, pero con absoluta aceptación. En la segunda, las manos de Judas abrazan a
Jesús, pero su rostro delata cualquier muestra de afecto, pues en él se evidencia la hipocresía
y la indiferencia del gesto. A su vez, Jesús permite el beso del pecador, sin oponerse, pero en
sus ojos se lee un hondo pesar, no por lo que habría de suceder, sino por verse traicionado por
su amado discípulo. Y con esas poderosas imágenes me puse de rodillas y subí junto a cientos
de fieles la Escalera Santa. Sé que Dios está en todas partes, pero saber que un dios, mi Dios,
de carne y hueso pisó físicamente el mismo suelo que yo estaba tocando, es algo increíble. Mis
manos recorrían con una timidez sagrada la madera santa y mis labios besaban los fragmentos
de cristal que protegían las manchas de la sangre de Jesús sobre los peldaños. Ligeras lágrimas
caían cuando pensaba en Su sangre por mi sangre, Su vida por la mía…

La plenitud del amor

¿QUÉ DE NUEVO ME TRAE LA SEMANA SANTA? ¿Cómo contagio mi fe y mi esperanza en cada semana Santa? No hay duda que los tiempos cambian, pero hay cosas que perduran porque significan algo para la vida de las personas que la realizan. Esto es lo que los católicos hacemos con nuestros ritos, símbolos y liturgias.

La Semana Santa, como la solemos llamar, es un resumen de todo lo que dio origen a la comunidad de creyentes, que hoy llamamos Iglesia, como mensajera de un proyecto mayor. Cada bautizado es, debe ser un discípulo de aquel que pasó por el mundo haciendo el bien, se hizo hombre dice nuestra fe, para realizar un proyecto: el proyecto de Dios, en un espacio: la realidad, nuestro mundo, en un tiempo el ayer y el hoy, la contingente y lo eterno. La semana santa la solemos reducir a tres días, que representa la esencia del mensaje; jueves santo, la cena del Señor con sus discípulos, viernes santo, su crucifixión y muerte, sábado santo, que nos saltamos con facilidad, el silencio, el duelo de la despedida de aquel que murió en la cruz para festejar la resurrección, en la vigilia Pascual. Los tres momentos y espacios son una única realidad, a eso llamamos MISTERIO PASCUAL.

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